La enfermedad celiaca se define como una intolerancia intestinal permanente al trigo de la dieta, específicamente a la gliadina y a otras proteínas relacionadas que producen lesión de la mucosa en sujetos genéticamente susceptibles. Karen Cruz, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, comenta que diversos estudios concluyeron que la fracción proteica de la harina de trigo y de centeno era la causante del síndrome de malabsorción del paciente celíaco, estableciendo la dieta libre de gluten.
“Ya en el siglo II AC y posteriormente por Aretaeus de Capadocia en el siglo I DC, se usaba el término ‘estado celíaco’, que definía a un paciente adulto emaciado, débil, con diarrea caracterizada por contener restos de alimentos no digeridos”, comenta la nutricionista. La experta agrega que tuvieron que pasar casi dos mil años para que se definiera la relación del gluten y la aparición de la enfermedad. En 1888 Samuel Gee, estableció que este estado podía aparecer a cualquier edad, pero que afectaba especialmente a los niños entre los 1 y 5 años.
Según la presencia de manifestaciones gastrointestinales, la enfermedad se clasifica clínicamente en sintomática o clásica, la cual se presenta en lactantes desde los ocho meses hasta los dos años de edad. Incluye diarrea, vómitos, cambios de carácter, falta de apetito, estacionamiento de la curva de peso y retraso del crecimiento.
Manifestación digestiva
También se pueden presentar formas no clásicas, es decir, ocasionalmente las manifestaciones digestivas están ausentes u ocupan un segundo plano. A veces, su presentación en niños mayores es en forma de estreñimiento y puede o no existir dolor abdominal de tipo cólico. El retraso de talla o de la pubertad pueden también ser datos de interés.
Cuando la enfermedad evoluciona sin tratamiento, dice la académica de la UNAB, pueden aparecer formas graves (crisis celíaca), con presencia de hemorragias cutáneas o digestivas (por defecto de síntesis de vitamina K y otros factores dependientes a nivel intestinal), tetania hipocalcémica y edemas por hipoalbuminemia. Puede producir severa deshidratación hipotónica, gran distensión abdominal por marcada hipopotasemia y malnutrición extrema.
Otra forma aislada de presentación es una anemia ferropénica, debida a la malabsorción de hierro y folatos en el yeyuno. Además, en celíacos no tratados se ha descrito hipoplasia del esmalte dentario. A esto se suma otra complicación: humor irritable y cuadros de depresión, pero lo más temido es el cáncer digestivo.
Dieta especial
Karen Cruz, explica que el único tratamiento de la enfermedad celíaca es la dieta sin gluten, que debe ser estricta y para toda la vida, independiente de cuán bien esté el paciente desde el punto de vista clínico.
El trigo, cebada y centeno se puede reemplazar por arroz, maíz y papas, además de legumbres, nueces de distintos tipos y quínoa. El efecto de la avena no se ha aclarado totalmente, dado que a nivel mundial la producción de trigo, cebada y centeno es mucho mayor que la de cualquier otro grano, la contaminación cruzada de los molinos es una realidad altamente frecuente, y esta contaminación constituye el argumento mas sólido para aconsejar la exclusión de la avena en la dieta del celíaco.