Alucinada me quedé cuando vi estas imágenes en las que aparece el presidente de la Asociación de la Prensa de Granada (un hombre que se presupone con un mínimo de saber estar) quitarse el cinturón para agredir a una chica que interrumpía un acto oficial para defender sus ideales.
Seguramente la chica incordió más de la cuenta, probablemente tenía un tono de voz molesto, igual era poco agracidada, puede que hasta ni estemos de acuerdo con lo que quería defender… No lo sé y la verdad es que tampoco me importa… Creo que la actitud de este “supuesto demente” dice mucho de su forma de ser.
Por mucho que haya dimitido y por mucho que ahora se esté dando golpes de pecho, a mí estas imágenes me hacen sospechar que esa forma de quitarse el cinturón para “impartir justicia” es una costumbre muy arraigada en su proceder.
Juzguen ustedes.