Enya repite en el 91 la fórmula que la dio éxito a nivel mundial con su anterior disco Watermark.
Es decir, música con sabor a tradición, mezclada con capas de sintetizadores cercanas a la New Age y voces ensoñadoras.
La fórmula consigue otra vez los resultados esperados y vuelve a tener un gran éxito.
Muchos, yo entre ellos, decimos que la irlandesa siempre ha repitido la fórmula una y otra vez sin salirse del guión.
Y es cierto.
Pero personalmente no me importa nada.
Sus melodías son ensoñadoras, ideales para cuentos de Navidad, historias medievales y momentos de intimidad.
Así que a mi me vale. Me sigue pareciendo estupendo este disco que nos regala momentos preciosos como Caribbean Blue, Angeles o la sencilla instrumental No Holly For Miss Quim que no por ser sencilla deja de sonar a gloria.
Todo estos temas en su cara A.
En la cara b tampoco podemos olvidarnos de la sensacional y emotiva Book Of Days o Marble Halls
Un disco que francamente es delicioso de principio a fin y que creo que debe escucharse en determinados momentos para poder empaparnos de él.