Hoy “Lo que viene siendo una documentalista” tiene el honor y el privilegio de entrevistar a un gran escritor como es Braulio Llamero, para la sección “Te haré una oferta que no podrás rechazar”. “Ha trabajado para Radio Nacional de España (en Salamanca y Zamora) y Radio Zamora (Cadena Ser). En prensa escrita participó en la fundación de La Opinión-El Correo de Zamora, primero como Redactor-Jefe y después como Director. Ha sido además columnista durante varias décadas.”
“Como escritor destaca en el mundo de la literatura infantil, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera, aunque también es autor de novelas, relatos y algunas obras de teatro, así como de varios guiones para documentales.”(LLamero)
Además a lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y ha escrito más de una veintena de obras, centrándose sobre todo en el público infantil.
La oferta que os propongo, puede ser cualquiera de sus libros, pero el que me leí siendo niña y es una referencia en mi biblioteca particular, es “La brujita Gari”. Un libro lleno de humor sobre las brujas. Y temabién recomendaros su ´tultimo libro, "El arco de la inmortalidad".
Esta es la entrevista que me ha concedido tan gentilmente, Braulio Llamero:
-Ha escrito “La brujita Gari” y “El televisor mágico”, ¿Cree que este tipo de historias sobre magos y brujos, interesan más al público infantil y juvenil?
Los elementos fantásticos, junto al humor, son los pilares esenciales sobre los me gusta escribir para niños. Para ellos, la fantasía es algo bello y fácil de asimilar. Yo trato de estimularla con mis historias, porque considero que a partir de la fantasía se desarrolla la imaginación y ésta será esencial en su vida de adulto, se dedique a lo que se dedique. Al ser humano lo define, más que ninguna otra cosa, su capacidad de imaginar y a partir de ahí de inventar y desarrollar nuevas ideas. No se trata, pues, de que yo crea que escribiendo de magia y brujería engancharé mejor a los chicos a mis obras; se trata de reforzar su innata capacidad fantástica e imaginativa. Creo que es una de las grandes aportaciones que la literatura infantil puede hacer. Y de mi empeño al respecto dan fe, tanto esas dos obras que citas, como casi todos los restantes libros de Literatura Infantil que llevo publicadas, más de veinte. -¿Qué valores quiere transmitir en sus libros que son para los lectores más jóvenes?
En eso cada libro es diferente y encierra mensajes distintos. En “La brujita Gari” (el valor primordial es el de que hay que seguir la propia vocación, por extraña o difícil que sea. En “El Televisor Mágico”, alerto contra el exceso de consumo de ocio a través de pantallas y sugiero a los niños formas más ricas de incentivar la imaginación y creatividad. Sobre esa misma cuestión, aunque de modo muy diferente, tengo otro libro de título significativo: “Ojos como teles”. En “El inventor de mamás” se transmiten valores familiares, sobre todo de amor respecto a las madres. En “Ángeles de Manzana” los lectores destacan el profundo respeto hacia la vida animal, además de otro tipo de valores más éticos o espirituales. Etc. Etc. De todas formas, en mis libros intento siempre que los valores no estén en primer plano, sino soterrados, como trasfondo, pues la primera misión de un libro para niños es crear afición a la lectura y por tanto, divertir.
-¿Tiene alguna rutina o proceso de búsqueda información para escribir un nuevo libro?
Los libros para niños son casi siempre fantásticos y por tanto no necesito búsquedas de información o documentación. Si algo surge durante el proceso de escritura, Internet me lo soluciona con búsquedas rápidas. Tampoco soy consciente de tener ninguna rutina especial. Me siento ante el ordenador, me pongo a escribir… Y confío en que las historias vayan surgiendo del modo más natural posible. Ni siquiera tomo notas o planeo de qué irán los libros que empiezo. Intento sorprenderme a mí mismo y sé que en la medida en que lo consiga, sorprenderé a los lectores.
-¿Acude a menudo a bibliotecas y/o centros de documentación?
Nunca para literatura infantil. Sí que lo hice una vez hace años, porque planeaba una novela de ambientación histórica muy precisa. Acumulé toneladas de documentación… Pero nunca me decidí a escribir la novela.
-Tiene un blog llamado “Minicuentos”, ¿Le ayuda a liberar las ganas de escribir mientras prepara un nuevo título?
Ese blog es solo una colección de chispazos de imaginación, sin más trascendencia. Lo hice porque me salen con mucha facilidad, pero son demasiado breves para editarlos. Y pensé que podían ser un regalo perfecto para el lector-tipo de Internet: siempre con prisas, sin tiempo y propenso a leer solo textos muy breves. En él, además, intento la “cuadratura del círculo” de la buena literatura infantil: que guste por igual a menores y mayores.
-Además de libros infantiles, juveniles y novelas, ha escrito dos obras de teatro, ¿Cómo surgió la necesidad de escribir este género literario? ¿Realizará más?
Las dos obras de teatro, escritas en épocas muy diferentes, con más de veinte años por medio, han tenido un origen idéntico: viene un grupo de teatro de mi ciudad y en un momento dado me pide que le escriba una obra “a la medida”. Me lo han pedido dos veces, dos grupos distintos y por eso tengo dos obras. Eso creo que contesta tus dos preguntas. Necesidad mía de escribir teatro, no ha habido; es un género con poco recorrido, puesto que salvo que te lo pidan de antemano es casi imposible que se estrene nunca. Y lo de escribir más obras dependerá de eso, de que un día alguien venga a pedírmelo y me pille sin otra cosa mejor que hacer. Pese a todo, el género es bonito y he disfrutado escribiendo teatro.
-¿Cómo está siendo su viaje por el mundo digital? ¿Reeditará más obras en este formato?
Es un viaje confuso e incierto. De momento, no me planteo editar o reeditar más obras en formato digital. He querido tener solo algunos libros electrónicos, a modo de tanteo testimonial y para estar ahí por si mis jóvenes lectores se empiezan a pasar al “ebook”. Pero hoy por hoy, en el ámbito digital “no hay mercado” suficiente, como para que merezca la pena escribir y editar en él. Los lectores digitales son aún minoría y para colmo en su mayor parte se han acostumbrado a que los libros sean “gratis”; o sea, robados, con lo cual las ventas son escasas. Mis libros digitales los tengo en amazón.es porque es uno de los pocos sitios que ha sabido crear lectores dispuestos a pagar. Pero no deja de ser un único punto de venta, ligado a quienes tienen el aparato lector de esa tienda, el Kindle… Creo, en fin, que el mundo digital para los libros, ahora mismo, es más una promesa que una realidad.
Braulio LLamero