Durante ocho años y en dos medios informativos distintos realicé una entrevista semanal a personajes de la vida política, artística o cultural del país. Acompañado por mis fotógrafos, Olga, primero, y Braulio, después, desarrollé esta faceta del periodismo con la que me siento más a gusto. Aprendí mucho de todos, desde Antonio Gala a Santiago Carrillo, pasando por Vicente Amigo, Miguel Bosé, Pedro J. Ramírez, Marcelino Camacho, Ramón Tamames, Rafael Botí, Alejandro Rojas Marcos, Manuel Díaz “El Cordobés”, Ramón Jaurégui, Joaquín Cortés, Fernando Sánchez Drago, Alberto Schommer o Julio Anguita. Fueron cerca de cuatrocientas entrevistas de las que me ha quedado el “gusanillo”. La que sigue es naturalmente inventada. Un ejercicio de psicodrama donde trato de ponerme en el papel y la respuesta del imaginariamente entrevistado.
Entrevista imaginaria a un imaginario Pablo Iglesias (1)
Es así como existe. Con el aroma del poder llegando en cada encuesta, y su existencia, es por tanto, una intromisión en la vida ahíta de las castas políticas y económicas. Un juego de influencias y dominios con el pueblo llano de espectador sufriente.
- ¿Siempre “gana” la banca?
- Pablo Iglesias: – Hasta ahora han ganado y han arrasado. Son las consecuencias de un falso juego de “izquierda” y “derecha”, pero detrás de los dados trucados está “el poder”, el que ha dado forma a dialécticas y formaciones políticas, que ha delimitado las reglas del juego, el que le ha permitido ganar siempre, y siempre a la sombra.
- Un vocero de la socialdemocracia le acusa de “leninista”. ¿Qué opina?
La gran duda es si quedan, en estos momentos, “socialdemócratas”. Si están en el poder, desde luego, no son socialdemócratas. Serían social-liberales y si están en la oposición son cómplices alternativos de la misma y secular estafa. ¿Leninista? Lenin hizo un diagnóstico correcto de las relaciones de producción, del papel del proletariado en la superación de la emergencia social. Lo malo de Lenin, y de cualquiera, no es él mismo, sino sus imitadores. Hay mucho “leninista” en los extrarradios del poder, pero sobre todo, en su peor acepción, en el seno de los Consejos de Administración, y en las puertas que se cierran y se abren a su paso.
- Y “populista”, ¿Es usted populista?
Es la misma dialéctica que la de “izquierda” y “derecha”. En la City está muy entrenados. Cuando hay algo, personas o movimientos, que puede alterar su status, su régimen de expoliación impune de la riqueza, recurren al efecto-insulto, acuñado de antemano. Un menú descalificante a elegir según la ocasión: populista, terrorista, utópico, soñador… pero no es esa la clave, la clave es quien maneja la manivela de la máquina de hacer dinero. ¿Populista? La historia de nuestro país de los últimos treinta años es una historia de populistas. Nadie más populista que el PSOE y el PP de González, Zapatero, Aznar y Rajoy. Populismo elevado al grado de casta. Y de su beneficio.
- Soñar es gratis, si usted y su formación gobiernan, ¿Habrá renta mínima garantizada?
– Si la formación de la que soy parte gana, habrá ganado un sector de la población que siempre ha sido víctima de los “ganadores”, de cualquier aparente signo. El derecho a vivir, a tener una vivienda o a recibir una educación son derechos fundamentales. Están en la declaración universal de los derechos del hombre y el ciudadano. Si la ciudadanía nos empodera para garantizar a los ciudadanos que no se va a morir de hambre, lo haremos. ¿Se puede hacer? ¿Se puede garantizar una renta mínima? La respuesta es: si, se puede. Se puede, por ejemplo, rescatar a una banca arruinada por burbujas y juegos malabares por valor de 89.000 millones de euros.
-¿Han moderado su discurso, sus propuestas? ¿Una eventual cercanía al poder les hecho cautos? ¿O socialdemócratas?
-Lo dijo Mao, la vida, la política, la historia de los pueblos son “una gran marcha”. Hacía los objetivos finales. Lo importante es saber cuáles son esos objetivos y no renunciar nunca a ellos. En un país que después de exprimir a sus ciudadanos al límite de la miseria, tiene una deuda pública equivalente a un PIB anual, ¿se puede hablar en términos maximalistas? Eso es lo que querían que hiciéramos. Y no lo vamos a hacer. Vamos a hacer lo que nuestro empoderamiento con la sociedad quiera que hagamos, no lo que los “arriolas” y los “felipes, fumando puros en Colombia” quieran que hagamos. Queremos ganar y galopar hasta enterrarlos en el mar.
(Seguirá)
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