Magazine
Energía nuclear si y no: enseñanzas de Japón, México y Libia
Publicado el 18 marzo 2011 por Bonhamled
Me levanto con un poco menos ánimo de lo normal, que no suele ser mucho, y con dolor de estómago, eso si es más normal y observo el desastre, la catástrofe multiplicada de Japón. El efecto conjunto de uno de los mayores terremotos de la historia (8,9), junto con un tsunami, consecuencia de éste y, derivados de ambos los daños en las centrales nucleares, fundamentalmente la de Fukushima, que recrea la amenaza más que factible de un terrible desastre nuclear en forma de contaminación y radiación, que no de explosión: un nuevo Chernobyl.Detrás, durante o mientras surge la duda de si la energía nuclear es segura o no, incluso en caso de desastre como éste, y, también y casi al hilo si realmente la sociedad del despilfarro de recursos naturales y energéticos puede permitirse el no contar con la energía nuclear, incluso con centrales viejas, con errores claros de diseño, que no de seguridad. Una sociedad que debería replantearse sus formas y su evolución en un escenario de escasez energética.En otro lado las Naciones Unidas aprueban e ataque a Libia tras unos días de espera inane e ignominiosa para defender a la población y resistentes a Gadafi. Todos estos días, y van varias semanas, Muamar el Gadafi ha concentrado su fuego y su furia sobre todos los que se quejaron y se quejan de su gobierno despótico de más de cuarenta años. La muerte y el fuego no fue parado como nunca lo es, por la presión internacional.La coda terrible, la conclusión miedosa, el corolario arrebatador es que la energía, la que nos permite leer este artículo o twitear una sensación es la que nos obliga a asumir riesgos que en casos catastróficos como en Japón o incluso en casos de propia obsolescencia de las instalaciones, deficiencia de uso o mantenimiento o, incluso, y es un escenario más posible que el terremoto, en caso de ataque nuclear nos lleva a un invierno nuclear amenazante y mortal.Por otro lado las energías más tradicionales, gas, petróleo, ha obligado a los países occidentales a tratar y sonreír, con la nariz tapada, con dictadorzuelos, sátrapas de aluvión, jefes o jefecillos elevados a la altura de su ego por los chorros sin fin del petróleo. Es el caso de Gadafi o de la monarquí saudí u otros muchos.En medio, las nuevas energías o bien dependen de la subvención para su inicio, como la solar o la eólica, o bien su grado de dispersión hace que sean necesarias una gran cantidad de unidades con el impacto medioambiental que traen o, simplemente, no siempre están disponibles y son volátiles como el sol o el viento ó son restringidas como la energía hidráulica.Las otras, las otras "otras" energías las de obtención de bio etanol u otros componentes a partir de biomasas topan con el fantasma del desabastecimiento y el hambre en los países productores como ha ocurrido con el alza de los precios del maíz en México por la demanda del mercado energético norteamericano.El resumen es que la sociedad que tenemos derrochadora, insolidaria, necesita tal volumen de energía que o bien nos hace comulgar con dictadores sangrientos apoyando a regímenes inestables, o bien hace poner en peligro nuestro presente y el futuro de las generaciones venideras o bien aboca al desabastecimiento o al hambre a otros. Nuestra riqueza, nuestra sociedad plena se basa en el miedo, el riesgo, el hambre y la sangre de otros. Por eso a pesar de que creo en la energía nuclear no me muestro ni pro, ni contra: es un debate estéril y demagógico: solo otra sociedad nos permitiría tener un medio ambiente, una democracia para todos, un pan para cada boca, un futuro sin espadas de Damocles eternas colgando. Ese es el terreno del cambio.Energías, sueños, vidas, amenazas en Recuerdos del día de mañana.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.