Texto y fotografía: Luis Miguel Ruiz Gordón
DESCRIPCIÓN
Este árbol perenne de la familia da las fagáceas, puede llegar a tener gran porte y alcanzar 15 metros de altura. El tronco suele ser bastante recto, de aspecto sólido y tiene la corteza de color pardo-oscuro con grietas regulares y poco profundas. Las ramas son abundantes y resistentes. Las hojas son alternas, lisas, lanceoladas u ovaladas, pero diferentes según su situación en la copa globosa y relativamente densa. Las hojas más bajas suelen ser más duras, con lóbulos rematados por espinas, que las defienden del ataque de los herbívoros, mientras que las situadas en cotas más altas son más tiernas, con el borde liso y carecen de espinas. Tanto unas como otras tienen el haz liso, de color verde oscuro y el envés cubierto por una fina vellosidad blanquecina. Cada árbol tiene flores masculinas que forman amentos amarillos colgantes de hasta 8 centímetros de longitud, y flores femeninas más discretas en las que madura el fruto. Su fruto son las bellotas, llegan a medir 3,5 centímetros de longitud, tienen color verde al principio y están unidas al tallo por una cápsula semiesférica de escamas planas. Durante el otoño adquieren un color castaño oscuro, cuando maduran se desprenden de la cápsula que las sujeta a las ramas y caen al suelo donde brotarán o servirán de alimento para el ganado y la fauna silvestre.
FLORACIÓN
La floración tiene lugar en los meses de marzo y mayo, época en la que los racimos florales amarillos decoran las ramas y desprenden polen abundante.
OTROS DATOS
Este árbol, también conocido como carrasca, es el símbolo más característico del legendario bosque mediterráneo que cubrió la mayor parte de la península Ibérica en tiempos pretéritos. Se adapta bien a suelos diversos, soporta estoicamente los extremos climáticos y puede alcanzar la edad de 700 años. Su madera es muy dura y resistente, las hojas han servido tradicionalmente de alimento al ganado y junto con las bellotas, se han utilizado como astringente. El fruto ha alimentado al hombre desde la antigüedad, actualmente se utiliza para engordar al ganado y para hacer licor. Este árbol crece silvestre pero también cubre grandes extensiones de terreno en forma de dehesa, da cobijo y alimento a numerosas especies de animales silvestres y protege el suelo de la erosión.