[Theo se para, mientras yo agarro mis cosas para
seguirlo hasta la puerta, justo cuando la abre esta parada una muchacha de pelo
castaño oscuro, vestida con una blusa y pollera de tubo con unos lindos zapatos
acompañando toda la combinación del color beige y negro. Se sonríe ante la
inesperada aparición del Señor Rizzi]
-Disculpe
Señor. Venía a recordarle que en una hora, tiene la reunión con el sector de
Recursos Humanos –se sonroja mientras inclina su cabeza a un lado esperando la
respuesta
-Miranda casi me lo olvido, por favor, prepara todo que en veinte minutos estoy de regreso.
Voy a mostrarle a la Señorita Benedetti su lugar de trabajo
Ella
afirma con la cabeza y me muestra una sonrisa falsa, se da media vuelta y se va
dejándonos el paso libre para comenzar con el recorrido por el piso que parece un inmenso lugar. Empezamos a caminar
por un pasillo, en el mismo hay varias puertas de colores. La mayoria de las areas, estan dividas en dos. La primer área que vemos
tiene el cartel colgado en la puerta que dice DISEÑO GRAFICO con un color rojo furioso, cuando entramos veo aproximadamente seis box de trabajo y todo el ambiente bien equipado, mas al fondo hay una puerta que corresponde al sector de quien lleva acabo esa área. Seguimos caminando, a una distancia infima, esta la nueva puerta con un
color maiz con el cartel colgado que indica PUBLICIDAD.
-Ves esa
puerta –señala la que está al fondo de esa area y camina para abrirla, enciende las luces, el ambiente es calido, la decoracion de las paredes es blanca con pequeños detalles de vinilo en color violeta. Un gran ventanal con vista a la ciudad, delante de eso hay un gran
escritorio con un ordenador, telefono y muchas cosas de libreria nueva, hay un sector que tiene un sillon de dos cuerpos junto a una mesita pequeña con algunas revistas, un modular con muchos compartimientos. Realmente es maravilloso este lugar. Theo
interrumpe mi asombro
-Este
será tu lugar de trabajo -Sonríe
Me quedo
maravillada por mi futuro lugar de trabajo. Mi sonrisa se dibuja en mi cara y
creo que Theo se da cuenta
-¿Te
parece agradable? Cualquier cambio o lo que necesites, no dudes en decirlo.
Queremos que te sientas cómoda, como lo están todos acá. –sus palabras me da
confianza y alivio-
-Me
agrada, es mucho más de lo que esperaba. Realmente alucinante
Después
de aprobarlo, apaga las luces y cierra la puerta, me doy cuenta que ya está
colgado el cartel de “Gerencia de Publicidad”. Parpadeo emocionada y no me doy
cuenta que Theo continua caminando, trato de alcanzarlo de a saltos, me muestra la última área que
es la de REDACCION, está en un bloque a la vista de todos, varios box con
computadoras y todo lo que pueda tener un área de ese tipo. A la derecha hay un nuevo
pasillo que contiene muchas publicidades como parte del decorado, tapas de todo tipo. Nos cruzamos con una puerta mas que es la sala de descanso, muy amplia mesas por
todos lados junto a maquinas con golosinas, gaseosas, café. Atravesamos todo ese espacio y sin darme cuenta al pasar por otra nueva puerta, ya
estamos de nuevo en la recepción. Me mira pensativo
-Nos
falta recorrer el piso 23, están las oficinas de los directivos, recursos
humanos, la sala de reuniones y de capacitación. Pero estoy seguro que en la
semana vas a poder darle un vistazo.
-No hay
problema!, ya quede fascinada con este piso, no me imagino el que sigue –me rio
inocentemente
-Me
olvidaba de algo –lanza su mirada furiosa a la recepcionista y esta levanta su
mirada para prestar atención a sus palabras- Giorgia, te va a entregar un sobre con unos papeles, reglas
básicas de la empresa, el tema de vestimenta, horarios, tu tarjeta de acceso y
también mi tarjeta, para que podamos coordinar cuando comiences con tus clases
de italiano.
-Bárbaro,
seguramente a mitad de semana te llamo para arreglar todo. Igualmente, nos vamos a cruzar acá –me sonrojo-
-Claro,
yo trabajo también acá así que no hay problema por eso. Es un placer haberte
entrevistado y te trasmito las disculpas de mi madre, que no pudo venir,
pero no va a faltar oportunidad para que tengan una reunión. –Sonríe con aire
de ganador y me deja más aliviada saber que Theo es el hijo de ella-
Me
extiende la mano, y me da un beso en los nudillos provocandome mas nervios
-El
placer es mío –y me doy inmediatamente vuelta mirando a la recepcionista como
si fuera un salvavidas ante tanta amabilidad.
Giorgia
se ríe y me mira, deja en el mostrador el sobre grande que tiene mi apellido, junto a la tarjeta de Theo.
Le sonrío y camino hasta el ascensor.
Aprieto el botón de llamada y en segundos
abre sus puertas, nuevamente vacío, cuando estoy apretando PB, el ascensor sube
hasta el piso nº 26, largo un suspiro de queja, quería viajar de
nuevo sola. Las puertas se abren, hay un hombre de espalda alto, despidiendo a una
mujer, ella se ve bastante sencilla, apenas sonrie, con cabello ondulado hasta los
hombros. Se termina alejando y el hombre se gira para entrar.
Antes de
que suba, mi cuerpo comienza a tener una reacción extraña. Un
temblor, latidos que van en aumento y el extraño escalofrío en todo el cuerpo
se vuelve a apoderar de mí. Mi cuerpo esta incontrolable, mi mente queda en
blanco al ver que aquella persona que se voltea para entrar al ascensor ya estando los dos solos y con las puertas cerradas, levanta su mirada, que se
clava en la mía, parpadeo rápido sin saber qué hacer, nerviosa extiendo mi mano
hasta el tablero y marco PB apurada. Él se queda paralizado delante mío,
mirándome fijamente. No puedo explicarme que hace acá adentro, conmigo. Es el
mismo hombre que apareció en la cafetería, acompañado de un grupo de chicas
efusivas, el que casi hace que me ahogue en mi propia bañera. Esta frente mío,
inmutado y encima no es capaz de decir nada. Intento apartar mi mirada, pero
no puedo, recorro disimuladamente todo su cuerpo, empezando por los zapatos negros, traje negro con camisa
blanca y los dos primeros botones desabrochados. Llego a su cara, parece
saborear este instante con su sonrisa, sus ojos, esos color cielo están
brillando en este instante como si nada, hoy parecen más claros que otras
veces. El ascensor parece hacer su recorrido con lentitud, se me hace eterno este momento,
algo interrumpe mi pensamiento. Es el sonido del celular, lo saca rápido del
bolsillo y mira quien es, inclina la cabeza y no atiende -o tal vez debera ser un mensaje de texto-, vuelve a guardarlo.
En ese momento extiende su mano y aprieta el botón de SS. Entre mí, pienso que soy una
torpe, no fui capaz de preguntar si el también bajaba en PB o iba a otro piso.
De repente, nuestras miradas se encuentran más fuertes
-Scusate
me ne dimentico di dire il parcheggio (Me
disculpa, me olvide de decirle que voy al estacionamiento)
Siento como si
me hubiera leído el pensamiento y trato de responderle con la naturalidad que
me caracteriza tan pocas veces
-Non ti
preoccupare –nerviosa bajo mi mirada-
Por fin
el ascensor llego a PB, cuando se comienzan a abrir las puertas, él se corre a
un lado y deja que pase. Mis pasos van en cámara lenta cuando escucho su voz
-Buongiorno
signorina –y vuelve a sonreírme más emocionado que al principio-
-Buongiorno signore
Siento que su mirada me hace un escaneo intensivo, mientras me apresuro para llegar a el molinete, intentando encontrar en la campera mi tarjeta de visita, ya en mano la dejo caer y
paso. Cuando me doy vuelta disimuladamente, veo que el ascensor ya tenia cerrada sus puertas y
largo un gran suspiro que contiene una mezcla de excitación, alegría, amor y
vergüenza..
Artista: Andres Cepeda
Cancion: No es casual