Revista Arte

Entrevista a Occupy Museums

Por Camilayelarte @camilayelarte
En EEUU, el movimiento Occupy Wall Street tiene una facción que centra sus protestas y reivindicaciones en el sector de la cultura. Sus acciones expanden los límites y significados del museo como institución y su rol en la sociedad. Como el resto de plataformas globales de indignados, han sido invitados a ocupar la Bienal de Berlín. En un momento en el que los recortes están transformando el modelo cultural que ha imperado hasta ahora y que se nos habla de la necesidad de adoptar el modelo de mecenazgo privado, nos ha parecido oportuno dar voz a las reivindicaciones de quienes viven dentro de ese sistema. Noah Fischer y Maraya López, miembros del grupo Occupy Museums nos han contado cuál es su lucha.
Podrías explicarnos qué es el movimiento Occupy Museums y quienes forman parte de él?
Occupy museums es un grupo de acción directa cuya finalidad es la de llamar la atención sobre las injusticias económicas del mundo de la cultura. Forma parte del movimiento Occupy Wall Street de Nueva York y empezó un mes después de la ocupación en Liberty Park el 17 de septiembre de 2011. El grupo está abierto a cualquiera, por el momento somos unos 12-15 individuos trabajadores del sector del arte y la cultura, de todas las edades, géneros y razas.
¿A qué hace referencia exactamente el slogan 1%-99%? A principios de los años 80, el 1% más rico de la población en USA, lo que significa un promedio de 385.000$ empezó a separarse del resto de la población en una curva cada vez más pronunciada. Ello fue el resultado de la política de libre mercado instaurada por Reagan, en la que se redujo el pago de impuestos por parte de los más ricos y se libró a las grandes corporaciones de las regulaciones favoreciendo en cambio recortes dramáticos en los programas de servicios sociales. La curva de la desigualdad favorece netamente a este 1% de ricos o el 1% de aquellos que han conseguido llegar a una posición para los cuales perder es estructuralmente imposible. Estas diferencias de riqueza se , hicieron evidentes con la crisis de las hipotecas del 2008 que llevó a la ruina a miles de norteamericanos. Mientras las casas pasaron a juicio hipotecario y el paro subió, la industria del lujo vivió un boom. El 1% de los ricos viven ahora mismo de la pobreza del 99% en los EEUU: Es una guerra contra la clase media y los pobres.

Entrevista a Occupy Museums

Primera acción de Occupy Museums enfrent edel MoMA. Foto via Occupy Museums


Mientras el modelo de financiamiento de las artes en EEUU está basado en sponsors privados o mecenas, el europeo se basa en la financiación pública. La crisis económica actual está provocando un cambio de rumbo hacia el modelo americano. Conociendo los pros y los contras, ¿qué otras alternativas veis?Hemos aprendido que cuando la cultura está principalmente financiada por el sector privado, empieza a mimetizar las cualidades de otras comodidades del lujo. Los objetos artísticos se vuelven bienes tangibles, empaquetados para el comercio y la especulación, mientras que las artes performativas se vacían de contenido político y relevancia, siguiendo el gusto de los más ricos como el perro que sigue a su amo. Dentro de la cultura corporativa el arte encuentra su lugar como status simbólico necesario, y su significado se transforma a lo largo del camino. Como sucede en el mercado, el espíritu competitivo reina y una base invisible de trabajadores culturales, desposeídos, apuntalan el sistema desde abajo.Nos gustaría animar a los artistas a considerar el poder de la solidaridad y la creación como valores autónomos en lugar de dejar que el mercado privado reemplace el sistema público de financiamiento. Desde luego esto no será fácil, pero recordad que en el mercado privado, muchos perderán de todas formas así que no hay nada malo en intentarlo. Creemos que un nuevo sistema puede crearse y conectarse alrededor del mundo a través de una red de solidaridad internacional entre los trabajadores de la cultura. Intentemos nuevos experimentos con valores alternativos, aprendamos a olvidar y alcémonos sobre el glamour barato de la Jet, reestableciendo el mundo del arte e interesándonos en la práctica del arte de nuevo! Interesáos en nuestras voces y experiencia de ser humano. En EEUU sabemos que el gran dinero viene con un coste todavía más grande.

Entrevista a Occupy Museums

Acción Free Art for Fair Exchange en la Armory Show. Foto via Occupy Museums

¿Qué acciones estáis llevando a cabo para expresar vuestro descontento?Muchas de nuestras acciones como la primera en el MoMa consisten en celebrar asambleas y tertulias fuera y dentro de las instituciones culturales, en las que discutimos porqué los museos forman parte de una cultura de la desigualdad económica. Siempre invitamos el público a participar con nosotros y le ofrecemos una nueva experiencia: el museo como un foro abierto: un espacio para los vivos. En estas asambleas siempre surgen nuevas voces y también colaboramos con coaliciones. Algunas de estas son Occupy Arts and Labor y los art handlers de Sotheby's. A medida que ha pasado el tiempo, nos hemos dedicado a inventar nuevas acciones: este invierno empezamos con la "Free Art for Fair Exchange" acciones con las que experimentamos con un nuevo tipo de mercado del arte no monetario. A menudo utilizamos esta táctica frente a ferias de arte caras. También hemos empezado a introducir técnicas de coreografía performativa dentro de estas acciones y a verlas como una forma a caballo entre el arte y el activismo.
¿Cómo están reaccionando las instituciones artísticas de New York ante esta serie de acciones?Al principio, siempre nos encontrábamos con un gran número de policías y de controles esperándonos. Las instituciones parecían asustadas y llegaron a cerrarnos las puertas durante los horarios de visita, de modo que algunas de nuestras acciones se celebraron en frente del museo. Más tarde, empezamos a entrar dentro del MoMA y otros museos y celebrar asambleas en su interior, y compartir cartas con ellos de forma pública. El sentimiento pública hacia nuestra crítica empezó a cambiar de modo que la gente entendió qué es lo que reivindicábamos - ocupar los museos se vio como parte de la larga cuestión sobre la disparidad económica y no como algo desconectado de la realidad. Ahora nos han invitado a la Berlin Biennale y estamos empezando a considerar lo que significaría trabajar con una institución predispuesta. Al mismo tiempo, en nuestra reciente acción en la Frieze Art Fair de New York fuímos de nuevo apartados y encerrados por la policía. Así que depende mucho de la institución que estemos ocupando y cuan abiertos están a la difícil conversación que planteamos.
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(English version)
The US Occupy Wall Street movement has developed a faction that concentrates protests and demands around culture. Their actions broaden the museum's limits and concept as institutions that play a certain role in society. Along with other global occupy platforms they have been invited to occupy the Berlin Biennale. In a world that is increasingly transforming cultural models due to financial cuts and in an era where we are told about the need to adopt the model based on private sponsorships, we think that it is crucial to listen to some voices that have a clear point of view regarding these issues. Noah Fischer and Maraya López belong Occupy Museums platform and they have explained what they are claiming for.
Could you please explain us what is the Occupy Museums movement and who is part of it?Museums is a direct action group focused on calling out economic injustices in the culture world. Occupy Museums is part of the Occupy Wall Street Movement in New York City and started just a month after the occupation of Liberty Park on September 17th 2011. The group is open to all. At the moment, it`s comprised of a core group of about 12-15 individuals who are mostly art and cultural workers, all ranging in age, gender, and race.
What does the slogan 1%-99% stand for?Starting in the early 1980's, the wealthiest 1% of the population in the US, which makes an average of about $385,000 began to pull away from the rest of the population on a steep curve. This was the result of so called "free-market" policies under Reagan where taxes are eased on the wealthiest and regulations are eased on corporations while programs that provide a social safety net for the majority of citizens are dramatically cut. The inequality curve is much steeper for the wealthiest 1% or 1% who have made it to a position where losing is structurally impossible. This shocking wealth disparity was put on display in the mortgage crisis of 2008 which crippled millions of Americans financially. While homes went into foreclosure and unemployment rose, the luxury market boomed. The wealthiest 1% now lives off the suffering of the poorest 99% in the United States: there's a war against the middle class and the poor.
While the North American model of financing art is based on private sponsors or patrons, the European model is based on public funding. The financial crisis in Europe is forcing our cultural politics towards the US model. Knowing its insights and dangers, do you see any alternative?
We have learned that when culture is mostly funded by the private sector, it begins to mimic the qualities of other luxury commodities. Art objects become "tangible assets", packaged for trade and speculation, while performing arts become emptied out of politics and wider relevance, instead following the tastes of the wealthiest like a puppy following after its owner. Art finds its way as a kind of necessary status symbol within the corporate culture, and its meaning changes completely along the way. As in the market, the spirit of competition reigns and an invisible base of cultural workers, dispossessed labor, props up the system from the bottom.
We would advise that artists consider the power of solidarity and creating autonomous values rather than letting the private market replace the public system of funding. This won't be easy of course, but remember that in the private market, most will "lose" anyway, so really, there is nothing to lose by trying. We believe that a new system can be created, connected around the globe through a network of international solidarity of the cultural workers. Let's try out some experiments with alternative value, learn to forget and rise about the cheap glamour of the international jet setting art world and get interested in the practice of art again! Get interested in our voices and the experiences of being human. In the US we know that big money comes with an even bigger cost.
What actions are you undertaking in order to express your discontent?
Most of our actions such as the first one at the Museum of Modern Art have consisted of holding general assemblies and open mic-checks outside and inside cultural institutions, in which we discuss why museums are part of a culture of economic inequality. We always invite the public to participate with us and offer them a new experience: museum as open forum: a space of the living. Also, new voices and information always pops up in these assemblies. We also collaborate with coalitions. Some of these groups have been Occupy Arts and Labor and the art handlers from Sotheby's Art Auction House. As time proceeds, we continually dedicate ourselves to inventing new actions: this winter we started the "Free Art for Fair Exchange" actions where we experiment with a new type of non-monetary art market. We often use this tactic right in front of expensive art fairs. We have also started choreographing performative techniques into the actions, and see them as straddling the line between art and activism.
How are the artistic institutions in New York reacting to these series of actions?
In the beginning, we always arrived to find large numbers of police and crowd-control cages waiting for us. The institutions seemed scared of us, at times closing their gates to us during open hours, and our actions were usually on the sidewalk in front of the museums. Later, we began to enter inside of MoMA and other museums and hold GA's inside, and exchange letters with them publicly. The public sentiment toward our critique seemed to change so that people understood what we stood for - occupying museums was seen as part of the larger economic disparity question and no longer a cognitive disconnect. Now we have been invited to the Berlin Biennial and are considering what it would mean to work with a willing institution. At the same time, at our recent Frieze Fair action in New York, we were once again totally locked out and herded into a cage of barrices by the police. So it depends very much on which institution we are occupying, and how open they are for the difficult conversation that we raise.

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