Ensalada de Garbanzos

Ensalada de garbanzos con azafrán, coco y café

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Aquí tenemos uno de esos productos de los cuales no se habla mucho. Posiblemente debido a que juega tantos papeles diferentes en la cocina se suele perder en su propio tumulto. Pero en cuanto hacemos una lista de los platos o bebidas que dependen de él, notamos su relevancia. Sin éste el hummus no existe. Se le usa para preparar felafel, como para hacer una bebida alcohólica similar al sake. Se puede moler para usar como harina o tostar para disfrutar como snack, aparte de usarse para hacer sopas o, como yo acabo de hacerlo, para hacer ensaladas. El ser humano disfruta esta legumbre desde hace unos 10,000 años. Por su alto nivel de proteína forma parte de la dieta de aquellos que son vegetarianos.

Cicer arietinum es conocido comúnmente como garbanzo o chícharro y es verdaderamente un producto que no goza de buena reputación, más bien se conecta con la pobreza y la rudeza. Tanto así que se alude a su insignificancia cuando se dice “por un garbanzo no se descompone la olla”. Garbanzo viene del castellano viejo: garau, significando semilla y antzu, seco.

Por supuesto que ya ustedes saben lo que viene, pero me permiten aclarar un punto a estas alturas en cuanto a mi trabajo con el café fuera del área de las bebidas. Para muchos leyentes puede dar la impresión que con mis blogs e ideas estoy simplemente tratando de cafetear todo lo que me viene a las manos, decidido a mantener el concepto en vivo. Esto NO es al motor que me mueve. Soy compositor y he estado componiendo piezas para el piano y escribiendo canciones desde más de cuarenta años. El motor es una energía basada en la atracción fuerte hacia el componer y combinar. Es una necesidad de unir cosas que yo pienso pueden realzarse mutuamente y a la misma vez ayudar a amplificar nuestra percepción en forma visual, acústica o a través del paladar. Por lo tanto el unir garbanzos con café es basado en la convicción de antemano que esta mezcla puede ser buena. En mi opinión, una composición nace en la mente. El componer en sí y cualquier resultado final son simplemente formas de constatar el valor de la idea y hacerla palpable. Los pensamientos y la sospecha que algo puede y debe saber bien, son basados ambos en la curiosidad natural acompañada por la necesidad de vivir lo nuevo que nuestros sentidos nos pueden regalar.

Ahora ya saben que los sabores de garbanzos, café y azafrán habían funcionado en mi mente, induciéndome a tomar los pasos de juntarlos físicamente en la cocina. Lo que unifica a estos tres (algo que yo no había considerado anteriormente) es el aspecto térreo en el sabor de cada uno. Con algunos ingredientes adicionales se logra una ensalada la cual espero les va a alegrar por varias horas.

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• 350 g garbanzos
• la mitad de un expreso
• una buena pizca de azafrán
• 4 cucharas de aceite de oliva
• 3 cucharas de coco raspado
• 1 cuchara de leche de coco
• 15 hojas de albahaca
• sal y pimienta
• yo sé que para muchas personas la consistencia del garbanzo es muy seca. Por esto es posible añadir un poco de leche o dos o tres tomates

Por supuesto, los garbanzos necesitan una noche en el agua antes de prepararlos

Yo cociné los garbanzos en la misma agua donde habían pasado la noche, añadiendo un poco de sal, una cuchara de aceite de oliva y la mitad del expreso. Los garbanzos necesitan unos 45 minutos para llegar al punto que a mí me gusta. Cuando se han enfriado un poco le añado las hojas de albahaca (parte de ellas cortadas finas), el raspado y la leche de coco,  sal y pimienta, el resto del aceite de oliva y el azafrán. Se mezcla todo bien. Sirve una tres a cuatro porciones.

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