La pareja retro/indie de moda en España está compuesta por Juan(Locomalito) y Javi(Gryzor). Javi es el compositor de casi todas las obras de Locomalito, y es apasionante oírle hablar sobre música, pero también sobre educación (es profesor de matemáticas) o sobre las influencias que, por ejemplo el cine, han tenido en él a la hora de componer. Le entrevista Guillermo Gutiérrez Martínez (@OldMith), con fotografía de Evaristo Gutiérrez (@varyvol).
Introducción
¿Qué te hizo interesarte por hacer música para videojuegos?
Yo hacía música desde hace tiempo pero de distintos estilos, en grupos de música o para proyectos propios. Entonces resulta que mi esposa y la esposa de Juan (Locomalito) son amigas, y una vez que estábamos en su casa me dijo Juan: “mira, yo hago videojuegos y tal”, y claro, a mí los videojuegos, vamos, es que me vuelven loco desde pequeño, y entonces no sé cómo fue la cosa, o él se ofreció o yo me ofrecí, “¿tú tienes a alguien que te haga la música?”, porque yo estaba frito por participar en algo de eso aunque fuera a pequeña escala. Y tenía unos gráficos del Grialia, que era el videojuego que iba a hacer (y que todavía no está hecho). No fue nada de echar el currículum ni nada de eso, fue algo muy espontáneo, un amigo hacía videojuegos y me ofrecí a hacerle la música. Como soy profesor no tenía tampoco esa necesidad de buscar un trabajo relacionado.
Grialia. Si no recuerdo mal nos decía Locomalito que era un juego que pensaba y repensaba mucho, queriendo retocarlo, cambiándolo continuamente, y de ahí su incompletitud. ¿Te suele ocurrir lo mismo?
Yo doy más vueltas al principio, cuando no hay nada hecho. Ahí es el momento de pensar bien lo que se va a hacer. Cuando lo veo claro, voy a por todas. Es lo que yo llamo “Shoot to kill!” o “dispara a matar”. Y entonces grabo la pieza tal y como la he concebido. Luego no hago casi ninguna modificación.
Vemos que tu página web es parecida en estilo a la de Locomalito, en el sentido de ser freeware. ¿Quién de los dos es más radical en esa postura?
Locomalito, sin duda. En cuanto me haga famoso cobraré mis servicios a precios astronómicos (risas).
¿Qué fue antes, el interés por los videojuegos o por la música?
Por la música. Cuando era muy pequeño no tenía ordenador, lo tuve por primera vez a principios de los ochenta, en el 83, un MSX. Mis amigos tenían Spectrum, pero ya había estado yo antes tonteando con los pianos y los teclados, debido en gran parte a la familia. Tanto la familia de mi padre como la de mi madre tenían pianos, así que cuando viajaba yo intentaba tocar todo lo posible. Cuando volvíamos aquí, porque esos pianos estaban en Lucena (Córdoba), en Fuengirola, le decía a mi padre: “papá, a ver si puedes traerte el piano”.
Ya cuando fui un poquito más mayor me compraron un teclado en Ceuta, uno de estos Casio MT-65, chiquitito, con ritmos, y le daba todo lo que podía. Luego ya vinieron los videojuegos, el MSX…la bomba. También era muy aficionado a ir a los salones recreativos, estaba todo el día en ellos. Me iba los domingos, cuando mis padres me daban cinco duros, 50 “pelas”, era algo que me llamaba mucho la atención, muy llamativos. Lamentablemente han desaparecido ya muchos, antes había un montón, en los barrios había uno mínimo siempre. Estamos hablando de principios de los ochenta. Así que fue primero la música, pero los videojuegos llegaron pronto.
¿A ti te pilló pronto ésto de los videojuegos? (le pregunta Gryzor a Mith).
A mí con la MegaDrive, con los packs éstos de Columns, Super Hang-On e Italia 90. Y otro que había con Golden Axe, Streets of Rage y Shinobi.
El segundo pack era bastante mejor que el primero.
Claro, yo tenía el primero y me iba a casa de los amigos que tenían el segundo. Y a partir de ahí, pues una evolución, yo siempre he sido mucho de Sega.
Yo también, he tenido MSX y luego Sega.
Y siempre he sido más de Sony que de Microsoft, aunque eso ya es cuestión de gustos.
Sí, yo también. Bueno, ¿has visto lo del E3? En mi opinión Microsoft va a cometer un gran error con lo del juego personal intransferible, que tengas que tener Internet a la fuerza, todo el mundo está en contra de eso. Es demasiado control. Tú y solo tú puedes jugar al juego que has comprado. Es una chorrada. Como los modelos de negocio de videojuegos son cada vez más despiadados, bajando la calidad, fraccionando el contenido…la gente tiene que hartarse. A los jóvenes con los móviles les cuelan eso. Es como eso aplicado a los videojuegos. Yo lo entiendo de otra manera. Tú compras un juego y lo juegas, cartucho o lo que sea, lo compartes, lo copias. Tú lo comprabas y lo tenías entero. Comprabas el Golden Axe y tenía todo. ¿Por qué no puede seguir así? (la entrevista se realizó antes de las rectificaciones de Microsoft con respecto a la obligatoriedad de conexión a Internet y su estricta política de segunda mano, rectificaciones que el tiempo dirá si finalmente se cumplieron).
Como con David Cage, que pide dinero por contenido cinematográfico extra. Yo nunca he pagado por un DLC.
Yo tampoco. Además, cuando he visto el tema, yo he dicho: “no, no, no…” . Yo cada vez estoy más desvinculado del juego triple A. Yo me he quedado en la PS2, yo no he llegado a esta generación, no me atrae nada. Yo me pongo un arcade, partidas cortas…no sé si es que estoy más anticuado, o es el modelo de juego que me gusta…Reflexionando un poco pienso que ese tipo de juegos pequeños van a volver, van a crear equipos de programadores específicos, lo he oído de Sony. Cosas pequeñitas, para los treintañeros. De modelo antiguo. Sin tanta ayuda ni tutorial ni mundo abierto. ¡Que se ha desmadrado el mundo abierto! Tanto mundo abierto apabulla un poco. Hay gente que está cansada de tanto vídeo.
Nos vamos a quedar aislados. Es lo que vende. La gente critica los complementos de pago de…qué se yo, Call of Duty. Pero mira, es que la gente lo compra.
O el World of Warcraft, que es tan droga como la heroína. Enganchan a gente con una suscripción mensual y los tienen ahí atados. Yo creo que habría que educar a la gente. Yo lo he hablado con Juan mucho, crear un blog con recomendaciones de juegos antiguos, de buena jugabilidad, el Shinobi, el Golden Axe del que hablábamos antes, el Double Dragon…con tanto juego de móvil hay mucha morralla, mucha cosa mediocre con tal de hacer negocio. El tragacocos, el aviones, clonados de juegos antiguos y encima mal. Pero claro, en la tele sale el Battlefield, el Red Dead Redemption, el GTA, todos así muy grandes, pero no han sabido rebuscar en el pasado. Y oye, que estos juegos también estaban muy bien y merecen la pena. También es que hace 25 años estos juegos eran la primera oleada de juegos, no había más. Ahora hay un montón. Es como con los grupos de música. Antes era U2, Madonna, Michael Jackson, ahora hay tantas grandes estrellas y tantas historias que todo eso se diluye. Justin Bieber, Rihanna…la gente va a lo que cree que le gusta, no distingue, no puede seleccionar.
¿Qué opinas de Steam?
Me parece muy bien. Que se pueda vender software en plan digital, y que los precios tengan tantos descuentos, y los packs, lo indie…tiene sus filtros, como todo, pero para gente que no se lo puede permitir el comprar todo nuevo a 70 euros…genial. Yo no soy consumidor de Steam, ojo. Yo tiro de MAME, de ROM´s de la SNES, porque hemos dicho antes que somos los dos de SEGA, pero claro, hay una parte que nos hemos perdido. Porque ahí tienes la Turbografx…la PC Engine, fantástica. Una maravilla. Una Super Nintendo y una MegaDrive mezcladas. Una cosa así. Sus juegos son de recreativa al 100%. Su versión del Gradius no la distingues del arcade, muy fidedigna. Una joya.
Juan lo que me dice es…¡un PC! En un PC puedes coger lo que quieras. La SNES, la MegaDrive, la Master System, el Spectrum, el MSX, el Commodore…y las ROM´s puedes conseguirlas fácilmente, y puedes conseguir todos los juegos. En MAME son más de 3000 juegos.
Claro, pero eso ya es cada persona. Un amigo mío veía el otro día Fez y decía que qué hacía jugando a un juego cutre. Y tiene mi edad.
Eso es como en el cine. Hay gente a la que le gusta el cine europeo, de autor y todo eso. Y dice: “¿vas al cine a ver basura americana?” y le pone la cruz a todo lo que venga de Hollywood. Y yo pienso que hay cosas buenas y malas tanto en Hollywood como en Europa. Y en el videojuego igual. Tetris revolucionó el mundo del videojuego, y yo conozco otros que son fotorrealistas que son malísimos. Hay juegos pixelados que son una maravilla, como el Shinobi del que hablábamos. Hay que pararse, sopesarlo, respirarlo…
Criticabas en cierto aspecto los juegos triple A, pero he leído que has jugado a la saga Metal Gear o que has jugado a algunos GTA´s, cosa que puede parecer chocante cuando se te relaciona con Locomalito. ¿Sigue habiendo mucho prejuicio hacia el jugador indie?
Nosotros somos, ante todo, jugones que echamos de menos aquellos videojuegos de corte pixelado, pero ello no nos impide sumergirnos de lleno en los triple A, aunque con el poco tiempo que tenemos sólo podemos jugar a uno o ninguno al año. Yo jugué al Scarface (Radical Entertainmente, 2006) el pasado verano. Tony Montana rehaciendo su imperio de drogas y dinero mientras escucha ‘Push it to the Limit’ por la radio del coche…eso mola.
Para ti, el que algo sea antiguo, ¿es un valor añadido, o sencillamente otro valor más?
Bueno, eso depende del valor que se esté considerando. En los videojuegos hay cosas buenas antes y ahora. Y también hubo y hay mucha “castaña”. En proporción creo que hoy día hay más mediocridad que antes, sobre todo en los juegos para móviles. Hay millones y muchos no son lo que esperamos.
Cine
¿Qué opinas del cine español?
Pues mira. Se están haciendo piezas de cine español bastante buenas. Los santos inocentes (Mario Camus, 1984) es una obra maestra, y luego hay directores españoles que están haciendo películas de alto presupuesto, como Juan Carlos Fresnadillo, que hizo Intacto y 28 semanas después. REC (Jaume Balagueró/Paco Plaza, 2007) es otra película española de terror que está muy bien, que hasta fue comprada en Hollywood para ser adaptada, con una calidad excepcional. Hay bueno y malo en todos sitios. Hay una película sueca llamada Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008), de terror, con poco presupuesto, muy intimista, pero que ha ganado muchos premios. Como la saga sueca de “Millenium” que es una maravilla.
Sigue la esencia de los libros, ese ‘noir nordic’ que está tan de moda.
Que luego lo cogen los americanos y lo compran porque no lo tienen. Como en Las Vegas, que te hacen la Torre Eiffel, que es la mitad de alta que la original, pero cuesta el doble subir a ella (risas).
¿Y del cine estadounidense?
Oblivion, la de Tom Cruise, me ha encantado. No es demasiado original, coge trozos de otras historias, pero en conjunto es muy sólida, una estética muy buena, la música electrónica…creo que sus productores son los mismos de Tron: Legacy, cuya banda sonora la hizo Daft Punk, que están ahora muy de moda con Get Lucky y tal, y la música de Oblivion tiene un estilillo parecido, una banda sonora que choca mucho porque tiene partes orquestales y electrónicas pero casan muy bien con la película. Y claro, ahora en 2013…¿qué sacas que pueda ser original? De ciencia ficción se ha hecho casi de todo. Una película 100% original es muy difícil hacerla. Oblivion me recuerda, por decir algo, a Desafío Total, a Blade Runner, Yo soy leyenda…pero claro, en conjunto resulta. Y El Hobbit, claro. Me ha parecido fantástica. He leído a mucha gente que dice que es malísima, más de lo mismo…pues no vayas a verla.
A mí la gente me decía: “¿hacen falta tres partes?”.
O cinco, o diez. Y luego la versión extendida. ¿Por qué no? Si te gusta…Mira, le han encargado a J.J. Abrams, el de Lost, el de Super 8, haciendo un homenaje a las películas de Spielberg como E.T., Los Goonies, le han encargado las tres últimas de StarWars. Y si te gusta StarWars, pues estupendo, ¿no? ¿Prefieres que no haya? Y ojo, los episodios 1, 2 y 3 no me gustaron, pero prefiero que lo hagan a que no. Y con el Hobbit es eso. No es lo mismo decir “más de lo mismo que de lo mismo más”. A quien le guste eso, lo disfruta.
En cuanto a series por ejemplo me encanta The Walking Dead. El tema zombies. Las películas de Romero. Los zombies lentos. Romero dice: “los zombies no son malos. Los malos son los hombres”. The Walking Dead está muy bien, muy limpia, muy pulida, con Frank Darabont que fue guionista y productor que trabajó con Spielberg y Gale Anne Hurd que es productora de Alien, por ejemplo, que estuvo casada con James Cameron.
Veo Juego de Tronos, claro…me gustan mucho Hermanos de sangre y The Pacific, buenísimas. Música de Hans Zimmer, nada menos. Lo pones en el cine y no lo distingues de Pearl Harbor.
¿Piensas que somos poco exigentes? El otro día vi en la televisión cómo anunciaban Homeland, dos años después de salir en EE.UU.
Hay que animar a la gente a que no se conforme con lo que le diga la tele, sino que busque, aunque a priori esté fuera de su alcance. Quien busca encuentra. Si nosotros con nuestros juegos incitamos a que la gente busque ese catálogo más antiguo, pues muy bien, hace que merezca la pena. Como las películas de superhéroes de ahora. Las veo ahora todas y me parecen iguales. Van a sacar otra vez Superman.
Hicieron dos de Hulk en muy poco tiempo.
O Spiderman. Y perdona, pero como la primera Superman ninguna. Christopher Reeve, dirigida por Richard Donner. Que bueno, las de Batman se han reflotado, están bien, con Nolan, que hizo Origen, que era muy rara, de Hollywood y tal, pero muy bien. Y a ver cómo salen las nuevas de StarWars…yo qué se, que la fórmula ahora es hacer remakes. Posesión infernal (Evil Dead), Viernes 13, Pesadilla en Elm Street, Noche de miedo…como un ciclo.
El terror te gusta.
Muchísimo. La montaña rusa, sentir el miedo, el terror. Una cosa buena de los videojuegos modernos es que hasta la llegada del 3D no pudieron hacer videojuegos de terror buenos. Dicen que el precursor de los survival horror es “Alone in the dark”, pero cuando yo probé Silent Hill en la PSX fue una revelación. Iba el hombre -un tipo normal y corriente con el que te puedes identificar perfectamente- con la linterna buscando a su hija, en un clima claustrofóbico que antes no era posible. En ese aspecto disculpamos a los juegos modernos (risas). Pero tampoco hay tantos como juegos de guerra o como juegos de mundo abierto. Los Silent Hill me los he jugado todos, menos los de PS3, y me parece juegos muy buenos, muy brillantes y muy bien hilados.
Me encantan las películas de terror, las antiguas: El Exorcista, La matanza de Texas, hecha con tres duros, muy copiada, con mucha secuela, mucho remake, mucho reboot, mucho spin-off y no sé cuanto. Y luego la del Amanecer de los Muertos de Romero, que se quedan atrapados en un centro comercial. Tienen de todo, comida, y demás. Es del 78, pero me siguen pareciendo muy buenas. Sensaciones extremas desde tu sillón. Como cuando en la montaña rusa pegas esos giros extremos pero está todo controlado, sabes que no te va a pasar nada.
Dice la gente “los que ven películas de terror son psicópatas”. Mira, tú vas al cine y, si no ahora, hace unos años, la mitad de la cartelera o por lo menos una película o dos de terror siempre hay. El terror siempre ha funcionado. Siempre. Yo tengo una película de Edison de 1910 de Frankestein. Eso gusta. Vivir algo trepidante, sentir algo.
¿Cómo se plantea el suspense en la música? Más allá de la periodicidad monótona de Tiburón, quiero decir.
Nos guste o no, tenemos una especie de “herencia audiovisual” que hemos ido asimilando con cada película que vemos. Si yo te digo: “¿cómo suena el Imperio Romano?”, seguro que te viene a la mente una potente fanfarria de trompetas y una melodía épica ascendente mientras imaginas a los centuriones y legiones desfilando por Roma. Y en realidad la música romana de esa época era bien distinta (apenas unas melodías simples de flauta y algo de percusión, además de cantos). Como todas las cosas, supongo que el origen de la dramatización musical puede ser el cine mudo o el teatro, donde había que poner ambiente con un piano o instrumento similar. Entonces se las ingeniaban para crear suspense, sobresalto, tensión, acción, tristeza o alegría con la música, para acompañar a los actores. Fue ahí donde se produjo el matrimonio de imagen y sonido para contar cosas tal y como las entendemos hoy día. Yo diría que el suspense se plantea con notas largas graves y desconcertantes, pero es justo lo que me viene a la mente teniendo en cuenta varias pelis de Hitchcock.
¿Algún compositor que quieras destacar?
Te voy a nombrar de antiguo a moderno una lista de compositores de cine por los que tengo devoción fervorosa -casi exaltación divina- : Miklós Rózsa / Bernard Herrmann / John Williams / Basil Poledouris / Jerry Goldsmith / Alan Silvestri / Wojciech Kilar / Hans Zimmer / Ramin Djawadi… Bueno, y me dejo fuera a muchos más.
Hay compositores que logran crear obras mayores que las películas en las que colaboran, como Danny Elfman o Ennio Morricone. ¿Qué otro compositor destacarías en este aspecto? ¿Y en el mundo del videojuego?
Sin duda. En este aspecto, John Williams nunca falla. Logra engrandecer cada momento de la película con sus geniales composiciones como nadie. Y hasta Spielberg dice esto. Recientemente, con la película Furia de Titanes, la de 2010, tenemos un ejemplo de banda sonora que atrapa al espectador desde el primer acorde. Otro ejemplo puede ser El último Samurái, una peli relativamente entretenida con música de excelente nivel. Y no nos olvidemos tampoco de Gladiator. ¡Hay muchísimas! Y respecto de los videojuegos puedo decir que normalmente la música va acorde con el videojuego, como el fantástico VVVVVV de Terry Canavagh con música de Souleye. ¡Tal para cual!
John Williams es algo así como el Spielberg de la música del cine. Sin embargo es mucho menos conocido que Steve. ¿Cómo puede la música ser tan importante y sin embargo ser menos reconocida?
Acabo de realizar un sencillo test con las entradas de Google: si pones “Steven Spielberg” hay 30 millones de resultados, y “John Williams” nos da 20 millones. Aun lejos de los 210 millones de Michael Jackson, por cierto. De modo que Google nos da 3/2 de popularidad a Spielberg sobre Williams. Evidentemente cuando anuncian o promocionan una película siempre ponen por delante a los actores (en caso de que sean estrellas) y luego siempre el director. Al compositor nunca se le da importancia, pero mientras se visiona la película, éste cobra protagonismo por méritos propios y es la gente quien luego se encarga de propagar las virtudes de esta o aquella banda sonora. Digamos que ellos son fielmente apreciados por los que conectan con sus obras.
Basil Poledouris elaboró la banda sonora de Conan. ¿Cómo es posible conectar tanto con la historia mediante la música?
Esta banda sonora en mi opinión supone tocar techo. Mejor no se puede hacer. Supongo que en un momento de inspiración sublime, Poledouris -según dijo- intentó elaborar una especie de ópera con la partitura de Conan, y si te fijas bien, los primeros 5-7 minutos son ininterrumpidamente musicales. Es decir, que intentó orquestar descriptivamente todo cuanto se ve en pantalla, y vaya si lo consiguió. Sin duda una obra maestra. A veces sucede el milagro de la conexión, y otras, o te quedas cerca o te pasas… Hay muy buenas pelis que conectan de maravilla con sus BSO respectivas. Por decir algunas: El golpe, Ben-Hur, Harry Potter, La Lista de Schindler o Drácula (de Coppola).
Retro
Me comentaste una vez que no había ningún motivo especial por el que te atrajera la estética retro.
Quizá es que sus mecánicas son tan directas que me recuerdan más a un juego de tablero que a la realidad. Los juegos de ahora, hiperrealistas, no tienen la misma respuesta. No me gustan en ellos los recargos, los adornos, la excesiva elaboración. Me gustan los juegos de puzles, de coger frutas, monedas, evitar enemigos…eso estaba más cercano al juego de tablero. A lo que es jugar. Y eso se está perdiendo. Todas esas mecánicas ingeniosas, esos experimentos. Y veo que eso se corta con la llegada del motor 3D, con eso de querer modelarlo todo. Deportes, bosques, carreteras, dejando de lado lo anterior, lo más experimental. Ahora esa faceta la recoge lo indie, pero la mayoría del catálogo del Corte Inglés es modelado de la realidad. Llevan diez años repitiendo el mismo juego.
¿Piensas que es posible revolucionar este aspecto de nuevo?
No sé. Las grandes compañías podrían contratar pequeños grupos de programadores que hicieran juegos pequeños, como los de antes. Pero eso se cortó. Por la época de la Nintendo 64, el Zelda Ocarina of Time, con todo 3D, las montañas, todo modelado.
Aún recuerdo que cuando salió el Castlevania: Symphony of the night en 2D en PSX, mucha gente dijo que era un rollo, una porquería, anticuado…y según los entendidos ha sido el mejor Castlevania de la historia. Y eso fue un juego que apostó por la exploración en 2D habiéndose instalado ya el 3D. Lo de ahora es conducción, deportes, guerra moderna, y mucho mundo abierto: del oeste, de delincuencia, o el Canis Canem, que se conoce aquí como Bully. Ese es más antiguo, fue prohibido, de un niño que entra en un colegio privado y tiene que liarla, todo de manera políticamente incorrecta, pero de muy buena factura, una banda sonora increíble, personajes muy bien hechos…y lo que argumentan los creadores es que es una simulación. Pero claro, es un juego para adultos.
Recuerdo que en mi instituto han venido policías a dar charlas sobre videojuegos diciendo que muchos juegos incitan a la violencia.
Me lo pones a huevo. ¿Estás de acuerdo?
No, como leí una vez es como si te dicen que si oyes un disco de Pimpinela te dan ganas de tirar platos a tu pareja (risas).
Bueno, pero a diferencia de la música o el vídeo, es algo interactivo.
Sí, bueno, no sé. Supongamos que yo estoy en el GTA, vas a un semáforo, ves a alguien, le amenazas con la pistola, le pides el coche, te lo cargas, coges el coche y te vas a robar un banco. Pero eso es como en las películas de terror. Si ves una película de un asesino, es como ver los toros desde la barrera, ves algo horrible, pero a la gente le gusta subirse a la montaña rusa. Vivir de manera simulada experiencias extremas. Yo veo Saw pero no me voy a poner a torturar a gente. Los videojuegos prometen una experiencia, pero sirven para desfogarse, para quemar esas ganas.
Es un tema de debate. Pero yo creo que eso está en la naturaleza de la persona. Si una persona es violenta per se el videojuego puede potenciar ese aspecto. La gota que colma el vaso. Pero esa persona es violenta con o sin videojuegos. Si eso fuera así, la gente que juega a Battlefield estaría causando masacres.
Por ejemplo es que miras Estados Unidos y ves que hay millones de armas, se incentiva mucho. Y es normal que haya matanzas allí, y aquí no, pero no creo que influya nada el videojuego en ese aspecto. Lo que trato de decir es que con tantísimas armas al alcance, un criminal o un terrorista lo tiene más fácil.
Según he podido apreciar, sientes especial cariño por las obras de Konami, ¿no?
El viejo Konami (1984-90) sacaba juegos absolutamente asombrosos a cual más elaborado y adictivo: Metal Gear, Gradius, Castlevania, Snatcher, Contra, Penguin Adventure, The Maze of Galious, Aliens,… vamos, la lista de juegos y sagas es más que legendaria y todos ellos tienen un puesto merecido en el Olimpo de los Píxeles. Y las piezas musicales no son menos espectaculares. Un derroche de creatividad e ingenio que sin duda marcó toda una época. Esa música chip es casi prodigiosa.
Educación
Antes nos hablabas de tu instituto. Eres profesor de matemáticas.
Yo quería estudiar arquitectura, pero cuando llegué a esa edad no había arquitectura en Málaga, y como se me daban bien las matemáticas, pues me metí. Vi que la investigación era imposible porque había muy pocas plazas…vamos, como ahora. Vi la salida de la docencia y me gustó. Media jornada, dejándome tiempo para otras cosas…y desde el año 2000 dando clase.
¿Qué edades?
De primero de la E.S.O a Bachillerato. Lo peor es la edad de los 12, 13 años, con esa revolución interna, la edad del pavo, las hormonas, el tonteo, alumnos con problemas porque viven muchos cambios, padres pidiéndome ayuda con sus hijos. Una edad difícil. Pero es normal, todos hemos sido adolescentes. Sabemos cómo va eso.
Y luego está la educación en sí. Se escucha mucho eso de que los alumnos eran mucho más respetuosos, y los libros del mismo curso de hace diez años eran el triple de duros. Con la LOGSE todo vale. Dibuja un triángulo, y calcula la base. Y antes pues…el perímetro, tal. O la matemática más abstracta. Pero además en todas las temáticas, como por ejemplo las faltas de ortografía. Es la degradación de la enseñanza. Ahora suspendes, repites, pero pasas, y pasas, y pasas, y te quedan seis asignaturas pero si haces actividades pasas. Muy poco meritocrático todo.
Salir de eso es difícil.
Hay un chiste muy bueno que es: en la enseñanza de los 60 sale el profesor y el padre diciéndole al niño “¿qué notas son estas?” y salen en la actualidad el padre y el niño diciéndole al profesor “¿qué notas son estas?”. Y no es un chiste, es así. Que si se ha gastado un dineral en clases particulares, que si tal. A mí ha venido a pedirme explicaciones a final de curso una familia entera en un tono hostil por el suspenso de su hija, teniendo una media global de 3,8. Justo como en el chiste.
Yo entré en el 2000, y he notado el bajón. Algún año de mejora, pero poco. Algún año muy violento, con muchas peleas, y tú tenías que ponerte con el orientador, y argumentan síndromes de hiperactividad y déficit de atención (TDAH)…y padres pagando a psicólogos privados para sacar enfermedades psicológicas inventadas…ahora todo es entrevista con el psicólogo y con la familia, relléname el cuestionario, y vendrá un especialista, y tal, mucha burocracia para algo que quizás puede tratarse directamente.
¿Has notado también una disminución de talento desde tu lado, desde el profesorado?
En mi época sí es cierto que viví un fenómeno de que mucha gente se colocaba en carreras por amistad, no por verdadero interés. Y es como ahora, que ves a muchos licenciados trabajando en otras cosas. Estamos produciendo gente con menos motivación, gente menos preparada. Pero vamos, que también hay gente muy preparada española que se tiene que ir. Como la chica que descubrió algo de las células madre que fue el descubrimiento del año, y está en Oregón, y el mejor físico de Europa es español y está fuera de España. Mi cuñado es Doctor en Biología y está en Suecia.
Con esa perspectiva, viendo la cosa así, motiva el que la gente se meta donde sea, le da igual. Piensan que no van a encontrar trabajo aquí..
Pero eso se ve ya desde el colegio. Comienzan las clases con 30 alumnos, y por Navidad vamos ya por la mitad. Abandono. La cosa está mal en todos los sentidos. Es una pena. Y el Gobierno haciendo chanchullos, queriendo hacer pruebas de conocimientos.
La LOGSE se supone que era la enseñanza mínima de un ciudadano. Pero se han pasado de fácil, y no todo el mundo vale para una carrera. ¿Todo el mundo vale para ser ingeniero? Pues no. Y si no pueden, a otra carrera, y si no pueden a una FP. Y así, sin saber qué hacer. La FP está muy bien, con muchas ramas, con prácticas, modernizadas. Pero el mundo universitario ha pegado un bajón, cada vez la gente más maleducada, con más faltas de ortografía.
Música
¿Cómo fundamentas esa compenetración entre música y videojuego a la hora de componer? ¿Cuándo dices: “ahora sí”? ¿Instinto?
En mi caso es un trabajo que cabalga entre lo intuitivo, lo metódico y el ensayo-error. Generalmente la temática del videojuego y su impresión en pantalla nos proporciona un marco bastante definido para la elección musical. En primer lugar el tipo de sonido (chip/sintetizador/orquestal/acústico/etc) y luego el tema musical en sí: acción, intriga, exploración, desesperación, alegría, celebración,…etc. Cuando pongo el juego a correr y me siento al piano, pruebo unas cuantas melodías y ritmos hasta que algo me dice que voy por buen camino. En este punto comienzo a trabajar seriamante sobre aquello que funciona y me propongo grabarlo con la mejor calidad posible, poniendo mucho cuidado con los instrumentos, acordes, notas, transiciones y “loopeo” o repetición. Luego lo montamos todo junto y jugamos un poco. Si funciona al 100% lo dejamos, y si algo no va bien, podemos hacer modificaciones o bien comenzar algo totalmente nuevo. Otras veces tenemos una especie de “visiones musicales” que te pueden pillar por sorpresa en cualquier lugar: yendo al trabajo, en la ducha o mientras ves pasar a la gente…empiezas a escuchar una radio imaginaria que te trae en bandeja el tema perfecto para esa fase en la que estás trabajando. En este momento saco a toda prisa un grabador pequeñito que siempre llevo conmigo y lo voy cantado con indicaciones. Por ejemplo: “Para la fase de la bodega, adoptar un tono misterioso con clarinetes tipo ta-raaaan…..ta-riiiiin…..etc”….Y otras en cambio son ocasiones que requieren mucho más esfuerzo porque no das con la tecla hasta probar varias cosas. En resumen creo que esto tiene mucho que ver con el nivel de autoexigencia, es decir, hasta que uno dice: “está bien, con esto me planto”. Ha habido veces en que ha salido un tema en pocas horas y ha quedado muy bien, y otras te pasas grabando pistas una semana entera y luego el resultado no es tan provechoso.
¿La “visión musical” más rara o llamativa que hayas tenido?
Una vez estaba en Uppsala (Suecia) visitando la catedral y escuché a un organista tocando los acordes más raros y disonantes que te puedas imaginar, pero eran muy bellos al mismo tiempo. Entonces tuve la visión de una música de la mismas características para ambientar una fase del Grialia basada en una especie de secta extraña con sus lugares de culto…la verdad es que pegaba (risas).
Chiptune.
El chiptune está íntimamente ligado a los videojuegos, a los ordenadores y a ese tipo de historias. Consigue un tipo de sonido que es propio de ese mundo, es el sonido de los videojuegos, al menos originalmente. El chiptune, mediante un chip, generaba ondas muy simples, cuadradas, sinusoides, triangulares, sonidos muy penetrantes, pegadizos, pitidos chirriantes. Fueron evolucionando y se convirtieron en sonidos más agradables. Vino la FM, con operadores en los que unas ondas inciden en otras, hay portadoras, moduladoras, logrando la educación de esas ondas primitivas. Fue la explosión de los sintetizadores digitales. Trajeron otro tipo de sonidos, sintéticos, atractivos y agradables en su género. Pero les fue pasando lo mismo que a los videojuegos. El piano en chiptune y en FM se fue intentando evolucionar hacia la realidad. Vinieron las muestras, los samples, la grabación digitalizada de un piano real. Sonidos digitalizados de pianos reales, sonidos de baja calidad, de 8 bits o de 16 bits pero con poco muestreo. La industria del sonido sintético fue depurando la calidad, subiendo los bits de muestreo, acercándose a la realidad. Ello influye también en el videojuego.
Teníamos al principio el chiptune, luego el sonido de SuperNintendo, la PlayStation, que ya emula sonidos reales mediante digitalización, y ahora directamente se hace todo real, grabando con orquestas, artistas reales…como en Driver (Reflections, 1998), que es de conducción, que tiene música garage rock de un grupo de música real, The Bellrays, frescos y directos.
Todo se hace real.
Y el carácter de ese sonido original marca esa época. Ese estilo. Parafraseo a Yuzo Koshiro, el de la música de Streets of Rage (Sega, 1991), por ejemplo: “el chiptune puede llegar donde no llega una orquesta. Tiene su propio carácter”. Y tiene razón, la melodía chiptune se agarra a tu mente y no te suelta. La orquesta está más diluida, se olvida más fácilmente. Y además para ciertos juegos el chiptune pega más. A un Street Fighter o a un Double Dragon no le vas a poner una orquesta. No le pones New Age a un Space Invaders. Ojo, que hay cosas minimalistas a las que sí les pega esto. Pero a juegos de acción de los ochenta, noventa, le pega el chiptune. Es como los sprites pixelados, que tienen sus movimientos bruscos, y su equivalente en la música es el chiptune. De hecho, ahora hay una tendencia a lo analógico, a lo sintetizado, intentando recuperar ese sonido. Un sintetizador analógico no suela real ni de coña. Nada de violines. Hay un rescate ahora de ese carácter. Leí una vez que un juego japonés, un JRPG, tenía un récord Guinness a la banda sonora más numerosa, con 200 músicos y 200 personas en el coro para hacer la música. ¿Hace falta tanto? Como dije en RetroMadrid, el Castlevania nuevo, el Lords of Shadow, cuya música hizo el español Óscar Araujo, recibió un presupuesto de 300.000 euros. Para la música solamente. Y claro, contrató a la Orquesta Sinfónica de Praga. Y no sé, ¿hace falta? Para los triple A lo entiendo, pero para cosas más pequeñas…no sé, es como dice Yuzo Koshiro, hay juegos con chiptune insuperables.
Estoy ahora con Juan haciendo juegos y todos tienen chiptune, FM, tratados con un chip de Capcom, de los ochenta, un chip de Yamaha YM 2203, con cuatro operadores, con un sonido nada chirriante, muy redondito, precioso, con unas voces muy variadas. Su sonido es inconfundible.
Has colaborado con todos sus juegos menos con el primero, ¿no?
Sí. Todos excepto 8bit Killer, cuya música la hizo RushYet1, una eminencia en sonido de Nintendo, de NES. Su propio sonido, sus normas, dos canales de onda cuadrada, uno de onda triangular, otro de samples, con un catálogo de piezas ya hechas. Ha hecho verdaderas maravillas.
¿De qué banda sonora estás más orgulloso?
(Gryzor duda). Bueno, yo qué sé. La que más trabajo me ha costado es Hydorah. Música digitalizada pero con sintetizadores, baterías de los ochenta, caja de ritmos, una producción muy elaborada, muchas pistas, algunas con treinta o cuarenta instrumentos, temas hechos en dos semanas…La de Maldita Castilla también me costó, con dos chips de FM, dos chips de tres canales, seis canales, lo normal en juegos como el Commando (Capcom, 1985). Programar los sonidos uno a uno…hablamos de cincuenta parámetros para cada sonido, muchas posibilidades. Primero haces los sonidos por separado y luego con esos sonidos programas las seis piezas por separado en mono, se pueden hacer muchas cosas, es muy versátil. Dentro de las limitaciones del chiptune se pueden hacer maravillas. En Maldita Castilla intentamos recrear ese ambiente con la música.
He hecho también música para juegos más pequeños, remakes de juegos de Spectrum, el de L´Abbaye des Morts, que es un juego con solo 20 o 25 pantallas, solo con onda cuadrada monofónica, un solo canal, un solo sonido a la vez. Un juego muy desafiante.
La de Hydorah la hice en dos años, muy laborioso, 55 temas. Estoy ahora con Gaudoran, un pájaro prehistórico que ataca las Islas Canarias, con música FM, rememorando las películas de Godzilla, los sonidos chirriantes de los bichos gigantescos. Y hay más, pero es que no da tiempo.
Composición, guitarras y jazz
Como compositor habrás tocado todos los géneros.
Bueno, “compositor”, aficionado a la composición.
Has compuesto música, eres compositor (risas).
Vale, sí, le he dado al jazz, al rock, al pop, a los “jingles” publicitarios, música de páginas web, videojuegos, cortometrajes…mira, lo que pasa hoy en día es que con un ordenador potente y los medios adecuados puedes hacer lo que quieras. No es lo mismo que una orquesta real pero puedes hacer algo decente. Por ejemplo en un documental con un narrador de fondo, pones una música así y se sostiene.
Cada género tiene su atractivo, y en concreto con los videojuegos es algo más exclusivo, cada cosa tiene su chip a estudiar, el de Nintendo, el FM, el Spectrum, el MSX, y cada chip tiene sus recovecos, su manera de articularlo, de ser programado, y sus cosas prohibidas, que te gustaría hacer pero no puedes.
¿Cómo cuáles?
En un chip de MSX que tiene tres canales no puedes hacer un acorde de cuatro porque está prohibido, pero por ejemplo puedes hacer un “arpegio”, sugiriendo esas cuatro notas de manera rápida, encadenada. O por ejemplo si quieres hacer un sonido estilo años 70, con órgano y piano eléctrico, no puedes hacerlo en MSX, donde tienes una onda cuadrada que suena siempre igual, aunque puedes modular el ataque, que entre con un ataque más suave, gradualmente. Resumiendo, cada chip tiene sus normas, y tienes que limitarte a ellas, jugando con ellas. Como dije antes, en L´Abbaye des Morts dije “sonido Spectrum con un canal monofónico”. ¿Qué puedes hacer con eso? Pues bastantes cosas. Tienes a tu favor el que la nota puedes hacer que dure lo que tu quieras, milisegundos, microsegundos…puedes alternar entre bajos y acordes, “triturar” un acorde con un bajo y con una melodía y la puedes diseccionar haciendo que suene a la vez, pero como entrecortada. Es como el sonido Commodore, ese que suena un acorde pero como trinado, desintegrado, propio de esa época.
Es muy desafiante hacer música con chips, con sintetizadores virtuales, o con otros músicos…cada cosa tiene su reto, y a mí me interesa todo lo desafiante, no me cierro a ningún estilo.
Te gusta el heavy, ¿no?
Estuve en Sonisphere con Iron Maiden, Megadeth, Anthrax, grupos de primerísima línea, y algunos otros como Ghost, que son suecos y muy jóvenes, el grupo del exbajista de Metallica, Newsted, que dicen que el grupo tampoco está muy allá. Vamos, es que en los discos antiguos de Metallica en que participa no tiene demasiado protagonismo, más como complemento. El núcleo ahí son Lars y Hetfield, y si me apuras Hetfield, es el que hace los riffs. El heavy está ahora mismo alimentado por la vieja guardia. Grupos nuevos así que llenen estadios en este género no hay. En Sonisphere había 30.000 personas porque tocaba Iron Maiden su gira retrospectiva del disco Seventh Song. Ahora no hay grupos que llenen mucho, vamos, no tengo constancia. No sé, ¿qué hay?
Me suena Mastodon.
Sí, pero cuando van a festivales tocan de teloneros de teloneros de Metallica. Hay un grupo que me encanta que es Slipknot, que bebe mucho de Anthrax, llevan sus años…Dream Theater, de estilo más moderno pero progresivo…pero si van solos a un festival no llenan más de varios miles de personas seguro. No son unos Judas Priest, que mantienen la escena del metal. Todo eso está tocando a su fin. Algunos componentes mueren: el guitarrista de Slayer, el teclista de Deep Purple…porque son mayores o por fatalidades.
Los superguitarristas, los “guitarhero” de los 90…Marty Friedman, Joe Satriani, Yngwie Malmsteen…casi el que mejor sobrevive es Steve Vai, que está pasándose ya a conciertos con orquesta, tocando en teatros…como buscándose las habichuelas, cambiando el registro. Esa época se quemó mucho, se explotó mucho, queda ya poco. En Sonisphere eran todos treintañeros y cuarentones. En los puestos había montones de camisetas de bebés (risas). Se han hecho tantas cosas en el heavy que probablemente sea difícil innovar.
A mí me gusta por ejemplo Slipknot porque es una amalgama de heavy, dj´s, son un megagrupo, aunque murió el bajista por circunstancias extrañas. Son muy dinámicos, hacen de todo, canciones lentas, rapidísimas, baladas, el cantante Corey Taylor es capaz de hacer cualquier cosa, de lo melódico a lo gutural. Muy versátil. El batería Joey Jordison es tan capaz de hacer lo que sea que una vez sustituyó a Lars Ulrich en una gira de Metallica y tocando sus canciones sin despeinarse. Hay grupos que todavía sorprenden.
Mira Deep Purple. Siguen tocando pero su sonido ya no es fresco. Ese rock de los setenta ya solo lo recuerda su quinta. O Black Sabbath . O Led Zeppelin. Y mira que Black Sabbath sí conserva el sonido fresco de los primeros discos, escucha el último. Pero se lo pones a los chicos de ahora y claro…es que además estas personas están muy mayores.
Hay grupos nuevos, pero sin tanto tirón. Pero sigue vigente por otros mecanismos. Escucha el verano de Vivaldi (3er movimiento) y sabrás de lo que hablo. Esos violines a todo trapo SON heavies, y no hace falta poner el overdrive a tope. El buen Heavy es inmortal, como el secreto del acero y el Dios Crom (risas) y además acompaña divinamente las escenas trepidantes de luchas, persecuciones, o los castillos satánicos en llamas.
¿Algunos guitarristas preferidos?
Steve Vai, Joe Satriani, pero los hay distintos, de jazz-fusion, Allan Holdsworth, Greg Howe, Bret Garsed, Pat Metheny, muy interesantes. Yo toco el teclado y me dicen muchas veces “pero ¿cómo te gustan los guitarristas si tocas el piano?”, y es que mi hermano toca la guitarra, y además es también algo que no puedes hacer, ¿no? Es como los saxofonistas, Joshua Redman, Michael Brecker…ese ya murió, pero era un genio total. Dice Pat Metheny que es el mejor saxofonista de todos los tiempos, con un lenguaje propio. Hay gente a la que escuchas y lo reconoces. Es él. Como en pintura, que ves a Klimt, el del Beso, y es único, con un sello propio. Con los guitarristas igual. Oyes a a Allan Holdsworth y claro, coge cuatro notas por cuerda, y con unos fraseados propios, inimitables.
Volviendo a los guitarristas virtuosos, metaleros, estratosféricos, pienso que el último gran guitarrista es quizá John Petrucci, el de Dream Theater, que bebió de Steve Vai, que a su vez bebió de Van Halen, que a su vez de Hendrix, y tal. O de este, Djanjo Reinhardt, guitarrista de jazz buenísimo. John Petrucci es el último heredero de este estilo de guitarra. Hay otros como los de Dragonforce, que tocan muy rápido y tal, pero a mí no me gustan.
El shred.
Eso es, los trituranotas. ¿Has visto el récord mundial de tocar notas rápidamente?
Sí, usando el Vuelo del Moscardón.
Ese, es que es tan horrible de escuchar, tan feo, que eso ya no es música, se tritura, no es bonito. Eso no es una cosa nueva, aunque es distinto de otros guitarristas que tocan tan bien, de manera tan virtuosa, tan perfecta, que están fuera de toda duda. Son perfectos pero bonitos. Mira Chopin, el pianista. Era muy débil, no era capaz de tocar sus propias obras porque tenía los dedos muy débiles, pero sus obras era muy virtuosas, ultravirtuosas, pero con una sensibilidad y una melodía, una envoltura más allá de toda duda. Virtuoso y bonito. Como el pianista Frank Lizst, igual. Yo no creo que una cosa sea obstáculo para otra. Si quieres expresar algo con miles de notas, y eres virtuoso, consigues que llegue. Otro pianista francés, Erik Satie, hizo las Gymnopédies, obras ultraminimalistas, con las mínimas notas posibles. Dicen que es el padre del New Age, influencia de gente como Michael Nyman, y sus obras son muy bonitas. Es decir, uses muchas notas o muy pocas, puedes tener obras muy bonitas. O no. Depende del talento del compositor. De su capacidad de expresión.
Con los guitarristas pasa lo mismo, que los hay que meten cuantas más notas mejor, pero a otros no se les ve eso, sino que realmente tienen mucho arte haciendo eso, crean magia. Con Steve Vai ves obras de belleza innegable, como For the Love of God. Es muy bonita. Y con notas. A Yngwie Malmsteen le han criticado mucho por eso, por meter muchas notas, pero tiene unos solos de una maestría preciosa, su sello propio. Adoraba a Ritchie Blackmore, de Deep Purple y Rainbow, que por cierto está ahora con laúdes y música celta. Total, que Blackmore empezó así con el metal neoclásico e Yngwie continuó eso. Hay gente a la que le resulta sobrecargado ese estilo, empalagoso. Como hay gente a la que el heavy metal le resulta pesado, agresivo, poco atractivo…es como Silent Hill. Entras en un cuarto de baño, todo oxidado, y ves las texturas, el detalle, la armonía, y hay gente que dice “pero qué horrible, qué agobiante”. Y a otros nos parece bellísimo.
Pero el mérito es ese, que te haga sentir algo.
Claro, que te transmita algo. El hip-hop no me entra, no me gusta. Y hay gente que dice que hay mucha poesía dentro. Y yo no lo niego, pero…por ejemplo Sabina no tiene una voz grande ni su música es brutal, pero sus rimas son impresionantes basadas en palabras sencillas, cotidianas. Y hay gente a la que le gusta y gente a la que no.
En cierto aspecto el heavy metal es música retro.
Va de la mano. ¿A quién le interesa el retro? Al mismo sector. A los que a principios de los ochenta, cuando despegó el videojuego, lo tuvimos ahí, que ya no era el experimento universitario de los setenta. Dicen que el primer videojuego fue una manipulación de un osciloscopio que generaba una especie de tenis, “Tennis for two”, que se manejaba con dos potenciómetros circulares. Otros dicen que fue un experimento del MIT, de una hermandad de alpha, beta, lo que sea y tal, que se colaban por la noche en la universidad para jugar con un superordenador y crearon un juego de misiles espaciales, algo como “Space Wars”. Hay controversia. Pero bueno, eso eran los setenta. En los ochenta se pega el pelotazo y se comercializa, con las Atari, el Pong, el Donkey Kong que irrumpió en las salas recreativas…y claro, quienes disfrutaron eso somos los que ahora tenemos casi cuarenta.
A un chaval de ahora le enseñas un juego retro y puede que le llame la atención, o que diga que es una mierda. Yo cuando era pequeño y me enseñaban Jasón y los Argonautas…pues me creaba una fascinación terrible. Y seguro que pasa ahora lo mismo con algunos chavales, pero hay que saber mostrarles los videojuegos adecuados. Que también hay mucha morralla. Mira los juegos de Android de ahora, muchísimos son malísimos. La dificultad es buscar entre miles y miles de videojuegos para ver cuáles merecen la pena.
Pat Metheny es conocido por, entre otras cosas, haber sido capaz de crear un disco con una banda “robótica”. ¿Estamos ya escalando varias niveles en cuanto a música sintética se refiere, o nos queda aún bastante trecho?
Pat Metheny es uno de los músicos más visionarios y mejor equilibrados de nuestro tiempo, y prácticamente ha hecho de todo en sus innumerables discos y giras. La música sintética y los medios para lograrla han sobrepasado los límites gracias a personas como él, pero yo creo que son las personas (con sus ideas) y no la tecnología las que realmente dan avances importantes. Por ejemplo, todos conocemos las guitarras eléctricas y aunque el modelo básico apenas ha cambiado desde sus orígenes (sobre 1931), sí que ha cambiado la forma de tocarla y hacer música con ella. Desde Django Reinhardt pasando por Jimi Hendrix, Van Halen, Steve Vai, o John Petrucci podemos decir que cada uno de ellos le ha dado un empujón importante a la música de guitarra, y aunque en la actualidad tenemos mucha tecnología musical a nuestro alcance, como sintetizadores, plugins y artefactos varios, quizás vengan en el futuro unos músicos que den unas vueltas de tuerca más a la innovación como ya hicieran estos genios de la guitarra. Y entonces diremos: “¡Vaya! si pensábamos que estaba todo inventado…”
¿Qué empujones han dado esos guitarristas?
Brevemente: Reinhardt revolucionó la guitarra de jazz como nadie había hecho antes, fusionando el swing con la música gitana de Europa. Hendrix dio un salto en la interpretación del rock haciendo unos solos con articulaciones, flexiones y frases que jamás se habían oído desde una guitarra. Nunca se le desafinaban las cuerdas ni las notas, porque él estaba siempre pendiente del tono. Van Halen imprimió velocidad y aceleración. Dicen que inventó el “hammering” o “tapping”, es decir, el martilleo con ambas manos y sus dedos sobre el mástil, consiguiendo arpegios supersónicos. Imagina qué revolución. Steve Vai elevó las técnicas de Van Halen a la n-ésima potencia, componiendo solos con complejas armonizaciones sobre arpegios, frases enteras o flexiones, y John Petrucci investigó el campo del metal progresivo, componiendo ritmos y solos complicadísimos de interpretar. Todo un prodigio. Ahí llevas ejemplos de los cinco:
Reinhardt.
Hendrix.
Van Halen.
Steve Vai.
John Petrucci.
Pero vamos, me dejo en el tintero a muchos guitarristas influyentes como Jimmy Page o Ritchie Blackmore.
Vampire Killer o Metal Gear entre las joyas de Konami.
Jazz.
Ahí te puedes perder. Hay de todo. Una anécdota. Sega llegó a tener su propia banda de música, la Sega Sound Band o algo así. En los 90, en su máximo esplendor, los compositores de los videojuegos de Sega formaron una banda de jazz-fusion, y tocaban los temas de Sega en conciertos, en Japón. Está en Youtube. Y oyes por ejemplo la música de Galaxy Force, de MegaDrive, que en el arcade era una máquina grandísima, y si oyes su música, es todo jazz-fusion muy puro. En mi banda estuvimos intentándolo y es muy difícil.
El jazz me vuelve loco, desde el más primitivo, hasta el medio, hasta el jazz-fusion, el de los 90, el más clásico…me viene ahora a la mente John Pizzarelli, que es un artista moderno que trata de rescatar y preservar el jazz antiguo, el de Frank Sinatra, el swing, lo de los cincuenta, un genio. El jazz experimental, Herbie Hancock, los sintetizadores, los setenta…y tengo muchas influencias en algunas piezas que he hecho para videojuegos de ese terreno. Da para mucho. Yo no tengo nivel para tocar lenguaje jazz, pero intento estudiar lo máximo posible, tiene mucha riqueza. Pero por las mismas te digo que le aburre a mucha gente, que dice que no puede escuchar jazz…que a mí también me pasa con algunos grupos, que son muy exigentes con el oyente, exige una concentración. Luego tienes el jazz de Pat Metheny que llega a mucha gente, más másticado, más llevadero, digerible. Entra muy bien y no rebaja el nivel de complejidad.
¿Es el jazz el género más complicado de apreciar? Y a la hora de ser creativo?
Hay determinados géneros que podríamos decir que son ‘música para músicos’, fascinan y maravillan a unos pocos y sin duda son apreciados por minorías. Igual pasa con el ‘Tech-Death-Metal’ o las corales renacentistas. Puedes escuchar algo como muestra:
Cada una de estas bandas tiene su estilo, a veces taladrante, pero no se puede negar que las bases son increíblemente perfectas, sincronizadas, y repletas de virtuosismo a más no poder. Entre ellas está la banda Nile, de corte egipcio y sonando realmente bien. Además las portadas de sus discos están muy elaboradas en la mayor parte de los casos:
Existen determinados géneros que son más laboriosos de componer que otros, pero supongo que los músicos especializados en ellos lo encuentran más cómodos. Así pues, ¿sería capaz Pat Metheny de componer un tema de ‘Tech-Death-Metal’? Yo creo que sin duda.
El clavicordio de Gryzor, fabricado a mano.
Finalizando
¿Estáis notando más repercusión, más interés en vosotros?
Sí, ha sido una explosión, ha salido en tantos medios…llegamos a tener en Google 900.000 resultados. Salimos en La Sexta. Pero creo que nos han sacado como “mira, qué gracioso, mira lo que ha hecho un tío aburrido en su casa”. Pero mira, ha llamado la atención de esa gente que busca juegos cortos, divertidos, con mecánicas interesantes, algo distinto. Salimos en muchos blogs, entrevistas…nos llamaron a RetroMadrid, Juan no quería, pero bueno, ¿por qué no? Vamos a hablar de esto, de que hubo esto y ahora hay esto, por predicar, que esto también puede ser divertido. Nos han pedido muchas entrevistas, en GamesTM, en RetroManiac fuimos portada…no sé, muy contentos, bienvenido sea. Como la máquina recreativa que hicieron en RetroMadrid…una pasada, y modelo para quien quisiera imprimirla.
Eso te llena de orgullo y satisfacción para hacer más cosas. Es un hobby, mientras tengamos ganas, seguiremos, y la respuesta del sector es una maravilla. Te llegan esos correos de “me encantan estos juegos en los que hay tensión”. Y con tanta oferta con tanta producción, tanto actor y tanta orquesta, que haya gente interesada en esto de lo retro, que es minoritario, nos encanta. Supercontentos, es algo que nos gusta mucho, lo compartimos, y vemos a la gente disfrutándolo.
Mira Hydorah. Hay quien lo ve y dice “ah, mira, existía Gradius, voy a probarlo, ¿qué es eso del shmup?”, y ayudas a que la gente lo descubra, contribuyes a quitarle el polvo a esas cosas ocultas, sepultadas. Cuando yo era pequeño veía Ivanhoe, Ben-Hur, o Jasón y los Argonautas, de los sesenta, y yo pedía más. O la de la Máquina del tiempo, con los Morlocks. Si podemos contribuir de alguna manera a que la gente sepa que hay más cosas aparte del Battlefield y del GTA, pues mucho mejor. Pero esto pasa en todos sitios. El modelo de consumo. La gente consume lo que la tele le diga que consuma. Ponte esta ropa, escucha esta música, ve estas películas. Y hay gente que rebusca, que quiere algo más, que mira en Internet.
Has estado en Suecia, en Los Ángeles…has viajado mucho.
Es por mi esposa. Desde pequeña. Es medio italiana, muy viajera, le salieron los dientes en el avión. Gracias a ella he estado en Egipto, EE.UU, Reino Unido, Suecia, donde está su hermano trabajando…todo eso te abre la mente muchísimo.
¿Qué te has llevado de esos viajes en cuanto a música o videojuegos?
Donde yo he viajado he tratado siempre de ir a museos de instrumentos. Berlín, Roma, Bruselas, Nueva York…he visto instrumentos alucinantes, étnicos, africanos, sudamericanos, japoneses…me han inspirado mucho. Te pone las pilas. Te provoca retroalimentación, ganas de hacer cosas nuevas. Pianos circulares, instrumentos mecánicos, música codificada, rodillos musicales de 1600 o 1700 que se parecen, curiosamente, a cosas que vemos hoy en día. He ido a conciertos. En Nueva York fui al club Blue Note, en Munich a Brian Serzer, de Stray Cats, que se dedica a hacer rockabilly, en Milán en la Scala, como cuatro veces el Cervantes de Málaga, partituras de Verdi, la Arena de Verona.
En cuanto a videojuegos por ejemplo en Nueva York había cómics retro, pero videojuegos no. Ni salones de recreativas. Hay un artista que pone mosaicos de videojuegos en las calles. Los pone donde vienen los nombres de las calles. Lo he visto por ejemplo en Viena, y llama mucho la atención. También he sacado ideas.
Las instrucciones para la elaboración del clavicordio.
Bonus Track: El Clavicordio
Nos movemos a su cuarto, donde nos enseña Gryzor el clavicordio que se hizo él mismo. Nos dice que ahí grabó Hydorah y nos enseña un teclado para pruebas, y algunos instrumentos. Tiene libros antiguos de matemáticas, discos de Iron Maiden. Nos enseña sus juegos de MSX. Gryzor no es coleccionista, lo compró en su día y lo atesora. Tiene por ejemplo Metal Gear, el primero de la historia, por el que podría pedir 200 euros. Nos cuenta que lo comenzó y terminó sin parar, de una sentada. Castlevania, de MSX2, de 1986/1987, es otro de los articulos guardados con mimo.
Yo quería tener un clavicordio, un instrumento muy antiguo. Estuve escuchando muchos, y di con éste. Clavicordio virginal flamenco, cuyo sonido no tienen los demás. Su particularidad es que las cuerdas suenan en la mitad de su recorrido. Los demás clavicordios tocan la cuerda cerca del puente. Los que son de cola tienen un puente aquí y las teclas son percutidas, pulsadas por la púa cerca del puente, como en una guitarra. Esta diferencia solo la tiene el virginal flamenco, dotándolo de un sonido más dulce. Los demás clavicordios tienen un sonido con mucho ataque. Este suena más dulce, como a arpa. La pasión por el sonido antiguo me viene desde muy niño: esos antecesores del piano, los clavicordios, los órganos, los virginales,…una maravilla. Quizás en su rareza resida su belleza. Lo cierto es que cada vez que escucho una pieza de música antigua quedo atrapado por su magnetismo y su misticismo. Es una llamada musical desde tiempos remotos que algunos no podemos resistir. Tanto es así que me vi arrastrado a construir el virginal para poder experimentar esa sensación. Invito a cualquiera a que escuche algo interpretado por Jordi Savall (se puede buscar en Youtube) y le dé una oportunidad a esta música tan extraña y lejana.
Gryzor comienza a tocar. Es un placer y un lujo poder escucharle tocar tan de cerca, de una manera tan íntima.
Primera cuestión: elegir el instrumento. Resuelto. Pero claro, esto no lo fabrica casi nadie. Y los precios de 10.000 euros para arriba. Un tipo de Reino Unido, que ya está muerto el pobrecillo, vendía las instrucciones básicas. Por 1.200 euros o así. Y ahí viene todo. Ve a una madedera que te corten la madera así, consigue las cuerdas así. Y claro, esto no es Ikea. Por ejemplo el puente había que montarlo como un raíl y curvarlo. Y las instrucciones son poner la madera en contacto con vapor tres horas al día para curvarlo. Tela. Me llevó año y medio, relajadamente, no a piñón. Aquí está la rosetta, diseñada por mí, una flor atrapada en una estrella. Fui siguiendo las instrucciones, enviándole correos, preguntándole sobre los trinos…y nada, todo muy bien. Hasta tengo pensado escribir un libro, algo como “Cómo construirte un clavicordio”. Cuando tenga tiempo, claro, esto es un no parar.
La entrada Entrevista a Gryzor, compositor de música de videojuegos es 100% producto Deus Ex Machina.