Revista Cultura y Ocio

“Ensayo sobre el entendimiento humano” de Locke

Publicado el 30 marzo 2019 por Academiacruellas

“Estando equipada -como ya he expuesto- de gran número de ideas simples proporcionadas ya por los sentidos, tal como se encuentran en las cosas exteriores, ya por la reflexión sobre las operaciones propias, la mente se percata también de que algunas de estas ideas simples van constantemente unidas entre sí; y como se presume que éstas pertenecen a una única cosa y como, además, las palabras se acomodan a las aprehensiones comunes y se usan para comodidad y rapidez, en la comunicación, estas ideas simples, unidas en un sujeto, se designan con un solo nombre; y así, inadvertidamente, hablamos de ellas y las consideramos como si se tratara de una idea simple, cuando, en realidad, se trata de una conjunción de múltiples ideas. Y puesto que, como ya dije, no nos imaginamos que tales ideas simples pueden substituir en sí mismas, nos acostumbramos a suponer un sustrato en que subsisten y del cual dimanan; y a este sustrato lo denominamos sustancia……..

 

“Una vez obtenida una idea oscura y relativa de sustancia en general, llegamos a formarnos las ideas de tipos particulares de sustancias, al reunir aquellas combinaciones de ideas simples que la experiencia y la observación sensible muestran conjuntamente; y en consecuencia, se supone que proceden de la constitución interna peculiar, o esencia desconocida, de tal sustancia….”

 

Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano.

 

En estas líneas se ocupa Locke del origen de nuestras ideas de las distintas sustancias particulares, no del origen de la idea de sustancia en general. Esta última se presupone para la formación de las ideas de sustancias particulares, como expresamente indica Locke al comienzo del segundo parrafo.

 

El proceso que sigue la mente para la formación de ideas de sustancias particulares (hombre, caballo, silla, etc) es el siguiente:

  • En primer lugar, la mente posee una idea de la sustancia en general, como sustrato o sujeto de las ideas simples. Las afirmaciones de Locke sobre esta idea de sustancia en general resultan ambiguas en un doble aspecto. En primer lugar, en cuanto al conocimiento que tenemos de la misma: en efecto, Locke subraya a menudo que no tenemos conocimiento alguno de la misma (por tanto, no tendremos Idea de ella, ya que el conocimiento es conocimiento de ideas; sin embargo, en el texto se dice que poseemos una idea de ella, si bien oscura y relativa: esto quiere decir que no la conocemos en sí, sino solamente en su relación o referencia a las cualidades a que sirve de sujeto. En segundo lugar, existe una cierta ambigüedad por lo que se refiere a su origen y justificación: en el texto se pone su fundamento y origen en la imaginación y en la costumbre), es decir, en mecanismos psicológicos; en otras ocasiones, sin embargo, Locke explica la Idea de sustancias en general como una exigencia racional, como algo lógicamente necesario para la integración de la experiencia.

  • Supuesta la existencia de una idea de sustancia en general, el proceso es el siguiente: a) comprobación por parte de la mente de que ciertas ideas simples (color, figura, tamaño, etc) se dan unidas en la experiencia de modo constante (por ejemplo, en un arbol) b) este conjunto de ideas simples recibe un nombre, es designado con una palabra única (ejemplo la palabra “árbol”), a fin de facilitar la comunicación y hacerla más rápida, en lugar de tener que enumerar en cada caso todas las cantidades o ideas simples en cuestión c) la unidad de nombre nos lleva a considerarles como si constituyeran una unidad real, una cosa d) puesto que la supuesta cosa (el arbol) no se identifica con ninguna de las cualidades simples, ya que designa a todas, y tampoco se identifica con todas juntas, ya que la idea general de sustancia no nos permite imaginarnos que las cualidades subsistan en sí mismas, la cosa (el árbol) es identificada con la sustancia.


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