Revista Opinión

Enterrar a los muertos

Publicado el 15 octubre 2018 por Jcromero

Mientras el historiador investiga, recopila testimonios y datos que ordena y prioriza para reconstruir el pasado; el novelista recrea. Mientras el historiador indaga y realiza pesquisas sobre el pasado para conocer aquello que realmente sucedió, el novelista evoca hechos y personajes para construir un relato que, yendo más allá de la realidad, imagina situaciones y personajes. Entonces, como se pregunta el profesor Justo Serna, ¿nos podemos fiar de quienes recrean o ficcionan acontecimientos o personajes históricos?

Enterrar a los muertos
Es cierto que el historiador también activa la imaginación al reconstruir el pasado, pero lejos de fantasear aplica hipótesis razonables para acercarse de manera fidedigna a la realidad de los hechos; el historiador riguroso no fantasea, no mezcla realidad con ficción. En cualquier caso, siempre tendrá la precaución de advertir que, sobre una conjetura o hipótesis planteada, no ha encontrado testimonio que lo acredite.

Siendo cierto que muchas novelas catalogadas como históricas no pasan de ser ficción, hay autores que tratan de reproducir, de modo creíble, unos acontecimientos o unos personajes concretos. Es el caso de Ignacio Martínez de Pisón en Enterrar a los muertos. Esta obra aborda el asesinato de José Robles Pazos -traductor de Manhattan Transfer de John Dos Passos y profesor de lengua española en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore-; un intelectual que se puso al servicio del gobierno republicano y que sería víctima del espionaje soviético y de la ley del silencio de sus propios amigos, que decidieron aceptar la versión oficial y pasar página. El único que no lo hizo fue Dos Passos, para quien Robles fue ejecutado porque sabía demasiado.

El autor plantea, entre otros temas, la desilusión ideológica, la amistad o la necesidad de reparación de la injusticia. Mientras Dos Passos indaga sobre la desaparición de su amigo Robles, Hemingway manifiesta cierto desdén cuando se pregunta: "¿Qué es la vida de un hombre en un momento como éste?". En este sentido, Francisco Ayala, Pedro Salinas o Rafael Alberti tampoco mostraron especial interés por el destino de José Robles. Sin embargo, Dos Passos no se resigna y quiere conocer el paradero y la suerte de su traductor y amigo. A Dos Passos, le sucede lo que a Italo Calvino o Cesare Pavese; los acontecimientos y las experiencias vividas le llevan el desencanto ideológico, aunque este no sería obstáculo para que al terminar la guerra, iniciara una activa colaboración en defensa de los refugiados republicanos españoles en América.

El relato, que en ocasiones aparenta ser un texto historiográfico y en otras una especie de biografía, en palabras del propio autor, es una novela sin ficción que se centra en el secuestro y asesinato de José Robles como víctima y en los esfuerzos de John Dos Passos por conocer su suerte. En Enterrar a los muertos la recreación biográfica convive con el reportaje histórico y la investigación detectivesca . En este sentido, podemos fiarnos de Ignacio Martínez de Pisón que, al no encontrar pruebas concluyentes de los motivos que llevaron a la desaparición y asesinato de José Robles coteja documentos, ofrece testimonios, analiza los hechos, descubre indicios y aporta distintas hipótesis de lo que pudo haber sucedido.

El resultado es un libro de buena prosa; agilidad y sencillez en una narración que se adereza con abundantes datos documentales que dan verosimilitud a la historia y con la sutileza necesaria para que el lector pueda acercarse a la realidad de unos hechos olvidados o falseados durante demasiado tiempo.

Leída la novela, se puede entender el título de la misma que parece una reivindicación para indagar y conocer qué pasó con tantas personas sepultadas en el olvido, en cunetas y fosas comunes. En el relato, el narrador busca lo que le sucedió a José Robles; cuando descubre los bulos, las mentiras y silencios traidores, cuando consigue reconstruir documentalmente lo sucedido, entonces y solo entonces, pasa página.

Justo Serna: Historia cultural. Historia y Literatura. Conferencia de la que tomo diferencias entre novelista e historiador.

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