Época de combatir la procesionaria.

En esta época del año es cuando la procesionaria del pino, una clase de oruga coloquial, comienza a crecer y subir hacia los árboles para poder hacer sus nidos, quedando a la vista en otras zonas comunes tanto para canes como para niños.

Aunque desde febrero hasta Abril, hay que tener minucioso cuidado, por culpa del cambio climático, esta, aparece mucho antes. Su época se va ampliando mucho más.

Por su morfología tan peculiar, dispone de más de 500.000 pelitos llamados también tricomas y son los que se encargan de transmitir el veneno, cuando entras en contacto con ella. No sólo a nivel contacto directo, sino que en ocasiones por culpa del aire o corrientes de viento, estos pelitos pueden transportarse y llegar al contacto físico.

No implicaría ningún riesgo si, esos pelitos no fueran venenosos y al entrar en contacto, suelen provocar una grave urticaria o alergia cutánea, aunque ha habido casos de problemas bronquiales o anafilaxia severa. Incluyendo a nuestros canes, en ellos tiene un efecto mortal que hace hinchárseles la lengua, incluso la cabeza. Algunos síntomas son fiebre, picor en la boca y una actitud inquieta.

Así como en nuestras redes sociales, aquí también vamos a adjuntar una imagen con el ciclo completo de la procesionaria, para saber cuándo y por qué hay que tomarlas en cuenta.

Cada año hay alertas por plaga de procesionaria en abundantes sitios de España. Son muy comunes en parques y jardines de muchas ciudades, habitados por pinos como en el litoral Mediterráneo, Alicante, Madrid, Barcelona, Murcia, en fin, las tenemos por todos lados.

Por todo ello, son bastantes peligrosas y hay que tomar una solución para evitar daños mayores.

¿Cómo se combate la procesionaria?

Eliminar los bolsones, cortándolos uno a uno.
Romper las bolsas, preferiblemente días más frescos y al atardecer y si alguna ha quedado fuera, morirá de frío.
Eliminar las orugas al bajar, habitualmente colocando un plástico alrededor del árbol con agua, y cuando bajen se quedarán ahogadas.
Desenterrándolas y matándolas, cuando estén bajo tierra anidando.
Con feromonas, atrayendo al macho a unas trampas y así alterando la reproducción.
Depredadores naturales, como pueden ser algunas aves (herrerillos y carboneros), o mamíferos como el murciélago.
Tratamientos químicos, usando maquinaria específica de fumigación e insecticidas ecológicos, y justo es en esta época del año (Otoño), cuando pueden ser atacadas con productos.