Un par de ejemplares bovinos, en el zoo de Amsterdam. (Foto: Torres)
Si pretendiéramos navegar por el mundo en posesión de la verdad absoluta necesitaríamos que un procesador fuera corrigiendo en cada momento todo lo que pensamos. La realidad es engaño, o percepción errónea continua, o un timo, sin más adornos. Resulta que en Twitter, que es una red social de mucha fama y utilización, un 44% de los 947 millones de perfiles que están dados de alta no han publicado nunca un tuit. Esto es como hacer la Primera Comunión y que sea la última, porque no vuelven a verte en una iglesia ni haciendo turismo. Y cuidado, que esto no acaba aquí. Sólo un 13% de los usuarios de Twitter ha publicado más de 100 mensajes. El resto dormita o es nuevo. Con lo fácil que resultar inventar cualquier reflexión, buena o mala, sobre la dureza de los lunes y la voluntad de superar las dificultades. Si tienes muchos seguidores, repasa un poco la lista, porque igual ni existen y no te sigue más que una banda organizada de blogueras intentando que compres unas bailarinas amarillas con topos negros.
Los fans en Internet son como los clientes en los bancos, se acumulan por puro egoísmo. En las sucursales bancarias (ahora se llaman oficinas sin más) no te dan de baja aunque acudas con un abogado, un notario y un mariachi dispuesto a tocar rancheras, corridos, huapangos, sones jarochos y valses. A riesgo de pecar de exagerado veo más fácil cambiar de compañía telefónica y que no te cobren la permanencia. En España, la banca ha producido muchos engaños. Se habla mucho de preferentes y subordinadas, pero también se inventaron otras mentirijillas: cláusulas suelo, índices de referencia vinculados a productos, comisiones, rescates, patrocinios, jubilaciones blindadas y un señor tocando la campana en el parqué madrileño que a los de más edad nos recuerda a Don Cicuta en el Un, dos, tres.
Todo tiene parte de engaño o de algo que no casa: el iPhone barato, el Omega 3 en pastillas, las plantillas para adelgazar, los concursos de televisión, el Mini familiar, las portadas de las revistas de moda, el interior de las revistas de moda, los anuncios de antiarrugas protagonizados por veinteañeras, el matrimonio… Si echamos un vistazo a las altas en la Seguridad Social, veremos que los contratos de formación y prácticas han crecido un 40% en un año. Mira, otra mentira muy extendida, los contratos en prácticas. Voy a tuitearlo.