Revista En Femenino

Engañada como a una tonta tras el parto (III)

Por Padresenpanales @Padresenpanales

Lo primero os dejo las anteriores “entregas” de esta historia de como me engañaron tras dar a luz en la compra de unos libros de temática relacionada con la maternidad.

Primera parte

Segunda parte

Tercera y última parte:

Ahora íbamos por el momento juicio. Embarazada de 28 semanas, y para variar tarde, llegué con mi pareja a los juzgados de Zaragoza. Que además como ahora están en un sitio nuevo, me confundí de edificio y todo el lío…

Al llegar a la puerta de la sala del juicio, había como en los aeropuertos, letreros que indican el turno de juicio que hay, cual es el siguiente…

Había un señor vestido con su traje de abogado, que me preguntó si yo era Lydia. Me dijo que él era el abogado de la parte opuesta (o como se diga). Me preguntó antes de entrar si estaba por la labor de pagar y así nos lo evitábamos o no. Le dije que no. (Por lo visto previo a los juicios hay negociaciones). En el rato de espera llamé a mi amiga y me dijo que le pasara con el abogado, hablaron de “sus cosas” y me devolvió el teléfono, me dijo que no había acuerdo y que por tanto había que entrar a juicio, me dijo que yo insistiera en lo del contrato que no era legal, que no me habían detallado el importe y que le diera a la jueza los otros casos.

Salió del juzgado una chica a pedirnos la documentación y nos avisó de que en breve nos llamaría. Al entrar estaba la jueza, un montón de sillas, por si hubiera querido ir público (solo estaba mi chico y la “apuntadora”). El abogado se sentó cerca de la jueza y yo que iba representándome a mi misma en primera fila del público. La jueza leyó un poco lo que tenía sobre el caso, y lo primero que hizo fue preguntarle al abogado si traía alguna oferta para pactar conmigo. Dijo que no, pero la jueza la insistió, y él repitió que no.

Expuso el caso desde su punto de vista, y luego me tocó hablar a mi.

Soy habladora, he dado clases, considero que me explico bien, pero ese día estaba obtusa. Entre que ellos hablaban en términos que yo me perdía, y el hecho de que había dormido como el culo fatal, no ayudaba nada. Le expliqué lo que pasó, las llamadas, y que luego ya fueron términos legales que me aconsejaban basándonos en otros casos. Por lo bajini mi chico me iba recordando cosas, pero era mucho lo que había que contar y me iba yendo de una cosa a otra a saltos.

El abogado de la parte de la editorial le recordó a la jueza que estaba el repartidor que yo había querido que estuviera en el juicio (a mi se me había olvidado, y no sabía ni como se le llamaba a entrar ni nada). Él dijo que trabajaba de repartidor, que a veces reparte de esa editorial o de otras, que no sabía ni condiciones ni nada. Él devuelve el albarán y trabajo hecho.

Terminó muy rápido, yo creo que ni 15 minutos de juicio. Al salir le di las gracias al repartidor, y mi chico me dijo que fatal, que vaya lío. Querer hablar de todo a la vez es lo que tiene que te dejas cosas importantes o lo explicas mal y rápido.

En fin, esto fue en diciembre 2014, y en enero de 2015 me vuelve a llegar una carta del juzgado.

Justo me citaban para recoger documentación el día que tenía una de las últimas visitas al tocólogo, así que llamé para cambiar la cita de recogida, y de paso que me dijera que ponía en los papeles…

“Que desestimando la demanda interpuesta por la mercantil XxxxX (ojo que aquí ya no era la editorial, sino una empresa de cobros) frente a D. Lydia….., absuelvo a la demandada de la pretensión deducida de la demanda, con condena en las costas que se pudieran devengar a la parte actora (osea ellos)”

Al ser una demanda por importes menores de una cantidad, no se generan costas, así que ellos no tendrán que pagar nada, y yo por fin me puedo olvidar de este lío. Además en la carta pone que no se puede poner recurso a esta sentencia, vamos que punto y final al tema!!!

Por fin ha terminado esta historia, y viendo que es algo “más habitual” de lo que yo me pensaba, ya no me siento tan tonta contándolo, y quizá a alguien le pueda ayudar. De todos modos he leído por internet a otras madres como yo, que también les llamaron para preguntar por el parto y les vendieron la moto como a mi, que han acabado pagando por no haberse informado bien o no haber pedido ayuda. Vamos, que al final la editorial se forra, o vendiendo mediante engaños, o vendiendo las deudas a otras empresas de cobros… Una vergüenza.

Espero que no os veáis en esta situación. Y para los curiosos, la editorial es Editorial Océano, ala ya lo he dicho!!!!


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