Hasta donde sé no soy ezquizofrénico, y sin embargo a veces no me queda claro cuál de todos los yo que soy, es el que manda.
Me pasa a veces que me dispongo a vivir un dia más, me veo en el espejo y me reconozco como el de siempre, cualquier cosa que eso signifique. Pero luego mi esposa me pregunta si me pasa algo, si me siento mal, y caigo en cuenta de que algo me está pasando, algo que yo no detecto, pero ella sí.
Me pasa también que tengo dos y hasta tres cuentas de correo y de twitter. De protno me distraigo, me confundo y mando algun mensaje por una cuenta equivocada y eso, además de traerme problemas, me hace pensar que en realidad no tengo muy claro exactamente quien soy.
Y de veras, ¿quién soy? El profesionista que da una cara a todos, ocultando: 1 que en verdad mi trabajo poco me importa, 2 que mis intereses son muy distintos, 3 que soy bipolar y depresivo, 4 que yo mismo no sé quien soy, o 5 que no me atrevo a romper con todo lo anterior.
Me doy cuenta con mucha tristeza que esa persona que quiero ser dificilmente llegará. No tengo las ganas, la valentía suficiente para intentarlo, para dejar atrás la idea y la imagen que he hecho de mí. No sólo ante los demás sino ante mí mismo.
Me doy cuenta de eso con este blog, con estas líneas que escrito aqui desde hace ya algunos años. Relato algunas anécdotas tratando de exorcizar mis demonios, pero no doy el paso siguiente. Me escondo de mis gustos, de mis intereses, incluso de mis propios temores.
En mis cuentas de twitter me da miedo dejar patente que no soy quien digo que soy. Me da pena dejar huella de mis filias y mis fobias, permitir que otras personas, pasen a un nivel de conocimiento más profundo de mí mismo.
En el fondo soy un libro abierto. Cualquiera que hable conmigo se dará cuenta de que soy débil, inseguro y cobarde. Tanto asi que a mis 30 años todavía estoy lejos de hacer lo que, creo, he querido hacer toda mi vida.
Me da miedo quedar al desnudo. Aceptarme tal cual soy, cualquier cosa que eso signifique.
Me decía mi esposa que todos tenemos algo de eso, que en el fondo siempre actuamos y no nos comportamos y no decimos lo que realmente pensamos o sentimos. Eso no me hace sentir menos mal, quizás solo un poco menos desadaptado.