La frustración es una respuesta emocional que suele aparecer cuando no se logra alcanzar un objetivo, cumplir un sueño o satisfacer una necesidad, afecta tanto a niños como a adultos en mayor o menor medida, experimentando diferentes emociones asociadas, decepción, ira, enfado, angustia, ansiedad, etc. A esto hay que añadir que al tratarse de vivencias personales, cada individuo reacciona de un modo distinto ante determinados hechos, siendo muy distintas las emociones y sentimientos que se experimentan.
Es importante enseñar a los niños a superar la frustración, ya que con ello se logra que adquieran la capacidad de poder afrontar y superar los problemas, así como las limitaciones que se encontrarán a lo largo de su vida. Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, gestionar correctamente los sentimientos es muy importante en la formación de los niños, al respecto os recomendamos retomar la lectura de este post en el que tratamos la inteligencia emocional.
La frustración es algo transitorio, su tolerancia es una actitud y como tal, es posible trabajar para su desarrollo, es algo que favorecerá la evolución de los niños como personas. Los niños creen que el mundo gira alrededor de ellos, que merecen todo y que lo pueden conseguir en el momento en el que lo piden, no tienen la capacidad de esperar porque no han desarrollado el concepto de tiempo y tampoco la capacidad de pensar en los deseos y necesidades de lo que les rodea. Los padres no deben dar a los niños todo lo que piden o de lo contrario nunca aprenderán a tolerar el malestar que provoca la frustración, siendo capaces de hacer frente a distintas situaciones adversas. Como información adicional merece la pena recordar que un “no” es educativo, es algo que facilita el desarrollo psíquico e intelectual de los niños, de ello hablábamos en este post.
Procurar complacer en todo momento a los niños para evitar que se puedan sentir frustrados no es nada recomendable, es un comportamiento que no permitirá que cuando sean adultos, puedan ser capaces de enfrentarse a distintas circunstancias, ya sean de éxito o fracaso. Algunos expertos consideran que si no se enseña a aceptar los fracasos, existe el riesgo de que los niños terminen desarrollando una actitud agresiva reincidente que les traerá muchas complicaciones en la edad adulta.
Los niños que suelen ser poco tolerantes ante la frustración tienen dificultades para poder gestionar y controlar las emociones, son impulsivos e impacientes, no quieren esperar y suelen sufrir llantos y rabietas cuando no logran obtener lo que desean, tienen un alto grado de incomprensión, poca capacidad de adaptabilidad, son poco flexibles y tolerantes, suelen ser bastante radicales, para ellos no existe el punto intermedio, o es todo blanco o todo negro. Para enseñar a los niños a tolerar la frustración aquí nos ofrecen una serie de consejos que serán de gran ayuda a los padres y especialmente a los niños.
Es necesario dar ejemplo, la actitud de los padres ante problemas y situaciones adversas debe ser positiva, como sabemos los padres son el modelo a seguir de los niños y si esta actitud se muestra desde que son muy pequeños, será más fácil que los niños aprendan a superar sus problemas. Hay que enseñar a los niños por qué es necesario esforzarse, mostrando que en muchas ocasiones esta es la vía para aprender a superar los fracasos. Hay que procurar no dar todo hecho a los niños, ya que con ello no se les permite que alcancen los retos por sí mismos, si no se equivocan y aprenden de sus errores, será difícil que sean capaces de enfrentarse al fracaso.
Las rabietas son un arma con la que los niños pretenden salirse con la suya, nunca hay que ceder ante ellas para que los niños comprendan que no es una manera de poder solventar sus problemas. Hay que marcar objetivos razonables a los niños, pero sin exigir que se enfrenten a situaciones que no puedan ser capaces de superar debido a la edad o el grado de madurez. Los problemas son en realidad una oportunidad para que los niños aprendan, por tanto, los padres deben convertir las situaciones de frustración en aprendizaje, así cuando el mismo problema vuelva a surgir, sabrán mejor como superarlo.
Es recomendable enseñar a los niños diferentes técnicas de relajación que les ayudarán a gestionar mejor los sentimientos y aumentar la tolerancia ante la frustración, enseñarles a identificar este sentimiento cuando aparezca y explicarles de qué forma lo pueden gestionar, recomendarles cuándo es necesario que pidan ayuda, pero siempre después de que ellos intenten encontrar la solución. Enseñarles a buscar alternativas para alcanzar los objetivos y elogiarles cuando han sabido utilizar una estrategia adecuada ante un problema, no mostrando las habituales respuestas asociadas a la frustración como por ejemplo la ira.
Son consejos que se pueden seguir desde que los niños son pequeñitos, cuanto antes aprendan, más fácil les resultará enfrentarse con una mayor capacidad de éxito a los retos de la vida.
Foto | Sidi Guariach
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Enseñar a los niños a superar la frustración
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