Siempre que hemos podido, participamos presencialmente en estos encuentros de dibujantes urbanos o acuarelistas. En Jaén, en Elche o donde convoquen los Ladrones de Cuadernos. Ya llevamos varios ue durante este año no se han podido celerar más que en forma virual. Dibujando o pintando desde casa. No es lo mismo, pero el caso es no perder las pocas buenas costumbres que nos van quedando. Atendiendo a la convocatoria de la vocalía de Jaén de la Asociación de Acuarelistas de Andalucía, donde tantos amigos tenemos, hemos hecho estas acuarelas a partir de otografías de Parques naturales andaluces, que era el tema propuesto. De fotos de los Amigos de Santiago-Pontones, en Jaén, salen la primera y la última y la siguiente de la Aliseda, en Despeñaperros.
Aquí vemos, en ampliación, las primeras manchas del árbol del paisaje anterior. Las veladuras y superposiciones siguen aún transparentes. Pero cada capa va restando luz. No se puede tener todo, matices, textura, transparencia y todas esas virtudes que se van perdiendo un poco cada capa que añadimos. Siempre buscando el equilibrio. Por eso conviene dedicar más tiempo a pensar que a pintar. Si conseguimos al primer brochazo el color que bnuscamos, el color final, todo iría mejor. Añadir algunas sombras con otra capa, lo más transparente posible, está bien, pero si llegamos a superponer una y otra, llegamos a tonos fangosos, apagados, opacos, todo lo contrario de lo que es y debe de ser la acuarela. También conviene utilizar colores de un solo componente, que dan tonos oscuros sin perder la transparencia, porque no llevan negro en la mezcla. Sodalita, amatista, algunos óxidos de hierro, negro de magnetita incluso, todos de Daniel Smith, son losque han usado en estas y en casi todas mis acuarelas.
El el siguiente árbol, la base del color ha sido el lapislázuli, siempre sugerente, delicado, cpon mucha granulación, muy transparente.