"Soy Popeye y voy por el mar...
Popeye el marino soy...con las espinacas podré proteger...
a Olivia mi novia fiel..."
Seguro que los que no sois de mi generación, pensaréis que he bebido. Pues nooooooo, Popeye "existe" y me acompañó en mi infancia, cuando los dibujos eran dibujos y no lo que ahora hacen, pero bueno ese es otro tema.
Deciros que el forzudo de Popeye amaba profundamente a su novia Olivia, una espigada y feucha morena que le tenía tontorrón todo el día. Para arruinarle esta historia de amooool estaba Brutus, forzudo y bruto como él solo, que no hacía más que intentar mediante la fuerza, robarle a su amada. Pero Popeye no se daba por vencido y luchaba para conservar a su amada Olivia. Cuando necesitaba fuerzas extras reventaba una lata de espinacas, el abrelatas ni sabía usarlo, y se tragaba de golpe el contenido. Y todo esto sin que se le cayera la pipa de la boca.
Era o no era un héroe de los de verdad??
Los que no conocíais a Popeye ahora ya sabéis quien es, aunque supongo que a muchos os importará bien poco jajajajaja.
Yo también como espinacas, pero no para hacerme fuerte y luchar contra quien quiera quitarme a mi amado, para eso me basta mi mala leche grrrrrrr, sino porque me gustan mucho y así frescas mucho más.
La ensalada que hoy os traigo me gustó mucho y ya la he repetido varias veces. Sencilla como casi todas, y la explicación la tenéis solo mirando la foto. Deciros únicamente que esta vez no hice ninguna vinagreta especial como suelo hacer con todas las ensaladas, utilicé el aceite de hacer el beicon para condimentarla y un poco de vinagre de modena. Lo que también hice fue pasar vuelta y vuelta el queso de cabra con la sartén muy caliente. Así de sencillo.
Gracias por tu visita. Dime si te ha gustado esta entrada.
