Os dejo la primera parte de esta historia, que publiqué hace unos días. Podéis leerla aquí.
Iba contando que pedí ayuda a una amiga abogada. Me dio mucha vergüenza contarle lo que había pasado, pero me dijo que no me preocupara, que era algo “normal”, que son editoriales que funcionan así, que es su táctica de venta. Yo la llamaba para ver que hacía, si ponía reclamación en la Oficina del Consumidor o como podía actuar. Me dijo que me llamaría que iba a investigar sobre la editorial.
Al cabo de un par de días me llamó y me dijo que había visto sentencias favorables a los clientes, en casos iguales a los míos. Cosas que no estaban bien hechas por la editorial:
- En primer lugar decirme que eran 31,20€, una super oferta, y nunca decirme que eran cuotas, por dos años, ni el importe total. Vamos, engañarme.
- Lo que ellos consideraban contrato no lo es realmente, porque lo debería haber firmado en presencia de un empleado de la editorial, y no por parte de un transportista que no sabe ni lo que está entregando.
- Además junto con el contrato debería aparecer una hoja de revocación, por si en 10 días quisiera hacer una devolución.
Me dijo que enviara una carta a la editorial indicando mi disconformidad y que no iba a pagar el importe por los motivos citados (todo esto me lo fue preparando ella, super bien, todo en términos muy legales). En la carta indicaba que próximamente les devolvería todo el material porque no me interesaba dada la estafa por la que me los habían dado.
Envié la caja a la dirección que aparecen sus oficinas, y me la devolvieron. Y se ha pasado cerrada bajo una mesa más de un año.
Un año después de la entrega del paquete recibí en casa una notificación de ir al juzgado de la zona a recoger una demanda que me habían puesto. No sabía por donde iban los tiros, me quedé de piedra, asustada incluso. Cuando fui me dieron los papeles, me explicaron un poco y ala para casa.
De nuevo, volví a llamar a mi amiga, le envié una copia de los documentos y me dijo que había que contestar en el plazo de 10 días como que nos oponíamos a esa demanda porque no iba a pagar. Ella me redactó la carta, y la enviamos.
Un mes después, aproximadamente, yo ya embarazada del segundo (imagínate que ganas de embarazada meterme en “líos” de demandas), me llegó otra carta, en la que me citaban a un juicio!!! Cuando me dio los papeles la mujer del juzgado le expliqué mi caso y me dijo que tienen muchos de estos, que hay que acudir a la citación y explicar lo ocurrido.
Mi amiga me recomendó que al contestar esa carta, incluyésemos que el día del juicio estuviera presente el repartidor, para que se viera que él no tenía constancia de las condiciones contractuales de lo que estaba entregando, que el entregaba un paquete como cualquier otro del reparto, y no estaba relacionado laboralmente con la Editorial.
La citación era para diciembre, (embarazada de 28 semanas creo que estaba). Nunca había estado en un juicio, ni sabía como funcionaba. Mi amiga me envió toda la documentación que habíamos ido generando durante este año y pico, emails que se había mandado con los abogados de la editorial, solicitudes de la conversación en la que me explicaban las condiciones… Ella no vino, puesto que no vive en mi misma ciudad, que además me estaba ayudando gratis y que realmente era un juicio “fácil”.
Me leí lo que me envió, la mitad no entendía nada, pero sobre todo lo interesante estaba en las copias de casos similares ganados por clientes como yo, para enseñárselos a la jueza como pruebas.
Y así llegó el día del juicio… que lo dejo para la próxima entrega. Tengo que deciros que seguro que me he dejado algún detalle, carta, o comunicación con la editorial. Mi amiga si se escribió con los diferentes abogados que llevaron el caso (porque cuando uno ve que no va para adelante, deben revender las deudas a otros, de manera que la editorial cobra, y el que compra la deuda a veces también cobra).
¡Hasta la próxima!