Revista Religión
Una de las mejores maneras en que un hombre puede amar a su esposa es conociéndola, entendiéndola y comprendiéndola.
Pablo explica que es un deber de los esposos «vivir con [sus esposas] sabiamente» (1ª Pedro 3:7). Este principio funciona en ambos sentidos. Los esposos también quieren ser conocidos, entendidos y comprendidos.
En realidad, todos lo queremos. Todos, ya sea casados o no, anhelamos que los demás nos conozcan, entiendan y comprendan al nivel más profundo posible. Nacemos con esa necesidad y parece que jamás la superamos.
Decir que no podemos conocernos, entendernos y comprendernos unos a otros, es una excusa muy poco convincente. Podemos y debemos hacerlo.
Lleva tiempo; tiempo que uno ha de pasar junto al otro haciendo preguntas y escuchando atentamente, y luego preguntando otra vez. Es así de sencillo y de difícil.
Por supuesto, nadie puede aclarar totalmente el misterio del corazón de la otra persona, pero podemos aprender algo nuevo cada día.
El hombre sabio que escribió Proverbios llamó al entendimiento un «manantial de vida», una profunda fuente de sabiduría para todos los que lo buscan.
Otra vez te digo: el conocimiento, el entendimiento y la comprensión toma tiempo y es uno de los regalos más preciosos que podemos darles a los demás. Cómo elegimos pasar nuestro tiempo, es la prueba más clara de cuánto nos preocupamos por aquellos a quienes amamos.
Pídele al Señor hoy que te dé la gracia de tener tiempo para entender a las personas que son importantes en tu vida. Escuchar es una puerta abierta al entendimiento.
ORACIÓN: Oh DIOS, en este día te pido que me des tiempo para conocer, entender y comprender a mis seres queridos, a mis amigos, a compañeros de mi trabajo, y a las personas que recurren a mi. Gracias Señor. En Tu Santo Nombre, amén.
LEA LA BIBLIA EN UN AÑO: 1 Pedro 3 / Jeremías 35-36 / Salmos 136
LECTURA BIBLICA: Proverbios 16:16-22
16 Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata. 17 El camino del hombre recto evita el mal; el que quiere salvar su vida, se fija por dónde va. 18 Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso. 19 Vale más humillarse con los oprimidos que compartir el botín con los orgullosos. 20 El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor! 21 Al sabio de corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber. 22 Manantial de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad.
Fuente: El Versículo del Día