Entrevista a roberto sánchez por el crítico

Roberto Sánchez Ruiz es un periodista radiofónico español. Es autor de las novelas Asesinos de Series y El Mundo sin Cartas de Amor (Barcelona 66), de relatos como Las Grabaciones del Comisario y de la serie de librojuegos de historias de misterio, La Noche de los Detectives , surgidos del programa Si amanece, nos vamos, que creó y dirigió durante 18 años en la Cadena SER, las famosas intrigas del sí, no, o carece de importancia.

Un Thriller real vivido por el mayor especialista en ficción.
Un implacable crítico de cine sospecha que parte de su vida pudo haber sido una farsa; una gran ficción. Se convierte así en protagonista de una historia que nunca hubiera considerado creíble de haberla visto reflejada en una película. Llegó el momento de descubrir quién es quién en el reparto: su mujer, su hija a la que perdió cuando tenía tres años, sus amigos, los que le rodean.
Un thriller que habla de la memoria y de cómo nos traicionan los recuerdos.
Una novela sobre la amistad, la fidelidad o la educación sentimental, y por la que desfilan los contrastes entre las ferias de las vanidades del mundo del cine y de los medios de comunicación, junto a las más íntimas inseguridades de sus protagonistas.
Juan Antonio Ruan, un crítico de cine tan prestigioso como temido por su difícil carácter, tosco y huraño, se encuentra en Los Ángeles invitado al estreno de la última película de Germán Almendros, el director español de moda. Allí recibe la noticia de que su ex mujer, Victoria Sampietro, heredera de una de las mayores fortunas del país, ha muerto.
En sus últimas voluntades, Victoria ha dejado expresado el deseo de que sea él quien esparza sus cenizas a orillas de la casa de la playa donde desapareció, hace dieciocho años, la hija que tuvieron en común.
Ruan, en tratamiento con antipsicóticos, a partir de ese momento empieza a tener motivos para dudar de si todo su pasado es como él creía recordar.
«La memoria es selectiva. Siempre hace una criba y tiene una tendencia natural a dejarnos en primer plano el buen sabor de boca de los momentos idílicos, mientras arrincona hacia las sombras los que jamás volveríamos a reeditar. A los primeros los proyecta con la mejor de las iluminaciones, con una fotografía de destellos, viva, colorista. No escatima en esos casos en efectos especiales añadidos, en fuegos de artificio. A esas escenas les hemos ido incorporando trampas de post producción con las que hemos edulcorado la historia».
«Las cosas no son como creemos recordar. Pasa el tiempo y le vamos añadiendo capas subjetivas, le vamos sumando imágenes que hemos creado junto al relato que nosotros mismos nos contamos, aunque no las viéramos nunca. Con el tiempo las damos como verdaderas, después de haberlas incorporado desde nuestros recursos sensoriales, que son permeables a la imaginación. Así va superponiéndose un plano, y otro, y otro más, hasta desvirtuar lo que realmente pasó, lo que nos podría enseñar lo que hubiera captado una cámara fija».
«Al revisar los hechos, al contrastar la idea que Ruan tenía de algunos aspectos de su pasado con datos objetivos de la realidad, y recabar testimonios que enriquezcan con sus puntos de vista lo que realmente pudo ocurrir, tendrá que tachar, y borrar, y volver a escribir y a describir el último domingo en el que vio a Elena».

Antes que nada agradecerte esta entrevista, para hablar de tu nueva novela

Gracias a ti, María. 

- ¿Cuántas veces las personas tendemos a  tachar, y borrar, y volver a escribir nuestra vida? Si tuviésemos que hablar con personas para recabar información o dar forma a recuerdos olvidados...y solo centrarnos en esto ¿Cómo sería nuestra vida? ¿Por qué nos aferramos tanto a los recuerdos?

Nos aferramos quizás a los recuerdos porque con ellos trazamos la idea que queremos sobre nuestras vidas. Los moldeamos a nuestra medida. Y eso no lo hacemos siempre de manera consciente. No es que manipulemos nuestro pasado y lo pervirtamos para contarnos una mentira sobre nosotros mismos, sino que el paso del tiempo hace que la memoria sea selectiva, y siempre a favor de obra.

- ¿Qué parte de la crítica cinematográfica o del mundo del celuloide nos vas a enseñar en tu novela “El crítico”? ¿Cuál crees que son las películas más difíciles de opinar o criticar?

En realidad el cine está de fondo, solo de fondo tenue en la novela. El protagonista ya está de vuelta, descorazonado por los intercambios de favores o los conflictos de intereses en los que pueden entrar algunos analistas que nos agasajados por las grandes productoras. Él se ha mantenido al margen de esos mercadeos durante toda su trayectoria. Ha sido siempre un hombre íntegro e incorruptible y, por lo tanto, narrador de cómo operan los clanes de algún famoso director para generar siempre corrientes de opinión favorables. Ahora, en el crepúsculo de su carrera, va a sentir tentaciones muy fuertes de coquetear con formatos que no son en los que a él le gustaría prodigarse –los de las nuevas tecnologías-, pero quizás haya una razón de peso vital para caer en sus redes.  

 ¿Cuándo fallece un ser querido o alguien cercano a nosotros, es cuando empezamos a pensar las cosas de diferente forma o a formar recuerdos?

En el caso de ‘el crítico’ no es tanto así, sino que se ve impelido por el mensaje que le llega tras la muerte de una persona que significó muchísimo en su vida y a la que él, de manera ingrata, había liquidado de sus recuerdos; ya la había ‘matado’. Revivirla para enterrarla de verdad será lo que le haga darse cuenta de qué fue verdad y qué fue mentira en su vida y en la desaparición de una hija que tuvieron en común.

- ¿En qué escenarios o sitios transcurre la novela? ¿Han sido lugares que tenías en mente o han ido surgiendo según la escribías? 

Empieza en Los Ángeles, en la meca del cine, en Hollywood, pero solo es un hecho circunstancial porque la noticia que le cambia la vida al ‘crítico’ le pilla allí. Pero, básicamente trascurre en Madrid y en las afueras de Cullera, en Valencia, que es donde está situada la casa de la playa a la que ha de volver para reconstruir su vida. 

- ¿Qué reto te ha supuesto escribir esta novela? ¿Alguna parte o algún personaje que al principio lo tenías en mente de una forma y según la escribías, te iba llevando por otros lugares?

El principal reto ha estado en que confluyeran en la verosimilitud las diferentes versiones de cada uno de los implicados, aunque solo una de ellas pueda ser considerada la verdad objetiva. Había que poner en danza, en el pasado y en el presente, relojes que estuvieran milimétricamente sincronizados para que todas las vías de exploración estuvieran vivas para el lector. Y me puse el reto de que así fuera hasta la última página del thriller y el último día de juicio.    

- Si esta novela fuese una palabra o frase, una película y una fotografía fija ¿Cuáles serían?

La imagen del más duro y estricto juez de la ficción perplejo al verse envuelto en la trama de suspense, mentiras y misterio en la que se ha convertido de repente toda la película de su vida.  

- ¿Qué sería para ti ganar o quedar finalista del Premio Amazon 2019?

Todo un honor. Solo el hecho de participar en un concurso literario donde las obras ya se ofrecen de manera trasparente para que puedan ser conocidas y leídas antes de la primera selección de finalistas, ya me parecía muy atractivo. También muy arriesgado, porque te estás exponiendo de una manera en la que el secretismos del resto de certámenes te exime. Pero era un reto y todo lo que ocurra con ‘El Crítico’ a partir de ahora, será bienvenido. Amazon es un gran escaparate para mostrar tu trabajo a millones de lectores en todos los mercados a nivel mundial.