Revista Cultura y Ocio

[ENTREVISTA] Pablo Alborán: «Esta es la gira de mi vida. No me quiero bajar del escenario»

Publicado el 16 agosto 2018 por Marta @muyalboranista
 [ENTREVISTA] Pablo Alborán: «Esta es la gira de mi vida. No me quiero bajar del escenario»
El malagueño de 29 años necesitó el silencio para volver a cantar y ahora está loco por devolver en directo a sus seguidores la lealtad en la espera. El sábado lo hará en la plaza de toros de Alicante, donde en dos semanas se agotaron las entradas.  
Desde el domingo hay gente durmiendo en la plaza de toros para tu concierto del sábado. ¿Tú has hecho algo así en tu vida?
No, nunca. Me emociona que lo hagan, pero por otro lado me preocupa, porque hace mucho calor y que estén allí esperando, no sé... tengo un instinto paternal cuando las veo allí. Las sigo por las redes, a veces hacen conexiones en directo y te partes de risa porque llevan un buen rollo impresionante, pero es verdad que son muchas horas, hace mucho calor y, aunque lo hacen para estar lo más cerca posible, me crea mucho respeto. Y tengo ya unas ganas de ir a Alicante que no te puedes ni imaginar.
Las entradas se agotaron en unas semanas. ¿Es siempre así?
Gracias a Dios hasta ahora ha ido todo muy bien, pero es verdad que Alicante ha sido la ciudad en la que más rápido se agotaron las entradas junto con Málaga, mi tierra. Fue impactante, así que: ¡Viva Alicante! (risas).
Tenías miedo de no volver a encontrar al público tras dos años de ausencia, pero parece que se ha multiplicado. ¿Notas que tenían ganas de verte?
Sí, obviamente. Es verdad que cuando paré no sabía qué iba a pasar después. Cuando sacas nuevo proyecto, vuelves a empezar y pones toda la maquinaria en marcha de una gira, vas con una ilusión enorme, pero también con la idea de no saber muy bien cuál va a ser la respuesta del público. Hay que estar pendiente de todo: de la inversión, del directo, de las entradas, de cómo está el mercado, cómo estas tú... Siempre está la incertidumbre de no saber si la gente va a estar porque esto es una lotería y no puedes calcular nada. Y ahora ves que está saliendo todo tan bien... Hemos hecho siete giras y esta es la gira de mi vida. Estoy viviendo un momento súper bonito, no me quiero bajar del escenario, la sensación de equipo y engranaje es mejor que en ninguna otra gira y estoy feliz de que la gente lo reciba con ganas.
¿Qué tal te ha ido el descanso?
Me ha ido de lujo (risas).
¿Temiste alguna vez no tener ganas de volver al escenario?
No sé ni si me daba miedo incluso esa sensación. Es verdad que muchas veces el silencio te ayuda a reconocer el ruido, sobre todo cuando vas constantemente de un lado para otro. Tampoco tenía miedo de tener ese sentimiento: si yo no quería volver, a lo mejor es que no tenía que volver, con todo el dolor de mi corazón, pero en ese momento había cosas más importantes en mi vida, más incluso que yo mismo, y tenía que parar. Tenía que poner las cosas sobre la mesa y ver si realmente esto es lo que quería hacer, si me seguía haciendo feliz. Y cuando paras, al cabo de un mes te das cuenta de que lo único que necesitabas era descansar, porque a veces no somos capaces de parar, ni sabemos cómo hacerlo. Cada vez nos cuesta más desconectar y encontrarnos.
¿Te ha servido para tomarte las cosas con más calma o eso es imposible?
No, no, sí que es posible. Mi familia me dice que nunca me había visto así de bien, de tranquilo y de feliz, y es la verdad. Haber parado te ayuda a tomarte las cosas de otra manera y, obviamente, me quedan aún muchas cosas por sufrir y por entender, y supongo que vas aprendiendo a darle la importancia justa a las cosas, sobre todo en esta industria, donde magnificamos todo mucho y nos obsesionamos mucho con los números y con querer estar, por el mero hecho de estar, y que si no estás en las redes, ya no existes. Y eso a veces hay que entender que no es cierto, hay que repetírselo, que no pasa nada por apagar el teléfono, porque de repente se desvirtúa todo y a veces no sabes si eres músico o eres otra cosa.
Dices que has buceado en otras músicas para no encasillarte. ¿Te sentías encasillado tan pronto?
Tan explícitamente, no, pero sentía que tenía un productor, un manager, un camino que se empezó a dibujar de una manera y, de golpe, me di cuenta de que había un montón de cosas que no quería hacer, no quería seguir por ciertos caminos. Además, sufrí una compraventa en mi discográfica, hubo ahí un follón bastante gordo y pensé que esto me iba a venir genial para poder cambiar de rumbo, tomar las riendas y decidir desde el productor con el que trabajar, hasta el equipo que quieres formar en gira, el ritmo de la gira y de agenda. Antes me dejaba llevar más y ahora he podido decidir, para poder descansar y también disfrutar de esto.
En Prometo te has abierto al mundo latino...
En este disco yo he hecho lo que me ha dado la gana (risas), en el buen sentido. Ha sido divertimento tras divertimento. Hay muy pocas cosas que cambiaría y eso no me pasaba antes, que quería cambiar el disco constantemente. He estado muy metido en la producción con Julio Reyes, al que quiero muchísimo y con el que ha sido una gozada trabajar, ha sido una búsqueda constante y encontrar un productor que te ayude a buscar mola mucho. Aunque luego acabes solo con tu piano ya has hecho tu trabajo de búsqueda, y no todos los productores te invitan a arriesgar un poco en eso. Rosalía, por ejemplo, es una niña de la que no paro de hablar porque no tiene miedo al riesgo, y eso es lo que al final nos salva.
¿Eso te ha pasado a ti, has arriesgado?
No considero que esté rompiendo con nada, pero sí quizá con mis discos anteriores, incluso en las letras. Cuando uno habla de amor, de sentimientos y de emociones, es muy fácil caer siempre en lo mismo, muy fácil, y hay que darle una vuelta a la manera de entender el amor, de cómo sentimos o de lo rápido que va el mundo. Hay que jugar con los silencios, con el vacío, para no caer en lo que la gente quiere que hagas, porque eso es un peligro enorme.
¿Te has hecho mayor con este disco?
Hay mucha gente que me dice que es un punto y aparte, un nuevo comienzo. Más que hacerme mayor, sí veo que es un punto de inflexión. En este disco sí quería dar una gran importancia a las letras y estuve escuchando muchísimo a Silvio Rodríguez, a Pablo Milanés, estuve leyendo mucha poesía, muy obsesionado con hablar del amor desde un punto de vista diferente y, sobre todo, de amor a uno mismo. La canción de Prometo es una promesa a ti mismo, es olvidarte de tus neuras, de mirarte el ombligo y de caminar juntos.
¿Cómo ha sido volver a los escenarios después del paréntesis?
Una gozada porque empezamos primero en Latinoamérica, en México. Mis amigos me decían: «Joer, Pablo, has pasado de cantar con tu guitarrita a arrancar la gira en México». Es muy de película, muy surrealista. Y yo no era muy consciente de eso, intentaba no darle mucho bombo porque, si no, te recreas. Hicimos una gira maravillosa en Latinoamérica y llegué a España, encima a Málaga, que me ha visto crecer. Y te digo una cosa: tengo unas ganas que te mueres de llegar a Alicante porque Alicante conmigo siempre ha sido impresionante, de verdad. Además, yo veraneo mucho allí al tener familia y me parece maravilloso. Alicante es un diamante en bruto, hay muchos lugares que la gente de fuera no conoce –y que espero que no conozcan porque así hay menos gente y puedo ir– pero me parece una joya, un paraíso.
Esta gira será la más larga de tu carrera, ¿cómo crees que acabarás?
¿Si vivo o muerto? (risas)
Si después pararás otra vez un tiempo.
Sí, creo que sí. Yo he encontrado la clave en eso. Haber parado tiene que haber sido una lección, no puedo volver a cometer los mismos errores. Hay que parar con conciencia y no por emergencia. Creo que cuando termine habrá otro momento de parón y de hibernación y de volver a crear.
Pero no serán otros dos años...
No, no tanto, porque hay cosas entre medias, viajes y propuestas. Además, yo soy muy inquieto y me apetece meterme en cosas de cine, en otros sueños que tengo.
Así que habrá alguna canción tuya más en otra película.
No lo sé, me encantaría. No ya solo cantando, me encantaría componer para películas. No paro de pensar y de maquinar.
No sé si preguntar por tu foto en la piscina de Instagram o mantener la incertidumbre...
Jajaja... Prefiero mantener el misterio.
Pero tú te llevas bien con las redes sociales...
Me llevo bien, pero es verdad que se ha transformado muy rápido en algo que no me gusta mucho. Lo veo en mis sobrinos y en gente más chiquitilla, que la información que reciben es tal que influye mucho en la vida de uno. Yo subo una foto de un concierto y subo otra foto mía en un lago sin camiseta y esta tiene más likes, y yo si la subo es porque me da la gana, no por los likes, pero no vas a estar subiendo fotos sin camiseta todo el rato. Pero si tú naces y creces directamente con esta inercia en las redes sociales, donde la única necesidad es tener muchos seguidores, muchos likes... entonces da igual el contenido. Y en Twitter veo –no en mi caso, yo tengo mucha suerte– que a veces es como un puching ball, un desahogo, la gente se esconde detrás de una foto que no es suya y se dedica a poner verde al vecino y eso no lleva absolutamente a nada. Y es una batalla diaria.
¿Qué músico de hoy cree que merecería ser tan escuchado como usted?
Uy, todo el mundo.
Qué generoso...
No es por ser cumplido, es que lo que yo vivo es tan bonito que se lo merece todo el mundo. Lo hablaba también con Pablo López, que me decía: «¿Tú no odias cuando la gente te dice aprovecha el momento?» Porque parece que ya saben que luego te va a ir mal.. Pero yo se lo deseo a todo el mundo. A Rosalía, por ejemplo, es una niña que lo está petando. Todo lo que hace tiene una coherencia, un sentido, y esta tía va a romper todos los récords. No ha sacado aún disco, pero cuando lo saque la va a liar parda y se lo deseo, la quiero mucho y se lo merece. Yo es que soy fan de todo el mundo y tengo la suerte de ser amigo de muchos compañeros del trabajo. Y eso ha sido por haber podido parar, porque yo antes no tenía tiempo ni para tomarme una cerveza y al parar, de repente, encontré muchos amigos en la profesión con los que puedes hablar de tus miedos, de la profesión, de la industria..
Pero también mantienes a tus amigos de siempre.
Sí, hombre. El otro día estuvimos mi hermana y unos amigos viendo las perseidas, que no veas si nos costó verlas, ahí tirados en el campo, comiéndonos los bichos por todos lados... No voy a dejar de hacer lo que hacía antes.
¿Pero te ves tocando en bares otra vez?
Pues sería precioso. A mí las distancias cortas me gustan. Yo empecé en los bares y cada vez hay menos oportunidades para tocar tu música en directo. Yo volvería, me gustaría mucho. Y me encantaría hacer una gira de teatros.
Fuente: Diario Información.

Volver a la Portada de Logo Paperblog