Acostumbramos a idealizar nuestra niñez como si hubiera discurrido en los mundos de Peter Pan y dejamos que nuestro niño interior quede perdido para siempre en una trampa irreal para no afrontar lo que verdaderamente ocurrió. Los sabores y sinsabores de la vida real con la que aprendimos a caer y, sobre todo, a levantarnos. Los pasos y traspiés que nos condujeron a ser el adulto, o la adulta, que somos hoy.
El niño como tal, es un símbolo de nuestra inocencia, emociones, ilusión y ganas de vivir que desde la etapa adulta pide su espacio y su derecho a la vida. Al compás del deber, las obligaciones y la racionalidad más absoluta, los adultos terminamos perdiendo cosas tan importantes como la capacidad de improvisar, de soñar despierto y vivir el ahora sin pensar tanto en el futuro.
Rescatar a nuestro niño interior es un capítulo fundamental de todo proceso de Coaching en 3Contigo y tu puedes empezar ya a dar los primeros pasos. ¿Cómo?
- Acepta tu pasado para poder disfrutar tu presente: Nadie que camina en contra de su propia esencia puede ser feliz. Gracias a tu pasado has llegado hasta este momento, has aprendido y eres quien eres.
- Focaliza tu mente en las cosas buenas de tu niñez: La mente es como una linterna; tú eliges dónde pones la luz de tu atención.
- Cuestiona tus propios recuerdos: Con el paso de los años perdemos la objetividad de nuestra memoria; si es que alguna vez la tuvo. Acumulamos tantas vivencias que al final, nos es imposible recordar las cosas tal y como sucedieron. La vida es la historia que tú te cuentas de ella. Intenta contarte el relato más bonito de tus vivencias. No se trata de mentirte o de disfrazar la realidad sino de entender que existen muchas formas de ver las cosas y que tu puedes elegir la que más te convenga.
- Disfruta con los momentos bonitos del ayer: Por ejemplo, viendo fotografías de tu niñez. Te sorprenderás de la cantidad de recuerdos escondidos que vuelven de nuevo a tu mente. Tomás de Aquino explica que a través de los recuerdos agradables se potencia la felicidad en el presente.
- Ríe más, tómate las cosas con más humor para vivir con más equilibrio emocional. Y como hacen los niños, juega con la vida.
Maite Nicuesa Guelbenzu y Olga Albaladejo Juárez