Esta semana vi "siempre Alice" y me hizo pensar mucho en la relación entre enfermedad y futuro. Y es que hay enfermedades que te obligan irremediablemente a replantearte todos los planes e ideas que tuviste acerca de tu futuro. En algunos casos cambias tus planes para enfrentarte de lleno a la enfermedad, en otros para adaptarte a ella y en los más extremos, cuando sabes que no existe alternativa ni control de ningún tipo, para aprovechar al máximo el presente y tratar quizás (como en la peli) de anticiparte al futuro para disponer cosas que sabrás que antes o después dejarán de estar bajo tu control.
¿Cómo seguirá el camino?
En ocasiones pensar en el futuro no es tanto una necesidad como un ejercicio inevitable de la mente. La incertidumbre ante lo que está por venir es algo natural a toda persona (y nadie está libre de sufrir más adelante una tragedia), pero cuando tienes una enfermedad y sabes que ya llevas en el bolsillo varias papeletas para la rifa "mala" esa incertidumbre se convierte muchas veces en miedo.Y ese miedo puede transformarse en el peor de los síntomas de una enfermedad, en el más debilitante y traicionero.
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