Una gran revolución
para las ciencias de la salud, fueron sin duda la invención de las vacunas, que
lograron prevenir enfermedades, erradicarlas, y lo más importante salvar vidas
humanas. Hoy, en pleno siglo XXI, enfermedades del pasado amenazan con
resurgir. La salud pública y las ciencias de la salud, deberán estar
debidamente preparadas para volver a enfrentarlas. La poliomielitis es una de ellas según datos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos se redujeron en un 99 por
ciento a partir de 1988, de 300 mil casos anuales a 223 registrados en 2012 a
nivel global. Solo tres países no han podido detener la transmisión de la
polio: Afganistán, Nigeria y Pakistán. Siempre que un niño permanezca con el
virus, el riesgo existe y se puede esparcir incluso a los países libres de
polio. Otra enfermedad es la rabia. Según la OMS, la rabia mata
cerca de 60 mil personas por año mundialmente sobre todo en Asia y África. Se
sabe que la cepa de rabia portada por los perros es la más virulenta de todas.
Otro de los fantasmas de la salud, es la tuberculosis (TB); segunda causa mundial de
mortalidad, después del HIV. Si bien entre 1990 y 2011 la tasa de mortalidad
por tuberculosis disminuyó un 41 %, en el 2011 8,7 millones de personas
enfermaron de tuberculosis y 1,4 millones murieron por esta. Afecta
principalmente a países de medianos o bajos ingresos y es una de las tres
causas principales de muerte en mujeres de 15 a 44 años.