
¡Buen día de miércoles!
Hoy vengo para contaros mi primera experiencia en el mundo de las quedadas, mi primer contacto con el mundo blogeril, en formato 1.0 jejeje... y para celebrar junto con todos los que fuimos invitados con una receta bien chula nuestra participación y el juego del "ingrediente misterioso" que celebramos.
Pero vayamos por partes...
Justo antes de Navidad, creo que fue, Nieves y Elena que son unos soles gigantes y más buenas que el pan me escribieron para invitarme a una Kedada de blogeros cocineros en Madrid, que estaban preparando para el 27 de febrero y que esperaban verme allí.
Una de las cosas que os tengo que contar, si a estas alturas no lo sabéis es que resulta sumamente curioso, raro e intimidante el ambiente de los blogeros de cocina, os diré porqué... ¡¡son tremendos!! Acogedores, amables, simpáticos, generosos e increiblemente dispuestos.
Si seguís más blogs de cocina os daréis cuenta de que no se pierden un sarao, que son requete-activos en redes sociales, que son de los que se apuntan a un bombardeo y a todos los concursos, sorteos y retos que puedan existir y que les encanta reunirse, quedar y charlar sin parar.
Pero bueno, por muy simpáticos que fueran y por mucho contacto que hubiera tenido con ellos vía comentarios, mails y redes sociales... eso de salir al ancho mar a comer con ellos... ¡daba un poco de angustia!
Os diré además porqué... me está pasando, en este mundo del autónomo, la empresa pequeña y los proyectos creativos que por muy cuqui, moñoño y de colorines que se vista todo, ejem... ¡menudos largartones andan sueltos! Yo, además, que soy más inocente que un cubo me he visto en cada embolao de los de "no lo cuento porque no me cree nadie" jejeje... así que para qué engañaros, acepté la invitación de las chicas de la Cajita con un poquito de prevención.
¡¡Y qué va!! Fue increíble, como una comida familiar, todos hablando con todos, de todo y a porrón... buen ambiente, buena compañia, planazo en el Sal de Hielo aquí cerquita de la Puerta de Toledo y gente bien-bien simpática a los que por fin puse cara.

Comimos de cine, hablamos un montón de cocina (como era de esperar, jejeje), ¡e hicimos un juego! Os explico: todo consistía en que cada uno trajera de casa un ingrediente secreto, ¡el que quisiéramos! fácilmente transportable y que pudiéramos meter en una bolsita con nuestro nombre y el de nuestro blog.
Y así fuimos intercambiando como en un amigo invisible pero sin saber ni quién nos regalaba ni a quién regalábamos nosotros.
Pues os diré que a mi no hay mucho misterio en quién me regalo ni qué, ¿verdad? Sip, el capitán Rábano, haciendo honor a su pseudónimo me regaló un puñado de rabanitos, como no podía ser de otra manera...
Yo, por mi parte, le toqué a Carmen y el ingrediente que yo había escogido había sido una ramita de canela, ni más ni menos.
¿Qué cuál era el misterio de los ingredientes? Pues llegar hasta aquí! Cada uno tenía que preparar con el que le hubiera tocado un plato para después publicar todos nuestras recetas hoy mismo... así que os animo a dar vuelta por la blogosfera porque hoy desvelamos todos qué hemos preparado... os dejo algunos de los nombres de los blogueros que fuimos a la quedada.
Ya os he mencionado a Nieves y Elena, a Carmen y a César; asimismo estuvo Ana, Teresa, Ross, Marga, Concha, Idaina, Marisa, José Luis y Belén entre muchos otros como os digo...

Bien, llego por fin a mi receta... Si os soy sincera con eso de que pensaba que lo de los rabanitos sería fácil... ¡no os imagináis los ingredientes que aparecieron en la mesa! Flores de loto, mezclas de especias, mazapán, arroces exóticos... bua... Yo me las daba tan feliz con mis rabanitos.
Pero como no podía ser de otra manera yo me las di de tan felices y resulta que ¿qué cocina uno con rabanitos? Vale, ya sé que me diréis que podría encurtirlos, hacer una salsa picante, como guarnición de carnes etc... todo eso ya pensé yo, problema: ¡¡¡la receta la tuve que comprar, preparar y cocinar ayer mismo!!! Vamos, que como para encurtir nada.
Así que yo cual yoggi buscando inspiración delante de los manojos de rabanitos de Makro cuando va Almu y me dice... "¿porqué no haces esa ensalada "que no has vuelto a hacer"? ¿Esa que lleva guisantes?"

La ensalada en cuestión y cuya receta saqué hace un porrón de tiempo de Gastronomía&Cía es ideal para este momento del año porque lleva guisantes en crudo, maíz, achicoria, bacon, rabanitos y poco más... sencillota pero riquísima.
Yo la he hecho varias veces en casa, siempre que mi padre viene cargadito de guisantes y terminamos hasta el copete de tanto guisante con jamón... pero no había caído en la cuenta.
Como veréis queda bien pichona, jejeje... alegre, colorida y os aseguro que riquísima!!! Además el aliño de mostaza y miel, aunque muy repetido en muchos sitios, si se hace casero y en el momento queda delicioso!!
Os voy a dejar ya la receta, a ver qué os parece.
Receta de ensalada de guisantes frescos y rabanitos con aliño de miel y mostaza.
Ingredientes para dos ensaladas:- 200 gramos de guisantes frescos desvainados
- 1 mazorca de maíz despepitada
- 1/2 achicoria cortada en láminas bien finitas
- 1 loncha de un dedo de grosor de bacon en taquitos
- 1/2 bloque de queso feta
- 1/2 cebolla morada encurtida en sal y vinagre
- 4 rabanitos rallados en finas lonchas
- 1 cucharada de mostaza
- 1/2 cucharada de miel
- 1/2 cucharada de vinagre
- Un chorrito de zumo de limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Sal
Modo de hacerlo:
1. Yo lo que primero hago es poner a encurtir la cebolla. Picándola bien finito y poniéndola en un bol con un buen chorro de vinagre y una cucharada de sal, la aplasto un poquito y reservo 5 minutos.
2. A continuación preparo los guisantes, primero quitándolos de las vainas y después escaldándolos 3 minutos en agua hirviendo, para subirles el color y que pierdan el sabor más crudo. Después enfriamos rápidamente en un bol con agua y hielos y reservamos.
3. Desgranamos también la mazorca de maiz, que ya viene cocido y reservamos.
4. Picamos en tiras finitas la achicoria y también dejamos a un lado.
5. Por último salteamos los taquitos de bacon en un sarten sin nada de aceite y dejamos que escurran el exceso de grasa, una vez hecho en un plato con papel absorvente.
6. Preparamos en último lugar la vinagreta, para ello en un bol mezclamos miel, mostaza, vinagre y limón, y con una varilla vamos a ir removiendo mientras vertemos el aceite, sin parar de remover hasta que emulsione, quedará como la salsa holandesa, amarilla y gordita. Corregimos de sal, y listo.
7. Ya sólo nos queda montar la ensalada. Comenzamos escurriendo y remojando la cebolla roja en agua bien fría. Colocamos en unos platos guisantes, maíz, achicoria, bacon, el queso feta y la cebolla roja y decoramos en último lugar con los rabanitos.
Salseamos con nuestro aliño, ¡y listo!

Ya sabéis que yo no soy mucho de ensaladas, así que siempre busco aquellas que se coman con los ojos, jejeje... siempre con bien de cosas, coloridas, sabrosas y abundantes, y esta es una de ellas, ¡ya me diréis!
Yo me despido ya, que tengo muchos blogs que visitar... nos vemos de nuevo mañana.
Un besuco gordísimo,
Luz.
