Encuentros en La Central

Para mí los lunes son días cargados de ilusión. Sí, lo sé. No se corresponde con la tendencia popular a crucificarlos, pero en mi caso reconozco que los lunes son el inicio de una pequeña etapa más donde, como en los juegos de arcade, pasas de pantalla y te sitúas con la energía cargada para enfrentarte a la vida.

Este pasado lunes 15 de Abril inauguramos este patio de recreo cargado de muchas ilusiones, y por la tarde pudimos asistir a un recóndito encuentro en la segunda planta de La Central, librería situada junto a la madrileña plaza de Callao. Se trataba de una nueva sesión de Vicegoles, un ciclo de encuentros organizado por la librería en el que unen letras, cine y fútbol. Por ahí han pasado gente como Benjamín Prado, Gonzalo Suárez o Alfredo Relaño. Esta vez nos encontramos con hijos de dos futbolistas míticos (Paulo Futre y Carlos Marañón) a los que también les une su pasión por el arte. Al hijo del portugués, las artes plásticas, y al hijo del máximo goleador vivo del Espanyol, el cine. Así que la mezcla de estos ingredientes se antojaba ya como interesante, cuanto menos.

Futre y Marañón Jrs., en La Central

Afuera la gente disfrutaba del asfalto caluroso para pasear y hacer vida bohemia en las terrazas, pero los locos que aguardamos pacientemente esta charla, no nos sentimos decepcionados. Hablaron de mucho y muy interesante durante una hora, sobre todo de los paralelismos de sus vidas como hijos de futbolistas, de la presión que conlleva por la vida tan nómada e inestable que tienen sus familias, pero que a su vez aporta muchas ventajas (entre ellas conocer varios idiomas o que te inviten al cine por ser quien eres).  Paulo Futre jr. nos contó anécdotas de su padre y nos sorprendió con la comparación entre su vida y la de los protagonistas de Entourage. En el caso de la estrella colchonera, Tortuga, Johnny Drama y Eric se cambiaron por los amigos de toda la vida de Futre, que, al igual que sucedía con Vince, siempre le acompañaban en sus múltiples viajes por Europa y Japón, de equipo en equipo. Por parte de Carlos Marañón, me resultó muy cercana la manera en que el fútbol es un nexo de unión entre padre e hijo, un terreno neutral donde se sienten cómodos más allá de sus actuales labores profesionales.

También constataron un hecho bastante evidente, y es que el fútbol moderno está alejándose mucho de los valores del fútbol que vivieron sus padres.  Es algo que se palpa en el periodismo, sobre todo, desde la manera de narrar un partido hasta los programas dedicados al deporte. El tipo de comunicación que, en definitiva, se está aplicando en el fútbol y que aleja a sus protagonistas y aliena bastante más a sus destinatarios. También el jugador ha cambiado, aunque ahora se cuide más y sea un atleta con rígidas normas de ejercicio y nutrición diaria. Antiguamente el futbolista estaba más cerca de la gente, y podía planificar muchas veces una vida sin fútbol labrándose una carrera profesional en paralelo, como sucedió con el propio Marañón, que trabaja actualmente como arquitecto y profesor universitario.

Sleep it like Beckham

Los protagonistas hablaron de muchas otras anécdotas y temas que darían para más entradas como ésta. Pero destacaría, al final, el paralelismo entre el arte y el fútbol que vieron tanto Futre como Marañón. Hay ejemplos de artistas que han encontrado en el balompié un punto de partida para realizar obras más o menos experimentales como la del brasileño Felipe Barbosa, que descose la tela de los balones de fútbol y las cose a bastidores para realizar formas originales y pictóricas, o el artista británico Sam Taylor-Wood y su famoso video del Beckham durmiente, al más puro estilo Warhol, así como de cineastas metidos a narradores de historias futboleras. Pero en este sentido, y al contrario que sucede en Estados Unidos (con Oliver Stone por ejemplo, que es un apasionado del fútbol americano), no existen directores que realmente amen el fútbol tanto como para que puedan sacar una buena historia al respecto ya que, como dijo Marañón, hay en este deporte componentes dramatizables suficientes como para conseguir un guión de calidad que pueda conectar con el público al igual que lo consiguen muchas películas de otros deportes.

Al final de la charla, preguntas y opiniones del público con los contertulios y cerveza para todos hasta que colgaron el cartel de “Cerrado” en la puerta de La Central. Fue una bonita manera de terminar un día cargado de ilusiones.