Revista Opinión

Enseñanza religiosa: varias razones a favor y una en contra

Publicado el 21 octubre 2015 por Vigilis @vigilis
Cualquier antropoide sabe que el problema de la educación en España no está en las clases de religión. Tanto la asignatura de religión como su contraparte de ética (o como se llame ahora) son simples rellenos en el horario escolar. Tanto las asignaturas como sus contenidos son decisiones políticas arbitrarias, quizás el problema sea este: la inercia de los planes educativos.
Si hablamos de educación, estamos hablando de los conocimientos que a grandes rasgos todos consideramos como la base para andar por la vida controlando los esfínteres. El problema surge cuando la educación deja de servir a este propósito. La pregunta que nos tenemos que hacer es si la educación está logrando sus fines.
Hace poco fueron algunas fuerzas vivas del país a comer marisco e inaugurar un tramo de carretera en una zona que antes eran fincas de paisanos que fueron vendidas a gente nueva y posteriormente expropiadas con ganancia para hacer esa carretera (ups). Hablo del tramo de la A54 entre Palas de Rey y Guntín. Bien, observad esta foto:

Enseñanza religiosa: varias razones a favor y una en contra

Feijoo parece un reptiliano ¬¬

Hablamos de educación en España y el presidente del gobierno, el presidente gallego y una ministra posan ante los medios rodeando un cartel que tiene una falta de ortografía básica (no me refiero a escribir un topónimo en otro idioma, me refiero a la otra falta que aparece en la imagen).
Hablamos de educación y volvemos con aquello del dedo y la luna. En la pesoe nos quieren hacer creer que el problema de este país es que se imparte religión en algunos colegios que reciben financiación pública. Tal vez —no soy un experto a. D. g.— el problema está precisamente en ese cartel que está mal escrito. Porque digo yo que el mayor problema de la educación sea que no educa. No sé, no quiero provocar, pero cuando hay veinte periodistas sacando fotos, una docena de señores feudales con la cremallera del pantalón abierta, una ministra, dos presidentes, etc. y nadie habla de la falta ortográfica, tenemos un problema.

Enseñanza religiosa: varias razones a favor y una en contra

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A mí me parece una buena idea universalizar la educación básica: asegurarnos de que todos los niños de diez años sepan leer, escribir y hacer las cuatro cuentas. No hay en este plan un reverso tenebroso. Actualmente tenemos a gente en la universidad que no sabe leer ni dividir a lápiz. Si la gente carece de los rudimentos básicos para defenderse de la ignorancia y la manipulación, la gente nunca será libre ni adulta.
Si concretamos en el asunto de la asignatura de religión, tendremos que preguntar si los contenidos de esa asignatura enseñan algo, si sirven para dotar de herramientas intelectuales a los alumnos y que estos puedan hacer uso de ellas para desenvolverse en la vida. Dicho de otro modo: ¿el contenido de la asignatura de religión ayuda al estudiante a ser libre y adulto? Yo creo que sí y voy a tratar de argumentarlo (con perdón).

Enseñanza religiosa: varias razones a favor y una en contra

Condescending Wonka is condescending.

Los españoles y España somos el resultado de muchos siglos de parientes nuestros escupiéndose a la cara unos días y arrimando el hombro otros días. Las razones para que nuestros parientes se escupieran o se ayudaran fueron tan diversas como la propia vida. Entre estas razones algunas tienen que ver con la religión. En lo académico, conocer qué son las religiones y en qué consisten ayuda al estudio de la historia. En concreto, la historia de la religión —mayormente católica, en nuestro caso— es fundamental también para aprovechar el estudio de la filosofía. Que en el catolicismo las virtudes sean unas y no otras tiene que ver con algunos griegos que andaban sin calzoncillos, por ejemplo. Igualmente, pasar de puntillas sobre la escolástica nos lleva a la esclava y ginebrina idea de pensar que las luces aparecieron hace doscientos años. Es decir, sin religión, estudiar filosofía e historia es un retroceso afrancesado de dos siglos. Es obsolescente, retardante pero sobre todo engañoso. Puestos a estudiar, yo prefiero que los chavales estudien aproximaciones a la verdad, no recientes mentiras artificiales. Ojo, puedo entender a quienes quieran que los niños estudien mentiras. Yo no soy como ellos, pero les entiendo.
Acaso de las cosas más difíciles de explicar a los chavales es la respuesta a la pregunta "¿por qué somos así?". Tanto la asignatura de historia como la de literatura o filosofía ayudan a responderla pero no se puede tener una respuesta completa. De hecho, no creo que nadie tenga una respuesta perfecta. Lo que sí creo es que estudiar nuestros mitos religiosos, nuestras leyendas, la historia sagrada y la historia de la Iglesia ayuda a perfeccionar esa respuesta. Saber por qué en Serbia se escribe en ciríclico y en Croacia no no hace a nadie merecer un premio, pero tampoco resta. Como tampoco resta saber que muchas de nuestras tradiciones cristianas tienen su origen en tradiciones romanas y que algunas de nuestras iglesias más antiguas se levantan sobre los cimientos de templos romanos. Debo añadir que existe un mecanismo aliado en los cerebritos de algunos de los estudiantes: saber más cosas empuja de forma natural a algunos individuos a querer saber todavia más cosas. Sólo los desaprensivos pueden querer que los niños no quieran saber más cosas. Sólo los desalmados pueden querer que los niños se ciñan en exclusiva a lo que determina un currículum académico otorgado y firmado por un oompa-loompa de un pasillo perdido de un ministerio ignoto.
Hay otro argumento que es muy dificil de presentar debido a su complejidad. Está relacionado con la pregunta "¿por qué somos así?". Tiene que ver con la moral, con la costumbre, con lo socialmente aceptado. Da igual si un peatón dice que no cree en Dios —de hecho, en ningún momento hablo aquí de fe, ya que eso es un asunto religioso, no educativo—, ese peatón se comporta moralmente de una forma muy definida e identificable y eso ocurre por la religión. Y eso hay que aprenderlo en clase. Seas o no creyente, tu moral es una moral católica (bueno, al menos de un 95% de la gente que lee esto). La historia de Jesús que nos cuentan los evangelios aprobados por la Iglesia, es la historia de un hombre que personifica la versión que manejamos de "ser bueno". Incluso cuando con sus compinches asalta el templo o cuando se enfrenta a unos paisanos que querían lapidar a una mujer. Incluso en esos casos de evidente alteración del orden público y rebelión contra la autoridad, se enseña una imagen ideal de comportamiento con su debida explicación posterior. Fuera del mundo cristiano esto no es así en todas partes (aunque el triunfo de la civilización occidental en todo el planeta tiende a que sea así). Lo que tanto al ateo como al creyente le parece "bien" o "mal" está íntimamente relacionado con una decantación religiosa de cientos de años.

Enseñanza religiosa: varias razones a favor y una en contra

No hay escapatoria, bitches.

Quienes asisten a una venta de niñas esclavas en Raqqa no están todos pensando en que eso es malo. Si no aprendemos esto estamos perdidos pues empezaremos a aceptar lo inaceptable. Y una cosa que nos enseña la religión es que lo inaceptable existe. Este conocimiento es válido y provechoso tanto si crees como si no crees.
Llegados a este punto parece claro que la cuestión importante no es si debe haber una asignatura de religión o no, ya que en ausencia de ella su contenido puede repartirse en asignaturas como latín, física, historia, historia del arte, etc. Nuevamente, vemos cómo el debate no va a lo mollar del asunto, sino a la pose, a la imagen. Ya sabéis eso que digo siempre de que en este país discutimos muy fuerte las tonterías arbitrarias y no vamos al fondo de los asuntos.
Ciertamente existe una muy poderosa razón en contra de la existencia de la asignatura de religión en las escuelas que reciben fondos públicos. Sin embargo esta razón nunca la esgrimen los que defienden que nuestros niños sean un poco más esclavos y manipulables. Sin religión católica en la enseñanza no podrá haber excusa para que se imparta otra religión en esa enseñanza. Claro que esto es hilar muy fino para gente que escribe el nombre de un mes con mayúscula.
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Y ahora como bonus track y para entretenernos, podéis hacer el siguiente examen de religión. Cada respuesta suma un punto. El aprobado por los pelos está en el seis.
1.- ¿De dónde viene el nombre de Pepe?
2.- ¿Cuáles fueron los tres primeros humanos que crea Dios?
3.- En la Roma del siglo II ¿qué símbolos distinguían a los mitraístas de los cristianos?
4.- ¿Qué capítulos del Antiguo Testamento están repetidos?
5.- ¿Qué cuatro famosos adverbios definieron en el concilio de Calcedonia la naturaleza de Cristo?
6.- ¿Cómo se llama el sombrerito que llevan el Papa, los obispos y los cardenales?
7.- ¿Quiénes fueron los donatistas?
8.- ¿Puede un día levantarse el Papa y decir que es pecado no beber cocacola? ¿Sería en ese caso pecado no beber cocacola?
9.- ¿Puede haber sacerdotes católicos que estén casados?
10.- ¿Los católicos pueden adorar a los santos? ¿Y a la Virgen María?

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