Las miradas de Alex Freyre, del Frente para la Victoria; Andrea D’Atri, del Frente de Izquierda, y Gabriela Veleizán, del Frente Unión por la República (Salta), sobre el matrimonio igualitario, el aborto y las políticas de inclusión.
Por Ailín BullentiniEl campo de la militancia por la diversidad sexual y de género se convirtió, sobre todo durante la última década, en un “semillero” de militantes políticos. La llegada de la dirigente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), María Rachid, a la Legislatura porteña desde la lista del Frente para la Victoria fue el caso más resonante en las elecciones presidenciales de 2011 y, si bien no sucede en todos los espacios políticos, los representantes del sector lograron convertirse en propuestas al electorado. Tres años se cumplieron de la aprobación de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, la batalla más resonante de los colectivos, y también lograron que hombres y mujeres trans pudieran reflejar en sus documentos su verdadera identidad. Pero las banderas no se acaban. Página/12 dialogó con tres candidatos a diputados nacionales que, desde diferentes listas, pugnarán por mantener los principales temas de la diversidad, como el aborto, la lucha contra el machismo y la discriminación, presentes en la legislativa.Alex Freyre presidió la Fundación
Buenos Aires Sida, fue candidato a legislador porteño en las elecciones de 2011 por el Frente para la Victoria y, en 2009, integró la lista del Partido Socialista. Para los comicios de octubre está ubicado en el sexto puesto de la lista de diputados por la ciudad de Buenos Aires del Frente para la Victoria, que cuenta con otro militante de la diversidad, Hernán Pascua, entre las opciones suplentes (es dirigente de La Cámpora Diversia). Se define como “un militante de la diversidad no sólo en términos de homosexualidad sino en pos de la otredad”, concepto en donde integra la lucha contra el machismo, el narcotráfico y a favor de la regulación del acceso al consumo de drogas, por la construcción de una nueva ley de drogas y el derecho al aborto. “Hay una señal concreta de este modelo en seguir profundizando en derechos. Esto de que ‘la patria es el otro’ es un concepto jurídico: poner en valor la otredad es avanzar en derechos”, propuso.A la hora de pensar en lo que representa su inclusión en la lista oficialista en clave de propuestas, repasó lo “ganado” en la última década en cuanto al campo de la diversidad –matrimonio igualitario, ley de identidad–, aunque advirtió: “La política sigue siendo machista, pero también estoy yo. Eso significa que está en deconstrucción esa barrera obturadora para casi todo lo que falta. El machismo es el responsable de la perversa distribución del poder. Los países son machistas unos con otros, hay políticas que son machistas y machistas somos hombres y mujeres. En el FpV también hay mucho de eso”.“Al kirchnerismo le hacía falta una persona como yo”, opinó, y añadió que su candidatura al igual que la de Juliana Di Tullio, primera opción en la lista bonaerense, son “provocadoras”. “Si se fijan en quién pensó la Presidenta como candidatos de los dos distritos que fijan agenda a nivel nacional aparecemos yo, un militante rabioso por los derechos de la mujer a no morir en el aborto clandestino, y a una firmante de proyectos de legalización del aborto. Muchos dicen que Cristina esquiva ese tema. Les pregunto: ¿estaba distraída cuando armó la lista?”Andrea D’Atri mira las cosas desde la vereda opuesta. “Más allá de la transversalidad que existe entre algunos bloques políticos dentro del Congreso, que sí están a favor de la despenalización del aborto, la Presidenta frenó el tratamiento del proyecto”, remarcó la dirigente del PTS, fundadora de la agrupación feminista Pan y Rosas, y segunda en la lista de candidatos a la Cámara de Diputados nacional por el Frente de Izquierda por la Ciudad de Buenos Aires.La feminista fue candidata en muchas otras oportunidades, en las que luchas del campo de la diversidad como el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género fueron banderas, pero remarca que en esta ocasión la campaña está centrada en la pelea por el derecho al aborto. “Hoy vemos la posibilidad de ingresar al Congreso como una herramienta más para llamar, organizar y promover la movilización extraparlamentaria para lograr que el proyecto nacional de despenalización del aborto se convierta en ley.”Es la tercera vez que la iniciativa toma estado parlamentario: “La movilización extraparlamentaria es la única manera de seguir sosteniéndolo en agenda”, añadió y sumó a las dificultades para aprobar la norma lo que interpreta como “un especie de acuerdo entre el Vaticano, con la llegada allí de Jorge Bergoglio, y el gobierno, que es acompañado por toda la oposición, incluso de la centroizquierda, cuyos referentes, desde Elisa Carrió hasta Claudio Lozano, son bastante clericales”.Encolumnados detrás del derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo, D’Atri menciona otros puntos que sostiene desde su agenda de propuestas, como la precarización laboral –“el 43 por ciento de las mujeres trabaja en situación de precariedad laboral, un índice bastante más alto que el de los hombres”– y la explotación sexual. “Las redes de trata de personas han avanzado de una manera descomunal en la Argentina, en donde actualmente hay más de 600 mujeres –la mayoría jóvenes– desaparecidas, víctimas de este delito”, menciona.A diferencia de D’Atri, es la primera vez que Gabriela Veleizán integra una lista. A diferencia de Freyre, es la primera vez que la ciudad de Salta “cuenta con una candidata lesbiana visible”, indicó la secretaria general del Partido Socialista en Salta, miembro de la Asociación de Lucha por la Diversidad Sexual local y de Artigas, espacio de reflexión lésbica. Veleizán, candidata suplente a diputada nacional por el Frente Unión por la República –integra a la UCR, el socialismo, Libres del Sur y Propuesta Salteña–, indicó que en su territorio de acción “la lucha por los derechos de la diversidad sexual es aún descarnada. Salta es una sociedad muy conservadora en donde queda mucho por trabajar”, apuntó.En ese marco, “la pelea es por lograr políticas de inclusión y en contra de la discriminación”, sostuvo la candidata. “Existe un nivel de discriminación sexual muy grande. La incidencia de la Iglesia en el gobierno provincial todavía pesa demasiado y por eso no se han tomado políticas de inclusión, de inserción sobre todo para personas LGTB. Las compañeras son perseguidas por la policía, las acusan de estar en situación de prostitución, pero en realidad las encierran por lesbianas”, denunció.