Revista Cultura y Ocio

“Entrevista a Antonio Soler por su novela ‘Yo que fui un perro'»

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«No es un recurso literario, dice Antonio Soler; realmente encontró unas notas escritas, a modo de diario, en unos libros que una amiga regaló a su madre allá por los años ochenta. Hace un par de años encontró esas hojas de agenda. Era un estudiante de Medicina obsesionado con la novia…una perturbación muy intensa; la chica vivía enfrente y él la espiaba. La controlaba. Era una cosa muy directa, sin pretensión literaria. Lo guardé por lo curioso e impactante que resultaba aquello…Ese es el germen de la última novela del escritor malagueño: Yo que fui un perro. Ha sido publicada por la Editorial Galaxia Gutenberg. En el Círculo de Bellas Artes de Madrid, tuvimos la suerte de charlar con él.»

“Entrevista a Antonio Soler por su novela ‘Yo que fui un perro'»Entrevista realizada por Maudy Ventosa.

“Entrevista a Antonio Soler por su novela ‘Yo que fui un perro'»

Maudy.- ¿Cómo se siente un escritor, un hombre, adentrándose en una personalidad tan desequilibrada y enferma?
Soler.-Inquietud cuando lo encontré. He tenido que inventar un entorno de amigos y desarrollar el personaje desde esa llamada de atención; porque, la novela es el personaje y aunque cuenta las relaciones con su novia, madre y amigos, lo que va haciendo es retratarse. El lector, a quien va conociendo es a él. Por eso decidí mantener la fórmula del diario y me he basado en alguna gente que he conocido, en cosas que he oído, sobre todo en entornos de testosterona, cosas que se decían en el ejército sobre las novias, sobre las mujeres… A partir de ahí fui componiendo el personaje.

M.- Es un viaje interior…
S.- Claro, por eso decidí mantener la fórmula de diario, porque era la forma de entrar más directa y profundamente en la mente del protagonista

M.- Hay una única visión: la del maltratador. ¿Qué aportaría el punto de vista de Yolanda?
S.- Imagino que la otra cara de la luna, sin duda. El riesgo literario era que, en una novela, el escritor tiene técnicas para que los demás personajes se manifiesten, dibujarlos. Aquí no; sólo habla un personaje y los demás están construidos desde lo que él nos dice…

M.- No provoca empatía alguna, a pesar del sufrimiento que transmite.
S.- Es un tipo atormentado, muy inseguro, infeliz y muy frustrado que yo creo que, a medida que va transcurriendo su relación con Yolanda, se va cargando de frustración y eso le va generando mucha amargura y la va proyectando hacia los demás. La más afectada es Yolanda porque él considera que es la que le tiene que procurar la plenitud y la felicidad, y como ella es libre y autónoma, esa falta de control le genera ira y violencia incluso. Yolanda lo ve como una relación equivocada.

M.- De la que quiere huir…
S.- Y como en muchos casos, todo estalla cuando ella decide que la historia se ha acabado. He encontrado, mirando al pasado, pensamientos parecidos en muchos hombres.

M.- ¿Y paralelismo con los de ahora? ¿Qué puede llevar a que una mujer joven y universitaria, guapa, con una familia aparentemente normal a pesar de la distorsión de Carlos, a aceptar una relación tan tóxica, tan cruel?
S.- También, sin duda. Empieza una relación con un enamoramiento y cuando te das cuenta de quien es el otro, dices ¡no!, y eso ocurre. Conozco casos. Ya no hay resignación, ha cambiado sobre todo la situación de la mujer en la sociedad, aunque aún hay hombres y mujeres que tienen un pie en el pasado. Una amiga me dice que muchos hombres buscan una mujer que ya no existe, y muchas mujeres buscan un hombre que todavía no existe. Creo que hay muchos hombres descolocados, que no saben cuál es su papel, su rol en la normalización de la mujer en la sociedad, y lo triste, es que hay muchos chicos jóvenes que reflejan aquellos tiempos pasados.

M.- Carlos es un hombre absolutamente tradicional, mientras que Yolanda empieza a despertar, en ese contexto de apertura que está viviendo en la facultad, con las relaciones sexuales… está cambiando el papel de la mujer. Pero él no, es incapaz de asumir que las cosas empiezan a ser distintas. Incluso en su relación sexual con ella es algo alucinante…
S.- Si, y en su propia sexualidad que lo lleva del deseo a la culminación y a la culpabilidad, también. Quiera que ella tenga el mismo arco y que, si después de una relación ella está sonriente, es porque es una guarra disfrutando del pecado.

M.- No admite que ella tenga sentimientos ni derecho al placer.
S.- Pero la biología está ahí presente y cuando está con otras chicas a él lo estimula y a veces siente deseos y conatos de coquetería e inmediatamente piensa ¿estará ella haciendo lo mismo? Espero que no haga lo que yo estoy haciendo…

M.-Carlos es una persona insegura, celosa, desconfiada, rígida, machista, intolerante, autoritario, controlador, intransigente, narcisista, antisocial, depresivo, chantajista, no hace autocrítica ni tiene sentimientos de culpa, con creencias y valores muy arraigados… No hace autocrítica ni tiene sentimiento de culpa, peo ¿por qué se sanciona cuando escribe y tacha frases enteras?
S.- Yo creo que es un tipo complejo; no he querido dibujar un bruto que da la patada en la puerta y pega dos bofetadas a la otra. Es un tipo atormentado, que sería otro de los calificativos. Elegí una cita: a nadie le desearía ser yo. Y las tachaduras, al elegir hacer la novela como un diario, reflexioné sobre lo que supone escribir un diario, algo para él… en el futuro podía recordar cosas sobre sí mismo, situaciones de su propia vida y tal vez reflexionar sobre eso que está en nebulosa en la mente… El personaje, llevado por momentos de máxima frustración, de ira, pone por escrito cosas que, más adelante, él mismo sabe que no le gustaría verse reflejado en ese espejo. Por eso las tacha, porque a ella le puedo decir una cosa y luego negarlo, pero lo que permanece escrito, puede permanecer y él se autocensura en ese sentido. Si alguien llega a leer esto, no quiero que me vea así… Tendría que tachar mas cosas… Tal vez, tendría que tacharlo todo.

M.- El diario también le sirve de catarsis.
S.- La escritura finalmente es catarsis. Tiene un fin terapéutico, como el que es creyente y se confiesa, parte de su alivio es la propia verbalización de lo que tiene en el interior. La escritura actúa del mismo modo. El que va al psicólogo, parte de la descarga está en sacarlo.

M.- Algo que me ha llamado mucho la atención es el papel de la madre. Cuando deja de ser madre para convertirse en mujer, con todo lo que eso supone de rechazo del rol de la mujer.
S.- Lo hice así no de un modo muy racional, pensando en la novela; me parecía que él tenía una mayor contundencia en su pequeño ámbito siendo el único varón, convirtiendo a la madre en otro elemento femenino que está en su mundo y que él también quiere controlar y vigilar su conducta. Extiende su inquisición. Me interesaba dibujar a alguien que,por su profunda inseguridad quiere reafirmaciones permanentes y una especie de mundo estanco que camine en la dirección que él considera que tiene que caminar: su novia porque la vislumbra como la acompañante que va a tener para el resto de la vida, su madre, sus amigos… el núcleo de su relación con los amigos, los celos con su novia, es la inseguridad.

M.- El contexto histórico es 1991.
S.- Si, lo pensé. Cuando yo lo vi. Podría haberlo puesto en otra época y sería igual.

M.- Pero el sistema de control ha cambiado.
S.- Sí, pero eso me parecía anecdótico. Aquí, la pantalla electrónica que él tiene es la pantalla del edifico. Se convierte en su tableta informativa… es un código morse que está recibiendo continuamente.

M.- El título hace referencia a él, porque se considera guardián de la moral, de la casa, de las normas, de las tradiciones… pero deshumaniza al padre de Yolanda cuando lo compara con un perro, como va deshumanizando a todos los amigos.
S.- El perro aquí realiza varias funciones, como has dicho.

M.- Manda tareas al lector. Invita a la reflexión… encaminados a un tipo de lector…
S.- Siempre invito al lector a que participe, que tenga su punto de vista. Lo que no he hecho nunca en ningún libro es emitir un juicio propio sobre el personaje ni sobre sus conductasCreo en la inteligencia del lector para que decida y juzgue. Muestro unos hechos, intento dar profundidad psicológica a los personajes, a las situaciones y el lector es muy capaz… Creo que este libro es más asequible que otros, no hay fractura del tiempo … Este personaje tiene un punto de tormento interior no superado.

M.- ¿Qué recorrido darías este personaje? Pero esto, no lo vamos a publicar…

Y se apaga la grabadora. Gracias Antonio Soler, a pesar del desasosiego…

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