El seleccionado griego no era candidato a ganar la Euro 2004 ni mucho menos, de hecho, ni siquiera se sospechaba que pudiera clasificar a la fase final del torneo europeo de naciones. Sin embargo, el 4 de julio de ese año todos los dioses de la mitología griega se pusieron los pantalones cortos, la camiseta de su selección y levantaron el codiciado trofeo en Lisboa.
Los helvéticos debieron compartir el Grupo 6 de las eliminatorias con España, Ucrania, Armenia e Irlanda del Norte. En el debut, como locales, les tocó debutar contra los ibéricos que comenzaban a mostrar entre sus filas a jugadores de la jerarquía de Iker Casillas y Xavi Hernández, hoy bicampeones de Europa.
El 7 de septiembre de 2002 en Atenas se dio “la lógica”, ya que España se impuso por 2 a 0 con goles de Raúl y Valerón. El 12 de octubre, los griegos volvieron a caer en su visita a Ucrania por el mismo marcador y la clasificación comenzaba a quedar algo lejana.
Otto-Heinz Rehhagel
Sin embargo, el 16 de octubre, Grecia sumó sus primeros tres puntos ante Armenia en condición de local con dos goles de Demis Nikolaidis. Así los dirigidos por el alemán Otto-Heinz Rehhagel se encaminaban hacia la recuperación y a su sueño más salvaje.
Luego de las dos derrotas iniciales, el camino de los griegos hacia Portugal 2004 fue de rosas, ya que cosechó seis triunfos consecutivos sin recibir goles. El mencionado frente a los armenios; 2 a 0 a Irlanda del Norte; 1 a 0 a España; 1 a 0 a Ucrania, mismo resultado versus los armenios y los irlandeses.
Clasificación asegurada a un torneo de elite luego de la Copa del Mundo Estados Unidos 1994, donde fue eliminada en primera ronda en un grupo integrado por Argentina, Nigeria y Bulgaria.
El 12 de junio de 2004, en el Estadio del Dragón, en Porto, Grecia fue el invitado de piedra al partido inaugural frente a los locales que sí se presentaban en el certamen como uno de los candidatos. Tanto por ser el dueño de casa como por contar con figuras como Figo, Rui Costa y un joven Cristiano Ronaldo. Fue a los siete minutos del primer tiempo que Giorgos Karagounis derramó sobre Portugal el primer gran baldazo de agua congelada. Luego, al minuto 51, fue Angelo Basinas quien marcó el 2 a 0 ante una multitud que definitivamente se callaba ante la sorpresa de los griegos.
El hoy jugador emblema del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, descontó en el tercer minuto de descuento, pero los tres puntos ya tenían dueño.
Por la segunda fecha del Grupo A, Grecia debió verse las caras nuevamente con los españoles. Fue el 16 de junio en el Bessa XXI de Porto y el juego finalizó 1 a 1 con goles de Fernando Morientes a los 28 del primer tiempo y Angelos Charisteas a los 66.
Los griegos quedaban así en las puertas de los cuartos de final. Ya era histórico. Nada vistoso, pero sí histórico.
La clasificación quedó sellada el 20 de junio a pesar de haber caído 2 a 1 a manos del equipo ruso, pero como Portugal derrotó a España, los locales y los griegos se adjudicaron su lugar entre los ocho mejores del continente. España y Rusia, debían volver a casa.
En el José Alvalade de Lisboa, los franceses esperaban por la sorpresa del torneo y fue Charisteas quien a los 20 minutos del segundo tiempo mandó a los galos a sus hogares con las manos vacías y a los helvéticos derechito a las semifinales ante la sorpresa de todo el mundo futbolero.
El 1 de julio Grecia volvió a presentarse en el Estadio del Dragón, esta vez, para eliminar en semifinales a la República Checa con “gol de plata”, marcado a los 105 minutos de juego por Traianos Dellas. Delirio griego, los dioses definitivamente tuvieron algo que ver, pero todavía quedaba un paso más. El más difícil, el más lejano, el menos imaginado.
Pero el 4 de julio llegó, en Lisboa estaba todo listo para que los portugueses se tomaran revancha de los griegos y festejaran en casa y por primera vez un título europeo.
Portugal al ataque, los griegos abroquelados atrás esperando que en algún momento se presente una oportunidad, solamente una. No hacía falta mucho más. De esa manera habían llegado hasta allí.
A los 12 minutos del segundo tiempo los de Rehhagel se encontraron con un córner a favor desde la derecha de su ataque. El centro fue cabeceado en la puerta del área chica por Charisteas ante la mala salida del arquero Ricardo. Ahí sí, Zeus, Poseidón, Apolo y tantos otros habían quedado en evidencia, había quedado claro que se vistieron de futbolistas para darle a Grecia su primer y único título internacional de elite en un deporte en el que nunca brillaron. Sin embargo así, sin brillar, conquistaron Europa.
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