A finales de la temporada 1984/85, Rosario Central caía por ante última vez en el pozo más temido por los hinchas: el descenso. Sin embargo, la vuelta a la gloria quedaba mucho más cerca de lo esperado porque aquel equipo tenía ángel propio, Don Angel Tulio Zof.
El “Canaya”, como lo rebautizó Roberto Fontanarrosa al conjunto de sus amores, debió luchar una temporada en la segunda división del fútbol argentino para volver a ocupar un lugar en la categoría de privilegio, el lugar que le pertenece.
Ascendió nomás, y en buena ley, claro, sin canalladas. Porque la canallada mayor, en el buen sentido, estaba bajo la manga, o mejor dicho en los botines de jugadores como Omar Palma, Fernando Lanzidei o en las manos de Alejandro Lanari.
Fue un hecho inédito que un equipo campeón en la máxima categoría de su país, el mismo año de su ascenso.
El defensor del título era River, inobjetable campeón de la mano de Enzo Francescoli. Pero el “Millonario”, sin el uruguayo ni Héctor Veira ni una buena parte de sus figuras del año anterior y en proceso de reestructuración tras haber ganado todo, estuvo lejos de la pelea.
SE ROMPEN LAS PALMAS. Omar fue la máxima figura de aquel Central de 1984/87
Sin embargo, el camino hacia el título no fue para nada sencillo, ya que Newell’s, su eterno rival dio pelea hasta el final y los otros perseguidores fueron ni más ni menos que Independiente, Boca y Racing.
Tanto fue así, que los de Zof se consagraron recién en la última fecha, en la 38º tras empatar de visitante 1 a 1 con el ya descendido Temperley el 2 de mayo de 1987. Detrás del “Canaya” había quedado el rojinegro con apenas un punto menos. El gol lo marcó el eterno Omar Palma de penal a los 17 minutos del segundo tiempo, quien además, finalizó como máximo artillero del certamen con 20 tantos.
El “Rojo” terminó a dos puntos y el “Xeneize” a tres. Vale recordar que por ese entonces se otorgaban un par de unidades por juego ganado, uno por empate y ninguno por haber perdido. Central no solamente había logrado algo único, como ser campeón inmediatamente después de haber vuelto a Primera, sino que además ganó un lugar en la Copa Libertadores junto a Independiente.
El “Canaya” recuperaba su ángel y su gloria. Hoy, la historia lo encuentra en el Nacional B, muy cerca de volver. No vaya a ser cosa que la historia se repita, como muchos aseguran que ocurre…