Revista Cultura y Ocio

Entrevista a Jorge Garrido

Publicado el 24 septiembre 2015 por Carmelo Carmelo Beltrán Martínez @CarBel1994
Buenos días, Jorge. Encantado de que hayas aceptado responder a unas preguntas para el blog. Tengo que decirte que es un placer poder entrevistarte ya que tu novela Cautivo de las tinieblas me ha enamorado. Me muero de ganas de hacerme con el segundo tomo. Bueno, vamos allá:
Entrevista a Jorge Garrido
Además, tengo que recordaros que el lunes pasado se publicó la reseña de la primera de sus novelas.
RP.- Todos los que escribimos —o que aspiramos a hacerlo— lo solemos a hacer porque ha habido alguna novela o algún autor que nos ha marcado. ¿Cuál es este escritor en tu caso? Y, ¿cómo ha influido a tu estilo a la hora de escribir?
JG.- Lo cierto es que no tengo un único autor o novela que me haya marcado como para lanzarme a crear mis propios textos. Sí, tengo lecturas favoritas, pero ha sido más la “necesidad” de contar aquello que se me iba ocurriendo que haber encontrado un detonante claro dentro de la literatura. De hecho, aunque pueda sonar extraño para un escritor, encuentro en mis historias una mayor influencia entre los videojuegos que entre los libros. Las letras son mi medio de expresión, pero “mis maestros” no han de provenir precisamente de obras escritas. 
RP.- De tus cuatro novelas, tres forman una trilogía. ¿Es diferente escribir pensando en una historia formada por varios volúmenes que una autoconclusiva?
JG.- He de sincerarme: nunca pensé en una sucesión de historias. Cautivo de las tinieblas comenzó como un serial semanal en mi blog y una vez alcanzado su término, dada la extensión final y tras los ánimos recibidos por mis lectores, lo maqueté y corregí para darle el formato convencional de un libro. Tiene un final cerrado, pero también sucede con los otros que le siguen en la serie (que no saga), a pesar de que algunos de sus personajes repiten en dos o incluso en los tres libros que la componen.
Así las cosas, nunca pensé en una trilogía. Distinto es que durante el desarrollo de una primera novela surjan en tu cabeza algunas buenas ideas que no tienen cabida en el proyecto actual. Lo que puedes hacer es ir apuntándolas y quizá el conjunto te lleve a plantear una nueva trama con fuerza suficiente para convertirse en el segundo tomo. Esa, en realidad, es la historia detrás de mi serie de fantasía.
Por otra parte, si me lo permites, no soy nada amigo de las sagas. ¿Tener en vilo al lector y dejarle con la cara a cuadros al término de cada volumen, ansioso por retomar la lectura en un ejemplar diferente para conocer su desenlace? No lo veo, al menos no sin tener ya preparada la historia al completo y así garantizar una calidad regular durante todo el conjunto, además de evitar eternas esperas hasta su publicación y hasta la posibilidad de que no se llegara a concluir el resto de la saga.
RP.- Te mueves entre la fantasía y la ciencia ficción. ¿En qué género te sientes más cómodo? ¿Cambia mucho la forma en la que te preparas para escribir diferentes géneros?
JG.- No tengo que prepararme para escribir en base a un género u otro. Una primera pincelada de la trama surge de pronto en mi cabeza como un potente chispazo, lo que marca el estilo y ambientación bajo los que tomará forma. Luego vendrán los demás detalles, las tramas ocultas, los personajes secundarios… pero ahí ya está definido el género.
Y en cuanto a sentirme más cómodo… digamos que cada género me aporta sensaciones muy distintas y uno u otro apacigua la necesidad que tuviera en cada momento. Es decir; a veces, al cerrar los ojos, me apetecía volar sobre un dragón, sentir la fresca brisa matutina en las mejillas y divisar desde lo alto todo lo que acontecía sobre tierra; otras, lo que me pedía el cuerpo era descargar adrenalina mientras luchaba contra alguna poderosa criatura, pero con armas contundentes y en un entorno mucho más actual, casi futurista, en el que el uso de la tecnología y mi conocimiento sobre la ciencia me permitieran cierta ventaja sobre mi rival. Como ves, mis necesidades eran muy distintas y, según el momento, un género podía ofrecerme mucho más que el otro. Eso es lo que marca con cuál me sintiera más cómodo escribiendo.
RP.- ¿Cómo es tu rutina a la hora de escribir? ¿Cuánto tiempo le dedicas cada día? ¿Hay algo que te sirva de inspiración?
JG.- He escuchado y leído, muchas veces, eso de que el oficio de escritor conlleva una rutina, el establecer horarios y respetar costumbres. Conmigo no funciona, desde luego. Creo con fervor que este arte no puede realizarse como una obligación. No olvidemos que se trata de una manifestación artística y, como tal, debe salir con armonía de uno mismo, no arrancarla de nuestro interior con violencia y por narices. Así, lo único que conseguiremos es que tenga una calidad ínfima y no va a gustarnos el resultado. Pienso que tiene su momento y cuando llega lo sientes, sabes que está ahí y que ha llegado la hora de ponerse a trabajar.
Y como inspiración, cuando he de desarrollar las ideas que ya pululan por mi cabeza, hago uso de música. Con mis cascos puestos, me aíslo del resto del mundo y me dejo llevar por lo que entra por mis oídos. Claro está, usaré composiciones más animadas o calmadas dependiendo de lo que pretenda que fluya en el texto, porque la intensidad de la música me llevará a crear secuencias o diálogos muy distintos según suene una cosa u otra. Por cierto; bandas sonoras, orquestadas, con o sin coros, pero no me saques de ahí, ya sean de películas o videojuegos.
RP.- Si tuvieras que quedarte con un solo libro, ¿cuál sería?
JG.- De otro autor, creo que me quedaría con El Conde de Montecristo, de A. Dumas. Lo leí siendo bastante joven, en un formato compuesto por dos muy gruesos tomos, pero el autor no se anduvo por las ramas y ya desde las primeras páginas me atrapó. Las descripciones, el ritmo narrativo, las sorpresas, los diálogos… Tan completo y absorbente que, de elegir un único libro, me quedo con este.
De los míos, Cautivo de las tinieblas. Fue el primero, el origen de la serie, aquel con el que perdí el miedo a ser leído y el que me enseñó que podía hacer algo grande en un oficio en el que de otra manera, quizá, nunca me hubiese atrevido a entrar.
RP.- Leer: ¿de forma física o digital?
JG.- No tengo predilección por uno o por otro, la verdad. A ambos los veo como soportes válidos, aunque puede que al digital le encuentre algunas ventajas más, como son el peso (sobre todo frente a volúmenes gruesos), el espacio ocupado por toda la biblioteca personal o el precio, mucho más económico por obra. Supongo que la tecnología ganará la batalla final al papel, pero aún pasará bastante tiempo antes de que veamos desaparecer este último formato.
RP.- ¿Cómo valoras el estado actual del mercado editorial? ¿Crees que se apuesta lo suficiente por autores desconocidos? ¿Qué cambiarías?
JG.- Entiendo que las editoriales convencionales (no entraré a valorar las pseudoeditoriales que buscan enriquecerse a costa del autor y no de la venta de sus libros) son empresas que necesitan hacer dinero, y una mala inversión puede hacerles bastante daño. No obstante, la pregunta a hacerse sería si no arriesgar les llevará a morir lenta y agónicamente junto al mercado general de los libros, porque este necesita, si no una revolución, al menos sí revitalizarse. Hay que captar la atención de nuevos compradores, pues se ve que de lo que se publica cada vez se vende menos, y ya hemos visto varios casos de superventas dirigidos a jóvenes, éxitos debidos a que unos pocos se arriesgaron con obras algo alejadas de las líneas habituales que vemos en las librerías.
El caso de los autores desconocidos, como nombras, creo que es el mismo que hemos tenido siempre. Hace veinte o treinta años les enviabas tu manuscrito impreso a las editoriales y estas pasaban a valorarlo, pero, ¿no crees que también se rechazarían la mayoría de las obras recibidas? Lo que sucede ahora es que hay mucha más gente con las herramientas necesarias para lanzarse a la aventura de escribir y mucha más información para “conocer” cuántos son rechazados. Encima, la crisis en la que nos vemos envueltos provoca que estas “empresas” cuiden más qué contenido publican, lo que quizá nos lleve al erróneo planteamiento de que son los malos de la película, que no quieren o no les da la gana publicar a nuevos escritores. Pero haz un breve y sencillo ejercicio. Imagina que eres el responsable de publicación de novelas, que de ti dependen los posibles descalabros que una mala inversión conlleva (debiendo pagar la gran tirada en imprenta, a maquetadores, correctores, ilustrador, distribuidores, publicistas…) y que de ahí pende el sueldo con el que das de comer a tu familia. ¿Publicarías a todo aquel escritor desconocido que apareciese? ¿Te arriesgarías tan alegremente?
RP.- ¿Qué piensas de la piratería? ¿Los autores la notáis? ¿Cuál piensas que es la causa del problema?
JG.- Empecemos por algo sencillo: la publicidad es la mayor herramienta para aquel que ha de vender algo. Yo, me pongo como ejemplo, no tengo la solvencia para pagar una agresiva campaña publicitaria, ni los medios para llevarla a cabo. ¿Qué me queda entonces? La piratería. Sí, sí; no me he vuelto loco. Para un escritor autoeditado, que apenas puede llegar a sus familiares, amigos, compañeros de trabajo y los pocos que le vean por internet entre otros miles de escritores en la misma situación, lo que le queda para llegar a sus potenciales lectores es la piratería. Ves tu archivo compartido en foros y blogs y lo que deberías hacer es alegrarte porque se está moviendo. Muchos lo descargarán solo por el hecho de que es gratis, no lo verán nunca más. Sin embargo, entre los que lo lean puede que estés creando fieles seguidores que, tras disfrutar con su lectura, quieran tener un ejemplar físico o comprarte los siguientes que publiques, además de hablar de tu novela a otras tantas personas que nunca habrían sabido de ti de otra forma. Por tanto, tras perder… ¿qué? ¿Diez euros? ¿Treinta a lo sumo? Toma esta piratería como tu propia campaña publicitaria, una campaña que no podías pagar y que te ha salido infinitamente más económica.
RP.- A parte de leer y escribir, ¿qué otras cosas te gusta hacer para pasar el tiempo? ¿Hay algún proyecto adicional en el que estés trabajando?
JG.- Películas, videojuegos y algo de deporte. Tan parecido y distinto a otras tantas personas.
Y proyectos, sí, tengo varios, pero no puedo desvelar nada salvo una nueva novela de fantasía, de carácter mucho más serio que mi serie Ojos de reptil (cuyo mundos no tienen nada que ver).
RP.- Por último, cuéntale a nuestros lectores por qué deben leer tus obras.
JG.- Con 34 años ya a mis espaldas, aún me siguen interesando los mundos fantástico-medievales, pero anhelo obras con personajes más profundos y tramas bastante más complejas que las presentadas en la literatura juvenil que consumía hace tantos años. De ahí surge Ojos de reptil, de mi pasión por la ficción y de la necesidad de vivir aventuras más maduras, sin renunciar a la magia, a los caballeros y a las criaturas fantásticas. Si esto es lo que quieres, esto es lo que encontrarás en mis libros.
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Muchas gracias, Jorge, por dedicarte parte de tu tiempo a contestar estas preguntas. Enhorabuena por tus libros y mucha suerte de ahora en adelante.
@CarBel1994

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