Investigadores de la NASA han localizado las que podrían ser primeras señales de una exoluna, un satélite orbitando a un planeta fuera de nuestro Sistema Solar.
El descubrimiento fue realizado usando una red de telescopios localizada entre Nueva Zelanda y Tasmania. El método usado ha sido el de microlentes gravitacionales que aprovecha el alineamiento entre estrellas. Cuando una estrella pasa entre nosotros y un astro más distante, la estrella más cercana puede actuar como una lente amplificadora de la luz que nos llega del astro en segundo plano. Estos eventos pueden durar aproximadamente un mes, lo que convierte la observación en única e imposible de reproducir una vez que ya no existe la lente gravitacional.
Si la estrella observada en primer plano (o lente) tiene un planeta orbitando alrededor suya, actuará como una segunda lente que acentuará o disminuirá la luz del astro en segundo plano incluso más. Con estos datos relativos al brillo podemos averiguar la masa de la estrella en primer plano en relación al planeta que la orbita.
Ahora bien, imaginemos que no es una estrella lo que se interpone entre nosotros y otro astro, en algunos casos (como el que nos ocupa) es un planeta huérfano o un mundo sin estrella el que actúa como lente. En este caso lo que medimos sería la masa relativa del planeta con respecto a algo que lo orbita, su luna.
En el estudio presentado el ratio del planeta con respecto a su pequeño acompañante fue de 2.000 a 1. Esto deja varias interrogantes en el aire. La pareja podría ser un planeta más masivo que Júpiter acompañado de una luna con menos masa que la Tierra, o una pequeña y débil estrella orbitada por un planeta 18 veces más masivo que nuestro planeta. En la actualidad no tenemos la precisión suficiente para saber en cuál de los dos escenarios nos encontramos.
“La posibilidad de que sean un planeta y su luna sería un espectacular descubrimiento de un nuevo tipo de sistema” según palabras de Wes Traub, el director científico del programa de exploración exoplanetaria de la NASA.
La respuesta a si es o no una exoluna reside en saber la distancia a la que se encuentra. Una pareja mundo-luna produciría la misma disminución de brillo que si fueran un astro y su planeta a mucha más distancia de nosotros.
En un futuro podremos conocer la distancia de los objetos que actúan como lente, para ello necesitaremos dos telescopios en órbita con el fin de poder usar la técnica de paralaje.
La técinca de microlentes gravitacionales puede ser de gran utilidad a la hora de descubrir nuevos planetas y lunas fuera de nuestro sistema solar. Aunque debido a su naturaleza solo tendremos una oportunidad.
Fuente: nasa news