El presidente andaluz aplaude, en la imagen, al flamante premio Andalucía de Periodismo en la categoría de Prensa, José Joaquín León, por sus excelentes entrevistas publicadas por el Grupo Joly. Ahí está el tío con el pergamino en la mano, todavía asombrado, perplejo, por recibir un reconocimiento justo y merecido a su labor, honesta desde la ironía, rigurosa y directa, sin entregar un ápice de dignidad. Una alegría entre tanta desazón. Pa celebrarlo.
http://www.josejoaquinleon.es/ En la web de León se pueden consultar sus entrevistas y leer sus reflexiones diarias.
Ni el reduccionismo científico, ni la sociología de las ciencias son suficientes para explicar el modo en que se desarrolla la ciencia como una labor humana, según Echeverria existen unas series de máximas “Axiomas” que guían la investigación, y su estudio “la axiología” los cuales permitirían comprender de una manera más completa a la ciencia.
La segunda parte del texto haber con los contextos en que se desarrolla el conocimiento científico. Desde 1938 “y por consiguiente antes de tomar en consideración la obra sociológica de Kuhn” se había generado una separación fundamental entre el contexto en que el conocimiento es justificado, es decir los mecanismos que nos permiten definir al conocimiento como una creencia justificada “razonamientos lógicos y racionales”; mientras que el contexto de descubrimiento se refiere a las prácticas en las que el conocimiento nace, y que en muchas ocasiones no tenían un componente lógico. Con el ingreso de la obra sociológica, la barrera entre estos dos tipos de contexto se difumina, ya que el contexto de justificación muchas veces tiene poco de objetivo o racional, sino que es relativo al contexto social el cual no es objetivo. Dada la distinción entre los dos contextos, los filósofos de la ciencia de mitad del siglo XX tendieron a enfocarse en el contexto de justificación, aduciendo que no era labor suya el contexto del descubrimiento, siendo este trabajo de los historiadores y psicólogos de la ciencia.
En cualquier caso, dadas sus debilidades, Echeverria propone otro tipo de división contextual de la ciencia en cuatro categorías principales, las cuales pueden interactuar entre sí: “Distinguiremos cuatro contextos en la actividad tecnocientífica: el contexto de educación (enseñanza y difusión de la ciencia), el contexto de innovación, el contexto de evaluación (o de valoración) y el contexto de aplicación” (Echeverria, ¿???). Esta distinción se articula en base a razones prácticas; los científicos que se encargan de cada uno de los contextos poseen diferentes tipos de metodologías, de objetivos y por lo tanto de valores. Aun así, la ciencia solo puede avanzar de manera colectiva cuando estos cuatro contextos funcionan de manera armónica.
Con esta discusión termina la primer parte del texto de Echeverria, eminentemente introductoria al contexto de la filosofía de la ciencia, no sin antes haber anunciado el punto importante en la cuestión; que ni la sociología ni el reduccionismo era suficiente para explicar la práctica científica. De este modo el resto del texto se dedicará a ese tercer gran elemento olvidado, los valores científicos.
De manera rutinaria asumimos que la ciencia es un fenómeno axiológicamente neutro, que al igual que cualquier herramienta, su valor ético dependerá del modo en que es empleado. Sin embargo tal distinción es engañosa, pues si examinamos los objetivos y como la ciencia trabaja, nos damos cuenta de la existencia de una serie de valores que son prácticamente invisibles, pero que gobiernan la actividad diaria de todos los científicos del mundo, por ejemplo:
1. Los resultados de la actividad científica deben ser públicos, tarde o temprano, y no sólo privados. 2. Los resultados de la actividad científica deben ser comunicables y enseñables. 3. El saber científico debe ser accesible a cualquier ser humano, previa educación. 4. La objetividad prima sobre la subjetividad. O si se prefiere, la ciencia debe ser objetiva. 5. En la medida de sus posibilidades, los científicos deben tratar de mejorar lo logrado por sus predecesores.
Estos cinco ejemplos son juicios de valores que marcan un objetivo teleolocio, un deber ser. De esta manera se constituyen como objetivos, que aunque no se cumplan generalmente, si constituyen el ideal al cual la gran mayoría de los miembros de las comunidades científicas apuntan. En otras palabras son valores.
Una vez entendido esto, debemos plantearnos cuales valores son más importantes. Por ejemplo en el caso de Popper, dado que su principal proposición se basa en la falsación como mecanismo de eliminación de creencias del conocimiento científico, se puede pensar en un detalle; nadie hace un experimento para falsear su propia hipótesis. Sin embargo, la proposición Popperiana sobrevive si asumimos que la crítica es uno de los valores primarios de la comunidad científica, de este modo que un autor A no quiera falsar su hipótesis A´, el autor B puede generar un experimento para falsar la hipótesis A´, sin embargo, este proceso es solo posible desde que la ciencia vea como valor a la crítica y no a la autoridad del autor A.
Otro ejemplo empleado en el libro es el mecanismo por medio del cual Kuhn escapa de un relativismo absoluto, por lo cual lo estaban criticando, por ejemplo aduciendo que él había reducido a la ciencia a una psicología de masas “asumimos que es la masa de la comunidad científica”. Para escapar a esto Kuhn planteaba una serie de valores que debía poseer una buena teoría científica, la cual le permitía distinguirse de una mala teoría o simplemente de creencias de masas, por ejemplo: coherencia (o consistencia), universalidad (o generalidad, o amplitud), simplicidad (o elegancia, o belleza), fecundidad (o progresividad, en el sentido de Lakatos), ajuste (o adecuación) a la naturaleza (o a los datos), utilidad social entre otros (Echeverria, ¿???).
Los valores científicos, como los valores de una sociedad no son constantes a lo largo del tiempo, ya sea grandes lapsos históricos, culturas diferentes, o incluso en tiempos especiales o coyunturas políticas como la guerra. Por ejemplo, aunque uno de los ideales de la ciencia moderna sería el de mejorar la calidad de vida de las personas, en tiempos de guerra la actividad científica se vuelca a matar personas.
De esta manera, Echeverria expresa el objetivo fundamental del etxto que no es otro que “mostrar que algunos de los valores que rigen la actividad científica (en sus diversos contextos), tienen un claro origen filosófico, incluyendo en este análisis los criterios normativos introducidos por diversos filósofos de la ciencia (como Popper) a lo largo del siglo XX” (Echeverria, ¿???).
Si los valores tuvieran un origen exclusivamente social, diríamos que se deben estudiar desde las ciencias sociales, pero si existen valores filosóficos, es la filosofía de la ciencia, y en este caso la axiología de la ciencia quien debe tomar cartas en el asunto.
Dado lo anterior se debe establecer una distinción entre los valores éticos de la actividad científica y los valores epistemológicos de la actividad científica. Mientras unos podrían cambiar con las coyunturas políticas, por ejemplo el de máxima bondad “se altera con la guerra”, otros deben mantenerse de manera constante sin importar nada “el de maximizar la eficiencia de los procesos” solo por poner un ejemplo.
Como Kuhn plantea el relativismo científico, Echeverria establece un conjunto de planteamientos que permiten discernir la complejidad de la construcción científica, podemos hacer hincapié en el planteamiento de una filosofía axiológica, donde no se tiene solo en cuenta procesos netamente inductivos sino que se puede ver el método deductivo como un planteamiento articulador de interpretaciones de fenómenos naturales.
Aun así en la historia de las ciencias se ha planteado visiones fisicistas que han sesgado muchas de las interpretaciones axiológicas de la ciencia, dejando de lado una visión fenomenológica, instaurándose en axiomas des-articuladores; lo cual genera espacios y retrocesos en la construcción de nuevos paradigmas científicos y en la interpretación de los actuales.
Estas desarticulaciones se ve sumergidas en una visión epistémica instaura desde la visión de la física, la cual no respondía a la construcción de una filosofía general de las ciencias. Problema que busca soluciones desde el planteamiento de diversas filosofías científicas y es cuando se estableces filosofías como, filosofía de las ciencias sociales, filosofía de la economía, filosofía de la biología entre otras (Echeverria, 1995). De esta manera se puede interpretar que no se busca establecer parámetros de mediación sino generar un sin fin de partes que no aportan a la interacción entre las mismas, generando estancamiento en los mismos procesos filosóficos y epistemológicos. Para estos Echeverria establece que se debe tener en cuenta la pluralidad de la ciencia pero tan bien se debe mantener el pluralismo metodológico de cada una de ellas, el hecho de plantearse como ciencias, no signifiquen que tenga que manejar un misma metodología, pues aun que se instauren como ciencia deben mantener unas bases propias de su interpretación de fenómenos (diversidad en los métodos científicos).
Partiendo del anterior punto, se debe entrar a interpretar el pluralismo en los valores epistémicos y los valores prácticos en la actividad científica (Echeverria), pues no se puede tener una visión inductiva respecto a los fenómenos sino que se debe plantear estos mismos desde un punto de vista deductivos, siendo estos los que generen planteamientos relativos de la ciencia y una axiología pluralista que permeabilice la interpretación del científico. Para esto se debe de reformula la enseñanza de las mismas ciencias pues ya no se establecen parámetros de coacción sino se genera una pluralidad en el entendimiento de los fenómenos, los cuales deben mantener un eje de interpretación más no una homogenización de las ciencias. Dando a si como resultado una explosión de planteamientos (hipótesis) los cuales buscaran ser aceptados o rechazados por los mismos científicos y esto se reflejara en la capacidad de innovación de cada uno de los planteamientos.
Como es bien dado, la lógica matemática permite identificar variables que aunque no estén visibles o planeadas se pueden deducir que hacen parte del contexto (Lakatos) pero aun así esto se reflejara cuando la aplicación de dichas hipótesis responda a las necesidades sociales, de lo contrario se descartaran. Véase que aunque los planteamientos o las perspectivas científicas encuentren planteas de una forma correcta no significa que respondan a la aplicabilidad para la que fue estructura. ¿Se podría establecer esto como el error de aplicabilidad?. Para la posible respuesta a esta pregunta se debe reformular la visión de conocimiento científico y la práctica científica, ver como estos dos factores perciben la aplicabilidad.
Para conocer o decir que se conoce son muchos los postulados o teorías que se han plantado, es de esta manera que Kant describe el conocer como la experiencia de vida y la enmarca en un conjunto de interacciones que permiten que el ser visualice e interprete espacios de su realidad. Aun así no se puede instaurar una verdad del conocimiento científico, como se planteaba en renglones anteriores es de gran importancia revaluar la visión de ciencia y aplicabilidad de la misma, pues si se expresa la ciencia como un todo real podría caerse en la inducción de conocimiento (conocimiento puro) y estaríamos dejando de lado el empirismos que nos ha demostrado que los sucesos aunque no son empirismo se formulan desde visiones empiristas. Esto nos deja ver que la relación entre ciencia y enseñanza deben ir de la mano pues la enseñanza permite que estos planteamientos trasciendan y sean tomados en cuenta con visiones diacrónicas más no acrónicas permitiendo el progreso del conocimiento científico.
Se refleja que la ciencia debe ser permeabilizada por la enseñanza, permitiendo la difusión de la misma. Sumado a este planteamiento la enseñanza de las ciencias implica una acción, el cual genera procesos de interpretación y aplicación de la misma. Esto permite el objetivo más importante de la educación científica, enseñar a conocer los objetivos de la ciencia, permitiendo ver por la hendija de la interpretación científica. De esta manera es fundamental que la enseñanza no deje de lado los planteamientos filosóficos de la misma ya que son estos los que permiten continuar con el aprender a conocer científicamente.
Para este proceso es importante estipular una construcción de los hechos científicos, iniciando por preguntarse qué es un hecho como lo hizo Fleck el cual establece que un hecho es lo fijo, lo permanente y lo independiente de la opinión subjetiva del investigador, lo contrapuesto a la transitoriedad de las teorías. Siendo la meta del científico. Esto permite ver que los hechos científicos deben tener una sensibilidad científica, la cual permite establecer la interpretación de los mismos; es muy distinto un hecho bruto a un hecho científico (Le Roy), ya que la interpretación de un ente común no es la misma que la de un científico.
Parámetros que establecen o conciben la ciencia como una actividad, y no solo como conocimiento, generando un proceso educativo. Como se ha dicho en renglones anteriores, la educación debe proyectar la continuidad de la formación de científicos por ende es de suma importancia que esta misma reflexione y plantee problemáticas que alimenten y exciten el racionamiento de hechos científicos. Para esto se deben producir prácticas científicas que reposen sobre los siguientes marcos (Echeverria):
Enseñar (o aprender) a manejar artefactos en los laboratorios docentes: instrumentos de medida y de observación, aparatos experimentales, etc.
Enseñar (o aprender) a operar con una determinada notación (matemática, física, química, etc.) o con un determinado aparato (de medición, de observación, de tratamiento de datos, de simulación, etc.),
Enseñar (o aprender) una determinada teoría. Esto último sólo sucede en los niveles educativos superiores, que es cuando se comienza a enseñar a distinguir las diversas teorías científicas.
Entre otros marcos….
Con los anteriores planteamientos prácticos se puede vislumbrar la importancia de la educación como transmisora de conocimientos científicos, siendo la base fundamental de la ciencia.
CONCLUSIONES
Más que unitario, el texto de Echeverria es eminentemente introductorio a una serie de problemas y de autores. Iniciando desde Kuhn podríamos decir que trata de una filosofía de la ciencia contemporánea, prácticamente tomando en cuenta los últimos 40 años de pensamiento en el proceso. La primer parte es una introducción a los problemas del “paradigma” de la filosofía de la ciencia heredado del positivismo y del circulo fisicista de Viena, para luego introducir los cambios que llegaron con y después a Kuhn. Introduce una serie de corrientes filosóficas relacionada con la sociología de las ciencias, ‘para luego a mitad del libro puntualizar el objetivo de este. Y es que, ni la sociología ni los viejos planteamientos eran suficientes para entender la práctica científica, por lo que los valores se convertían en una herramienta fundamental. La última parte del libro, se habla de manera concreta de los valores en los cuatro contextos de la ciencia, y se entabla un enfoque muy pensado a la educación de las ciencias.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Echeverría, J. J. (1995). Filosofía de la ciencia. Akal. Sánchez Hernández, A. (2001). Glosario de Axiología General. Humanidades Médicas, 1(3), 0. PRINCIPAL REGRESAR