Revista Bolsa

Enric Duran: ¿Héroe o villano? ¿Activista o estafador?

Por Accionistascaixabank

El sábado 28/12, tuvimos la oportunidad de escuchar en el programa "Quatre gats", de Catalunya Radio, una entrevista de Ricard Ustrell a Enric Duran, más conocido por muchos -aunque quizás a él no le guste- como el "Robin Hood de los bancqueros".

Enric Duran "estafó" casi medio millón de euros a un total de 39 entidades financieras para destinar el dinero a actividades sociales. Sin haber sido todavía descubierto, lo hizo público él mismo y de forma voluntaria en la publicación " Crisi" para intentar provocar un debate social. Una vez interpuestas las demandas civiles y las posteriores denuncias por parte de las entidades financieras, Enric fue detenido e ingresó en prisión a la espera de juicio. Tras salir de la cárcel al pagar la fianza, estando plenamente convencido de que en su proceso se estaban vulnerando sus derechos (ver comunicado), Enric tomó la difícil decisión de no presentarse a su juicio, por lo que fue declarado en búsqueda y captura. Desde etonces, Enric está condenado a vivir en la clandestinidad.


Su acción protesta tuvo repercusión nacional e internacional, dedicándole Jordi Evolé a él y a Lucio Urtubia un programa completo de " Salvados".


En cuanto al destino del dinero -expropiado para unos y estafado para otros- el lector puede averiguar a qué se destinó en el documental " Retorno".

Sin embargo, más allá de "estafar" 492.000 euros al sistema financiero español (cantidad irrisoria para éste), Enric hizo algo mucho más grave: demostrar la debilidad del proceso de concesión de créditos y mostrar abiertamente cómo aprovecharse del mismo. Quizás fue éste realmente su "pecado capital".


Si bien todos conocíamos que la llamada al boicot -en forma de retirada de depósitos- supone el talón de Aquiles para una entidad financiera (afectando a su Pasivo), Enric mostró públicamente y con todo tipo de detalles en qué consiste éste otro talón de Aquiles (afectando a su Activo).


No obstante, la verdadera voluntad de Enric no era otra que el provocar un debate social sobre la potestad que tienen los bancos para crear dinero nuevo mediante la concesión de créditos, un proceso del que él mismo demostró sus vulnerabilidades. En otras palabras, su intención era provocar un debate público sobre un asunto demasiado incómodo y así facilitar que se produjera un cambio social.

Guste o no, en aras de la supremacía del sector financiero, para muchos, Enric debería ser -sí o sí- condenado. No tanto por la estafa o haber falsificado nóminas, sino por haberlo hecho público y -sobretodo- haber explicado el cómo y el porqué de lo hacía. No obstante, no hay que obviar que, aunque sea a modo de pretexto, sólo se le puede condenar o juzgar por lo primero y no por lo segundo.

Cabe destacar que las entidades financieras difícilmente pueden solventar las debilidades que denunció públicamente Enric Duran, por lo que probablemente su "sistema" siga siendo válido. De hecho, probablemente la "Ley de Protección de Datos" sea uno de los principales escollos para que fluya la información de modo que se pueda mejorar el proceso de estudio o concesión de créditos. Por ello, la única forma de desincentivar a que otros sigan los pasos de Enric -aunque fuera en beneficio propio- es castigarle a él lo más severamente posible y -sobretodo- sin atender a ninguno de los argumentos que él pueda plantear. En ningún caso pueden permitirse abrir un debate al respecto -tal y como parece desearía Enric-, ya que eso sí podría suponer el inicio de un proceso de cambio.

Si bien lo anterior podría parecer un poco conspiratorio, al plantear la posibilidad -no certeza- de un resultado final determinado ya desde el inicio, tenemos que recordar que -muy a nuestro pesar- los jueces y periodistas eran precisamente en 2013 las profesiones menos valoradas por los españoles.


Resulta curioso que para el mantenimiento del sistema o estilo de vida que llevamos, sea requisito indispensable una fe ciega en el buen funcionamiento del sistema judicial y del financiero, a pesar de que existan numerosos ejemplos contrastados que indiquen lo contrario y que -irremediablemente- siempre deben ser rápidamente olvidados. Por ello, quizás nadie debería condenar a la ligera la decisión de Enric de no someterse finalmente a la Administración de Justicia sin conocer previamente los motivos que le llevaron a tomar una decisión que tuvo, de forma inmediata, un impacto directo en su modo de vida. Es más, hay que recordar que inicialmente sí lo hizo, al volver del extranjero, siendo consciente de que ya había sido denunciado,y por lo que acabó pasando un par de meses en prisión preventiva. Probablemente, según se desprende de sus declaraciones y su comunicado, fue la intuición -acertada o no- de no ir a ser sometido a un juicio justo lo que le llevó a cambiar de opinión.

Siendo conscientes de que la acción de Enric fue ilegal, intentaremos ir más allá de la intransigencia que nos llevaría a pedir un simple y llano juicio por estafa o falsificación documental. Por ello, especialmente para aquellos que sufran alergia a la palabra "desobediencia", queremos recordar que la mayor parte del desarrollo social ocurrido a lo largo de la historia -como el sufragio y ciertos derechos laborales- no se han obtenido precisamente gracias a la obediencia. Por lo tanto, les guste o no reconocer a algunos, el avance de los derechos sociales y la desobediencia civil van juntos de la mano. A partir de aquí cada uno decidirá libremente si simpatizar con Robin Hood o con el sheriff de Notthingham...

Desde AccionistasCaixaBank, analizaremos y profundizaremos sobre los motivos por los que Enric debe ser juzgado. Para ello, teniendo en cuenta que uno de los testigos solicitados por la defensa de Enric Duran fue Isidre Fainé (presidente de "La Caixa"), contrastaremos sus acciones con ciertas actuaciones de CaixaBank S.A. reflejadas en los medios, entidad financiera que continuamente hace referencia a sus "valores" y a su compromiso social. De este modo estamos seguros de poder separar "héroes" de "villanos", ciudadanos o empresas modélicas de supuestos "radicales anti-sistema", etc... Debería ser sencillo... ¿o no?.


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