Ensayo sobre la ceguera, José Saramago

Título: Ensayo sobre la ceguera
Título original:Ensaio sobre a cegueira
Autor: José Saramago
Editorial: Alfaguara
Año publicación: 1995 (2011)
Traducción por: Basilio Lozada
Género: Ensayo, Distopia
Sinopsis: Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una «ceguera blanca» que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe de más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio. Ensayo sobre la ceguera es la ficción de un autor que nos alerta sobre «la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron». José Saramago traza en este libro una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos que estamos viviendo. En un mundo así, ¿cabrá alguna esperanza? El lector conocerá una experiencia imaginativa única. En un punto donde se cruzan literatura y sabiduría, José Saramago nos obliga a parar, cerrar los ojos y ver. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es, también, una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad.

Opinión personal: Comencé este libro con mucha curiosidad, estaba segura de que sería algo totalmente distinto a cualquier cosa que hubiera leído antes. Y así fue, mis expectativas de encontrar algo bizarro fueron más que satisfechas. 

La historia se centra en un grupo de personas mediante las cuales podemos seguir el avance de la situación global. Se trata de los primeros en quedarse ciegos a partir de la epidemia del "mal blanco", que estuvieron en contacto con el primer ciego y fueron siendo "contagiados" de una manera misteriosa. No se menciona el nombre de ninguno de ellos, sino que se los describe con el papel que desempeñaban antes de que todo lo que conocían se terminara. Tenemos entonces como protagonistas a: el primer ciego, su esposa, el oculista que lo atendió, la esposa de éste y los demás pacientes que estaban por casualidad en la sala de espera del consultorio cuando el primer afectado por el mal blanco fue a que lo atendieran. Como esta condición se expande sin detenerse, el gobierno y el ejército aíslan a los afectados en un antiguo manicomio con la esperanza de que el mal se termine con ellos. En el encierro se acumulan cada vez más personas, y los problemas para satisfacer las necesidades más básicas harán surgir lo peor de cada uno, hasta el punto en que la supervivencia será el único límite. Lo que nadie sabe es que la esposa del médico, del oculista que atendió al primer ciego y que fue llevada con él al manicomio, ha fingido quedarse ciega para acompañarlo y es testigo de todo lo que ocurre. 

Hasta aquí puedo comentar el argumento sin dar spoilers, digamos que el conflicto principal gira en torno a la mujer del médico. Ella suelta una mentira piadosa en un principio para que le permitan estar junto a su marido, lo cual luego se convierte en una enorme responsabilidad al ver que la ceguera va mucho más allá de la falta física. Sin dudas, es un personaje admirable y lleno de valentía. Me encantó. Una frase que me gustó mucho del personaje es:

Hoy es hoy, mañana será mañana, y es hoy cuando tengo la responsabilidad, no mañana si ya estoy ciega. Responsabilidad de qué. La responsabilidad de tener ojos cuando otros los han perdido.

Además está la chica de las gafas negras, que sufre una gran evolución en su manera de ser a través de la trama, junto con el anciano de la venda negra. Alrededor de este grupo, que va haciéndose cada vez más pequeño con cada obstáculo que deben pasar, se alza una masa sin forma de ciegos que se rebajan hasta un punto en que podemos equiparar a la ceguera blanca con el egoísmo y la locura.

Creo que una de las cosas más destacables es el estilo en la narración de Saramago, que con su peculiar organización de los signos de puntuación y de los diálogos le da al lector la sensación de que también está inmerso en el mar blanco. Los acontecimientos son intensos, bruscos y llegan sin que los veamos venir. No hay adornos para decir las cosas, el autor es frontal y sólo en ciertos aspectos delicados para el alma más que para el cuerpo se permite las metáforas o los eufemismos. Es un libro que nos deja con muchos interrogantes, nos hace pensar sobre la verdadera naturaleza humana y los frágiles valores que tenemos como sociedad. Para el que quiera verlo por el lado divertido, puede imaginarse que en lugar de la epidemia de ceguera blanca, está en medio de un apocalipsis zombie. No voy a poder volver a ver The Walking Dead sin acordarme de los ciegos de esta historia. Lo único que no me convenció del todo fue el final, creo que si lo hubiera dejado un par de páginas antes quedaba perfecto.

¿Lo recomiendo?: Por supuesto. Si buscamos historias intensas, emocionantes, con críticas fundamentadas hacia nuestra forma de ser y que rescaten los valores más simples, este libro es el indicado. Puntaje: