Revista Cultura y Ocio
Se celebraba el día de las librerías y a mí me pillaba en una de ellas cumpliendo como usuario con un libro al que le tenía unas ganas enormes, “La senda de los tercios. La lanzas” de Fernando Martínez Laínez con el que posteriormente tuve un encuentro para hablar de su libro.
Una charla llena de anécdotas sobre los tercios, de opiniones, comentarios y evaluaciones sobre hechos y personajes que uno tiene el atrevimiento de hacer desde el pulpito de conocer la historia pasada en un futuro como es nuestro presente. Sin lugar a dudas fue una puesta en común de las que uno sale satisfecho por los minutos disfrutados hablando con quien comparte una misma pasión, la historia.
Fernando Martínez ha hecho de los tercios casi una obsesión y eso queda patente en un libro lleno de acción, hechos y datos que conforman una novela a simple vista recomendable para los amantes de nuestra historia como Imperio.
«Ante todo era un soldado, y en las banderas, con sus camaradas, pasó sus mejores años. De soldado, tal como había vivido, pensaba fenecer, pobre y solitario, pero honrado. Todo lo honrado que se puede ser después de haber luchado en Flandes.»Las lanzasnarra el primer tercio de la guerra de Flandes, centrándose en dos personajes principales: un soldado de nombre Alonso de Montenegro y el general Ambrosio Spínola.La historia del primero comienza cuando, con solo diecisiete años, se alista para huir de las consecuencias de dos crímenes de sangre. Conocía a Federico Spínola, hermano de Ambrosio, de su época de estudiante, y este lo hace llamar para que sirva a su mando. Federico pretendía llevar la guerra hasta Inglaterra, pero muere sin poner en práctica su plan.Ambrosio Spínola siempre ha envidiado la inteligencia y capacidad de su hermano menor, y se propone emularlo. Toma bajo su mando a Montenegro y dirige una serie de campañas, muchas de ellas con éxito, pero lidiando siempre con la falta de recursos, sobre todo económicos.Fernando Martínez Laínez relata en esta historia novelada las hazañas de los legendarios Tercios en campañas tan relevantes en la historia militar española como las de Ostende, Frisia y Breda.
Libros en el petate: Fernando, Las lanzas forma parte de una trilogía, de hecho este libro cubre solo un tercio de esos ochenta años que suponen las guerras de Flandes. Tiene previsto sobre qué irán las siguientes dos entregas.
Fernando Martínez Laínez: El escenario principal seguirá siendo la guerra de Flandes, cambiando los personajes, aunque todo formara parte del mismo trasfondo histórico. Para la segunda novela tenía pensado hilvanar la historia alrededor de la figura del cardenal infante Don Fernando de Austria, hermano del rey Felipe IV, personaje de gran trascendencia tanto militar como diplomática, enmarcado en un periodo histórico transcurrido tras la toma de Breda.
L.P: Uno de los protagonistas de este libro es Ambrosio Spinola, un personaje que por su forma de ser me ha sorprendido y ha sido todo un descubrimiento conocerlo, sobre todo ciertos detalles de su vida. Quién es Spinola descrito por usted.
F.M.L: Un personaje muy atípico. Genovés devoto de la monarquía hispana, que estando destinado a una existencia mercantil por sus orígenes tenía centrada toda su ambición en llegar a ser un héroe militar. En este sentido empeña todo lo que tiene con tal de llegar a esa gloria militar. Es un personaje quijotesco que se sale del papel al que en un principio parecía que estaba destinado.
L.P: Otro de los personajes que aparece en el libro y cuya historia discurre paralela a la de Spinola es Alonso de Montenegro, un personaje ficticio que me hace preguntarle si se ha basado usted en alguien para crearlo.
F.M.L: No, he tratado de hacer con Alonso de Montenegro una especie de arquetipo de lo que podría ser un soldado (Alonso de Montenegro básicamente no es un aventurero, es un soldado) y he intentado ponerme en la piel de lo que sería la actitud o los valores con los que se movía un integrante de los tercios españoles de aquella época.
L.P: Leyendo su libro y las situaciones que viven esos hombres, cabe preguntarse qué se le pasaba por la cabeza a estos soldados cuando se alistaban en tropas tan especiales como de las que estamos hablando.
F.M.L: Las motivaciones del alistamiento eran muy variadas, desde escapar de la mala situación económica hasta en ocasiones tener que evadir acciones de la justicia o incluso el mismo afán de aventuras. No hay una motivación que se pudiera interpretar general porque eran voluntarios, incluso había gente de familia noble que tenían a gala combatir a los tercios porque estaba considerada una unidad selecta y de elite. Al final puede decirse que todas las motivaciones se reducían básicamente a dos factores; tratar de mantener el honor y la reputación que eran en aquella época valores muy importantes y luego ser fieles a las ideas de la causa de la corona hispana.
L.P: En su haber literario, no es la primera vez que escribe sobre los tercios. Qué tiene los tercios para que le atraigan tanto.
F.M.L: Es un tema que me resulta fascinante e importantísimo desde un punto de vista histórico. Los tercios son la herramienta que forjó el poder de la España de aquel momento. Entender cómo funcionaba y que valores movían esa maquinaria es en definitiva entender lo que estaba pasando desde el punto de vista histórico de ese momento. A parte de otras lecturas anteriores, yo empecé a aficionarme a los tercios con la lectura del camino español, que era el trazado que seguían los tercios cuando iban desde Génova a Flandes para combatir allí. Tengo un libro que narra ese camino que se titula Una pica en Flandes. La epopeya del camino español y para ese libro yo recorrí el camino y fui interesándome por todo lo que representaba aquel viaje, un camino en ocasiones durísimo y que debía de representar un coste muy elevado trasladar todos aquellos hombres desde el Mediterráneo hasta el norte de Europa. A medida que iba avanzando o profundizando en la historia del camino español me fue resultando cada vez más interesante la historia de las unidades que recorrían ese trazado. Esto sin lugar a dudas me ha servido para escribir otra serie de cosas, incluido este último libro.
"La diferencia nuestra con otros países es que ellos cuidan mucho su pasado" (Fernando Martínez Laínez)
L.P: Cito: “Perdido esta todo lo que no recordamos” son palabras de Fernando Martínez Laínez. Se considera usted un hombre que intenta preservar la historia sobre todo de los olvidados a raíz de las obras que usted ha publicado.
F.M.L: Creo que uno de los grandes dramas de nuestro país es esa especie de amnesia histórica que nos caracteriza y que es dramática. Un país que no recuerda o que ignora su pasado le costará mucho trabajo entender el presente y mucho más su futuro. Esta especie de desprecio inconsciente que tenemos con nuestra historia es una de las causas de la fatalidad histórica que tenemos a gala y nos hace olvidar a personajes importantísimos y eso es un drama desde todos los puntos de vista.
L.P: Usted incluye en su libro muchas citas de Spinola y una de ellas es: “España es una nación mal articulada, desajustada en su ensamble, unida sólo por una corona en cuestiones de religión, guerra y aventuras”. Esto puede llegar a demostrarnos que la historia efectivamente en ciertos momentos es cíclica.
F.M.L: Si, España sigue siendo un país tribal en muchos aspectos, un país medieval desde el punto de vista político. No hay más que ver lo que está pasando con Cataluña en ese sentido. Independientemente de las guerras civiles que tuvimos en el siglo XIX y el remate final con la del 36. No sé si será algún gen que tenemos (entre risas) heredado de los reinos Taifas, pero el hecho es que España tiene ese instinto tribal muy fuerte. Es curiosos porque la unificación de la península ya se la conoce con visigodos y romanos pero a partir de la reconquista la diferencia entre territorios se fue haciendo más visible. Somos un país muy disperso en tiempos de una Unión Europa que tiende a unificarlo todo y sobre todo lleno de particularidades que se llevan a extremos ridículos.
L.P: En su libro se habla de los tercios, de su importancia. Se puede decir que con la perdida de la hegemonía de los tercios en el campo de batalla comenzó el declive del Imperio.
F.M.L: El declive militar fue una consecuencia del declive Real, tal vez los tercios fueron quizás el último bastión ya que lo último que se perdió fue la hegemonía militar. La decadencia tenía que ver sobre todo con los factores políticos y económicos, destacando una curiosidad y es que el siglo XVII fue un siglo desastroso en lo referente a catástrofes naturales ya que en España en ese siglo hubo varias pestes terroríficas, se producen hambrunas tremendas, inundaciones, calamidades naturales de toda clase que supuso que hubiera zonas de España que quedaron despobladas lo que llevó a una escases de hombres y de dinero que supusieron una gran merma para satisfacer la cantidad de conflictos y de frentes que la corona tenía abiertos y que hizo que poco a poco la fractura fuera insalvable.
L.P: Una pregunta un tanto personal. Se siente uno en cierta forma responsable de la historia, cuando debe novelar con ficción a personas reales.
F.M.L: Yo si me considero responsable de rellenar esos huecos, esas conversaciones de personajes reales. Es más a mí me gusta hablar más de historia novelada más que de novela histórica. Me gusta profundizar en el hecho histórico y ese hecho revestirlo de un cierto aspecto imaginativo. Me gusta cuando termino un libro como este del que hablamos, el lector sepa exactamente que las cosas pasaron así o debieron pasar así. En ese sentido me atengo mucho al dato y al rigor histórico.
L.P: En este libro se habla como se forjó ese cuadro de las lanzas de Velázquez. Se hablan de anécdotas y hechos que se desconocen para la mayoría del público pero que están en el cuadro. Cómo surge la idea de meter el cuadro como elemento.
F.M.L: Viene un poco debido a la figura del propio Spinola, un cuadro muy famoso conocido universalmente y cuya figura principal fue Spinola. Si hablo de Spinola, me parecía obligado hablar del cuadro. Atendiendo solamente al cuadro, creo que este cuadro para Velázquez representaba el deseo de concordia, de paz entre las dos partes de aquella guerra tremenda para que se llegara a un acuerdo cuanto antes. Una lección que se retrata también es la generosidad con el vencido.
L.P: Un hecho curioso que me sorprendió en su momento fue conocer que Ostende era considerado el asedio a una ciudad más caro de toda la historia. Este es un dato junto con otros muchos de la guerra de Flandes que desconocemos. No nos han llegado en parte por esa leyenda negra de la que siempre se ha hablado.
F.M.L: Ostende fue un asedio que duró casi tres años y donde murieron muchísimos hombres. Yo creo que la leyenda negra va por otra parte, era un arma de propaganda militar y en ese sentido tanto los holandeses como alemanes e ingleses supieron utilizar muy bien y que España tal vez por orgullo, no se preocupó de construir un relato que contrarrestara al de la leyenda negra y ahí perdimos definitivamente la batalla de la propaganda.
La diferencia nuestra con otros países es que ellos cuidan mucho su pasado
L.P: Fernando, ha sido un verdadero placer conocerlo y descubrir con su libro un personaje como Ambrosio Spinola y unos hechos tan interesantes.
F.M.L: Gracias a ti por tu tiempo