Este fin de semana a pasado ha toda velocidad (Si, soy consciente de que es Lunes, ese es el problema). pero cuando se esta en buen compañía el tiempo vuela. vuela entre conciertos, paseos por Granada, tiendas de vinilos y muchas muchas cervezas.
Y aun así entre cerveza y cerveza había tiempo para darle un poco de placer gastronómico a nuestros estómagos. Por lo que decidí realizar estas recetas:
Ensalada con salsa de mostaza y arándanos:
Me flipan las ensaladas, porque una ensalada puede ser algo más. una ensalada puede ser el acompañamiento perfecto ya que tienes la posibilidad de añadirle a tu gusto los ingredientes que quieras.
A mi personalmente me gusta muchísimo echarle kikos y queso, algo que como podéis ver en las fotos lleva esta ensalada.
Ademas, Chica llego de la compra con un paquete de kikos que muy asertivamente estaba colocado en la encimera junto a la lechuga. Y es que desde el primer día que comió una de mis ensaladas con kikos es un elemento más que recurrente en estas.
Ademas de Kikos esta ensalada llevaba un par de quesos diferentes, cebolla crujiente, pechuga de pavo, zanahoria rallada, reducción balsámica de frambuesa, maiz y una deliciosa salsa de mostaza y arandanos.
Presentado en una magnifica fuente de cerámica que nos compramos en nuestro viaje por Almeria cuando vistamos Nijar.
Como dirían en Parque Jurásico: "No hemos reparado en gastos"
Pollo con salsa de Queso azul:
Tenia guardadas un par de pechugas de pollo y decidí aprovecharlas, las troceé, cogí mi querida parrilla de Ikea, le eché un buen chorreton de aceite de oliva y encendí... UN MOMENTO No había gas! la bombona la habíamos gastado!!
Dos bocas hambrientas se quejaban en el salón de mi casa y la ensalada que ya estaba hecha corría el peligro de ser vilmente devorada sin nisiquiera contar con mi presencia. Por suerte vivimos en un magnifico bloque que solo ocupamos 3 personas. y nuestro vecino, ademas de vecino es amigo.
Un grito de VECINOOOO, por la ventana fue suficiente para que me bajará su bombona de butano y pudiese seguir con la receta.
Añadí el pollo, salpimenté al gusto y las bocas hambrientas fueron pacientes mientras se doraba en la sartén. luego el toque mágico, un pequeño chorro de nata y un queso azul que hace que te salten las lagrimas.