¿Te pasas la vida enganchada al móvil? Hoy te contamos algunas de sus (nefastas) consecuencias para tu piel.
¿Te consideras una enganchada al móvil? ¿Sabías que según un reciente estudio 1 de cada dos españolas mira el móvil nada más despertarse? ¿Y sabías que el 64% no lo apaga nunca? Estos datos (entre otros) revelan que hemos dejado de utilizar el móvil como una simple herramienta y que se ha convertido en un imprescindible para nosotras. De hecho, un 20% de mujeres reconocen que estar sin móvil le causa estrés y nervios.
Enganchada al móvil: ¿cuántas veces lo consultas?
Entre las aplicaciones más usadas están el e-mail, las redes sociales y el WhatsApp. Según los estudios más recientes, consultamos el móvil una media de 7 veces al día y sobre todo, por la noche. Pero estar enganchada al móvil se ha convertido en algo más que un hábito, sino que nos quita tiempo para otras cosas. Por ejemplo, leer (el 53% de las mujeres aseguran leer menos por culpa del móvil) y un 30% afirma cuidarse menos.
Las consecuencias de este neo-vicio:
Con este panorama, no resulta extraño pensar que las consecuencias vayan más allá de nuestro estilo de vida. Por eso, hoy te traemos algunas de las que inciden DIRECTAMENTE sobre nuestra piel. ¿Estar enganchada al móvil te está haciendo envejecer? ¡Puede! Toma nota:
#1. Bolsas y ojeras:
El enganche a los móviles y, sobre todo, el utilizarlo justo antes de irnos a dormir, equivale a un descanso inadecuado. ¿Y cuál es el principal problema que se deriva de esto? Exacto: la aparición de bolsas y ojeras.
#2. Arrugas en el entrecejo:
El hecho de consultar repetidamente el móvil, dadas las dimensiones de sus pequeñas pantallas, favorece que frunzamos el ceño más de lo normal y que, por tanto, fomentemos la aparición de arrugas en el entrecejo.
#3. Patas de gallo:
Al fijar la vista por largo tiempo en las pantallas de lo móviles, las llamadas “patas de gallo” se convierten en una realidad. La aparición de arrugas en la frente, también puede deberse a esto.
#4. Papada:
Fíjate en la postura de tu cuello cada vez que miras el móvil. Seguro que, como casi todo el mundo, en vez de mirarlo de frente, inclinas la cabeza hacia adelante. Esta acción, repetida día a día y por tiempos largos, favorece la aparición de arrugas en la zona del cuello. Además, cuando la piel es más madura, también acelera la flacidez y por tanto, la aparición de la temida “papada”.