Revista Cultura y Ocio

Entrada 300: La infoxicación o por qué abandoné Google+

Publicado el 03 noviembre 2015 por Tomas
Siempre nos gusta celebrar números redondos, así que la tricentésima entrada del blog puede ser tan buena como cualquier otra para publicar una de esas "entradas con foto de Tomás", que aquí está:
Entrada 300: La infoxicación o por qué abandoné Google+
Y que en esta ocasión servirá para explicar un poco mi decisión de abandonar la red  social de "la gran G": Google+. Algo que tiene mucho que ver con la sobrecarga informativa o infoxicación. Veamos:
Siempre fui un defensor (tal vez no el más acérrimo, pero si constante) de Google+ como red social y de sus virtudes frente a Facebook. Como conté en su día en esta entrada, creo que es mucho más respetuosa con sus usuarios y resulta bastante más útil que la omnímoda red azul de Mark Zuckerberg. G+ es fácil de usar y configurar, las Comunidades son una forma perfecta de encontrar personas con intereses afines y en conjunto es una red muy concurrida, con unos cuantos usuarios muy activos, lejos de ser el páramo desértico que le achacan sus detractores. En G+ conocí gente magnífica de la que aprendí mucho, y contacté con personas con las que mantengo el trato e incluso colaboro a día de hoy. 
Entonces, si todo era vino y rosas, os preguntaréis ¿por qué la dejé? La respuesta es sencilla: exceso de información. Al igual que me pasó con Twitter, Facebook o Goodreads en su momento, y tras una fase de entusiasmo, acabé con la impresión de que las redes sociales (y Google+ no es una excepción) son una enorme tribuna donde todos (yo el primero) nos subimos para proclamar nuestro discurso a los cuatro vientos, pero no escuchamos demasiado a los demás. Un poco como el famoso Speaker's Corner de Hyde Park o la calle de los profetas locos de "Life of Brian".

Pero aunque todos tuviésemos la sana intención de leer lo que lo demás publicitan (blogs, páginas web, noticias, anuncios de eventos...) resulta humanamente imposible absorber tal cantidad de información. Ni tan solo tenemos tiempo material. Del mismo modo, la función que una palestra (sea G+ o la que sea) pueda tener de destacar nuestros contenidos se difumina y hasta se desvanece por entero si todos los contenidos están resaltados al mismo nivel. 
Me explico con un ejemplo. En Galicia tenemos 3792 parroquias (sí, para nosotros la parroquia es una división administrativa válida y vigente), y cada una de ellas celebra sus propias fiestas patronales, intentando que sean las más sonadas, concurridas y exitosas de la zona. Para ellos procuran contratar las orquestas más populares y acumular cuentos más alicientes mejor (fuegos de artificio, juegos infantiles, aparcamiento gratuito, degustación gastronómica opípara...) para atraer al mayor número de asistentes posible, plagando la comarca de llamativos carteles que se cuelgan por todas partes: bares, tabernas, negocios, supermercados, tablones de anuncios, paredes, farolas, postes de la luz, marquesinas de autobús y hasta árboles y señales de tráfico.

Entrada 300: La infoxicación o por qué abandoné Google+

Costumbrismo o barbarie [fuente: La Voz de Galicia]


Como es de esperar, varias fiestas coinciden en la misma fecha, en especial el 15 de agosto, que es el día grande. Así que todas las comisiones de fiestas tienen que intentar que su cartel sea el más visible, el que más llame la atención con sus colores fosforescentes y el que más presente esté por todas partes. El resultado es que, cuando vas conduciendo a, no sé, sesenta u ochenta por hora, y pasas por delante de un muro, lo ves recubierto por algo parecido a esto:

Entrada 300: La infoxicación o por qué abandoné Google+

Soy consciente de que son lugares y fechas distantes entre sí, es solo un ejemplo :)


Pues las redes sociales se están transformando en algo muy similar. Un aluvión de datos, de ofertas, de sugerencias, de invitaciones, de avisos de eventos y de actualizaciones en blogs y páginas web... de información, en resumen. Una sobrecarga informativa que puede llegar a provocar frustación y ansiedad y para la que se ha acuñado el neologismo "infoxicación"
Ya comenté en el pasado la situación de colapso lector a la que llegué entonces, y que para superarla era necesario asumir que, simplemente, no puedes leerlo todo, y que, por salud, hay que saber renunciar a estar al tanto de todo lo que se cuece en Internet y aprender a no dejarse influir por la sobrecarga de información. Bien, pues mi idea al respecto sigue en vigor, a lo que añadiré ahora que no quiero contribuir, dentro de mis posibilidades, a aumentar la infoxicación a través de las redes sociales. 
Vamos, que en el pasado cometí lo que ahora considero un error por mi parte: convertí la red social en un altavoz para el blog y descuidé otros aspectos. Me dediqué a spamear enlaces a KindleGarten por decenas de Comunidades de G+ (y de grupos de Facebook), recurriendo incluso a Comunidades del tipo "publicita aquí tu blog sin limitaciones y haz +1 en las publicaciones de los demás", donde terminaba haciendo "+1" de forma masiva en publicaciones que no leía, y que trataban desde cosméticos, jabones naturales, reiki o pedagogía hasta artículos de opinión de derecha neoliberal. Ahora imaginaos a miles de personas haciendo lo mismo, o "cada loco con su tema y cada lobo con su senda". 
Entrada 300: infoxicación abandoné Google+

Con este modo de actuar, me perdí lo mejor que ofrecía Google+: localizar (y ser localizado por) gente con aficiones e intereses comunes e interactuar con ellos. Un fallo al que contribuyó el mareante flujo de cifras con el que G+ te bombardea continuamente: tantos seguidores, tantas visitas a tu perfil y/o página, tantos +1s... estadísticas que, vistas ahora, eran cantos de sirena con los que Google destaca las virtudes de su producto de cara a su propio buscador, y que choca de frente con el Slow Blogging al que me adscribí hace dos meses. Dije que KindleGarten no se mide en cifras, así es y así será. 
En conclusión: reduciendo las fuentes de información y no dejándome engatusar por los números de Google he logrado disminuir un poco la ansiedad que Internet puede llegar a provocarme, además de no tener que dividir mi atención entre varios muros o timelines. Se habla mucho del fracaso de G+ (la propia compañía lo reconoce ya) y hay quien la viene matando desde que nació, pero para mí (que no entiendo gran cosa de social media) el gran fracaso es crear una red social que sirva más a los motores de búsqueda que a las personas. Y ya puestos, otro día hablaremos de Youtube, plataforma de la que también me he caído como daño colateral por la baja en G+. 

Volver a la Portada de Logo Paperblog