Equipos históricos: la sorprendente Croacia 1998

Aquel memorable 11 de julio en París, el legendario Davor Suker ya no era jugador del Sevilla, tampoco representaba a la Yugoslavia que lo vio nacer el 1 de enero de 1968. Pero seguramente fueron dos de los millones de recuerdos e imágenes que se le cruzaron por la cabeza al goleador al momento de recibir la medalla de bronce por parte de dirigentes de la FIFA y el Comité Organizador de la Copa del Mundo Francia 1998.

El conflicto comenzó casi dos años después de la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, y poco después de que Eslovenia clamara por su independencia. La guerra croata se desató por motivos similares y cuando la minoría serbia de aquel país rechazó la separación croata de la Federación Yugoslava.

Miroslav Blazevic, cabeza de aquel equipo

Durante la primera mitad del ’98, con la guerra aún fresca predominaban países nuevos pero devastados en emergencia humanitaria. Mientras tanto, los conflictos de Mirolsav Blazevic, uno de los tantos conocidos “croata de Bosnia-Herzegovina”, pasaban por definir a los 22 futbolistas que llevaría a tierras galas para que Croacia dispute su primera Copa del Mundo como tal y no como parte de Yugoslavia.

Robert Prosinecki y Zvonimir Boban fueron dos de los talentos que sumaron al plantel para potenciar la capacidad goleadora del ex compañero de Diego Maradona en el Sevilla, allá por 1992.

Los combates en Croacia acabaron en 1995, tras dos operaciones rápidas del Ejército Croata, de nombre en clave “Operación Flash” y “Operación Tormenta”, en las que consiguieron recuperar todo su territorio excepto la zona bajo control de la ONU (UNPA) del Sector Este.

Todos los serbios de estas zonas pasaron a ser refugiados. El Sector Este se controló por la administración de la ONU (UNTAES) y fue reintegrado pacíficamente en Croacia en 1998.

En aquella Copa del Mundo, Yugoslavia presentó a su seleccionado, cuya aventura finalizó el 29 de junio en octavos de final frente a Holanda, que la derrotó por 2 a 1. Por su parte, los croatas debieron enfrentar en la primera fase a la Argentina, Japón y Jamaica.

El histórico debut fue el 14 de junio con un finalmente cómodo triunfo por 3 a 1 sobre los caribeños, que también participaban por primera vez en un campeonato de esta naturaleza. Croacia aseguró su clasificación a octavos de final el 20 de junio tras derrotar a Japón por 1 a 0 y debió conformarse con el segundo puesto del Grupo H, producto del 0-1 contra Argentina el 26 de junio, con gol de Mauricio Pineda.

Tras la aprobación de los ciudadanos croatas en referéndum, el país también entrará a formar parte de la Unión Europea el 1 de julio de 2013 como el 28º Estado en hacerlo. Croacia es, además, miembro de las Naciones Unidas, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, el Consejo de Europa y fue miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por el período 2008-2009.

Es miembro de la OTAN desde el 1 de abril de 2009, convirtiéndose así en la segunda nación ex yugoslava en ingresar en esta alianza militar después de Eslovenia.
El 30 de junio de 1998, Suker marcaría su tercer gol en la Copa del Mundo. Le había convertido uno a Jamaica y otro a Japón. Ese día le tocaría a los rumanos sufrir la efectividad del delantero, esta vez, de penal. El mundo se olvidó por un rato de las masacres en Europa central, como siempre lo logra el fútbol, y se dedicó, por un mes, a posar sus ojos sobre el equipo revelación del torneo.

Ese mismo mundo daba por sentado que Alemania sería quien frene al sorprendente equipo croata que ganaba y proponía un juego atractivo con la velocidad y los desbordes de jugadores como Goran Vlaovic, Robert Jarni o Aljosa Asanovic.
Pero el 4 de julio iba a ser la fecha para una nueva sorpresa que ya no contaba con Italia, eliminada por Francia, y Argentina, echada del Mundial por los holandeses. Un ruidoso 3 a 0 sobre el equipo germano ubicó a los croatas entre los cuatro mejores del Planeta.

Suker cerró la cuenta, acumulando cuatro tantos, y comenzaba a ser número puesto para llevarse el Balón de Oro. El mismo artillero le dio un susto grande a los más de 70 mil franceses que se acercaron al Stade de France el 8 de julio para ver cómo su selección accedía fácilmente a la final.

Ese objetivo lo lograría, pero con muchas dificultades y gracias a dos goles del lateral Lilian Thuram. Los aplausos al final del partido se repartieron. Por un lado, para los flamantes finalistas y, por el otro, para la gran sensación del campeonato.

El 11 de julio fue el broche dorado para los croatas y para Suker. Para los que pudieron viajar a Francia y ver al equipo en vivo y para los que por unos días se distrajeron de la guerra que habían vivido cientos de kilómetros al este de París.

Suker y Boban, dos baluartes de aquella Croacia histórica

Fue 2 a 1 ante uno de los mejores seleccionados holandeses de los últimos años, plagado de figuras como Marc Overmars, los mellizos Frank y Ronald De Boer y Denis Bergkamp. Suker marcaría su quinto y último gol, el que definiría el partido, el que lo llevaría a colgarse la medalla y quedarse con el premio al máximo artillero, el que alegraría, aunque sea un poco, a un pueblo destrozado por balas y misiles.