Revista Arte

Era de las catástrofes (PUE)

Por Creartehistoria @createhistoria
La época de la Guerra Total
Este periodo duró 31 años, que van desde la declaración austriaca
de guerra contra Serbia el 28 de julio de 1914 y la rendición incondicional del Japón el 14 de agosto de 1945 cuatro días después de que hiciera explosión la primera bomba nuclear.
El gran edificio de la civilización decimonónica se derrumbó con las guerras mundiales, al hundirse los pilares que lo sustentaban. En ese momento los principales del escenario internacional eran “las seis grandes potencias” europeas (Gran
Bretaña, Francia, Rusia, Austria-Hungría, Italia y Prusia –
extendida a Alemania desde 1871-), Estados Unidos y Japón. La mayor parte de los conflictos en los que estaban involucradas algunas de las grandes potencias había concluido con cierta rapidez. Anteriormente no se había registrado un conflicto en el
que participaran todas las grandes potencias, es decir, una guerra mundial.
En la primera guerra mundial participaron todas las grandes
potencias y todos los estados europeos excepto España, los Países Bajos, los tres países escandinavos y Suiza. Aunque la actividad militar fuera de Europa fue escasa, excepto en el
Próximo Oriente, la guerra naval adquirió una dimensión mundial. La segunda guerra mundial fue un conflicto literalmente mundial, prácticamente todos los estados independientes del mundo se vieron involucrados en la contienda, voluntaria o involuntariamente.
Ya fueran locales, regionales o mundiales, las guerras del siglo
XX tendrían una dimensión mucho mayor que los conflictos anteriores. 1914 inaugura la era de las matanzas.
Características de la guerra moderna:
La guerra moderna involucra a todos los ciudadanos, la mayor parte de los cuales son movilizados; se utiliza un armamento que exige una modificación del conjunto de la economía para producirlo, causa un elevadísimo nivel de destrucción y domina y transforma por completo la vida de los países participantes.
La movilización masiva de la población durante varios años
no puede mantenerse excepto en una economía industrializada moderna con una elevada productividad y/o en una economía sustentada en la población no beligerante. Incluso en las sociedades industriales, una movilización de estas características
conlleva unas enormes necesidades de mano de obra, razón por la cual las guerras modernas masivas reforzaron el poder de las
organizaciones obreras y produjeron una revolución en cuanto a la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar... El principio básico vigente era que en tiempo de guerra la economía tenía que seguir funcionando, en la medida de lo
posible, como en tiempo de paz, aunque algunas industrias tenían
que sentir los efectos de la guerra... En la guerra moderna no sólo había que
tener en cuenta los costos sino que era necesario dirigir y planifica la producción de guerra, y en definitiva toda la economía.
La guerra total hizo que progresara el desarrollo tecnológico, pues el conflicto no sólo enfrentaba a los ejércitos sino que era un enfrentamiento de tecnologías para conseguir las armas más efectivas. La preparación para la guerra ha sido el factor fundamental para acelerar el progreso técnico, al soportar los
costos de desarrollo de innovaciones tecnológicas que, casi con toda seguridad, nadie en tiempo de paz se habría decidido a intentar. La guerra no impulsó en crecimiento económico en los países europeos, la pérdida de recursos productivos fue enorme,
por no mencionar la disminución de la población activa. Todo lo que quedó después de la guerra era una vasta industria armamentística imposible de adaptar a otros usos, una población hambrienta y diezmada y una destrucción material generalizada.
Las guerras repercutieron favorablemente en la economía de
EE.UU., que alcanzó un extraordinario índice de crecimiento (en la segunda guerra: 10 % anual, el ritmo más rápido de su historia). Se benefició de su alejamiento del escenario de la lucha, de su condición de principal arsenal de sus aliados y de su capacidad para expandir la producción.
Impacto de las guerras en la humanidad
El número de bajas mucho más reducido de la primera guerra mundial tuvo un impacto más fuerte que las pérdidas enormes en vidas humanas de la segunda, como lo atestigua la mayor proliferación de monumentos a los caídos de la primera guerram undial. Los 10 millones de muertos de la primera guerra mundial impresionaron más a quienes nunca habían pensado en
soportar ese sacrificio que 54 millones de muertos a quienes ya habían experimentado una ocasión la masacre de la guerra.
Las guerras totales se convirtieron en guerras del pueblo, tanto porque la población y la vida civil pasó a ser el blanco lógico de la estrategia como porque en las guerras democráticas, como en la política democrática, se demoniza naturalmente al adversario para hacer de él un ser odioso, o al menos despreciable. Una guerra en
la que se movilizan los sentimientos nacionales de la masa no puede ser limitada, como lo son las guerras aristocráticas.
La nueva impersonalidad de la guerra convirtió la muerte y la mutilación en la consecuencia remota de apretar un botón o levantar una palanca. La tecnología hacía invisibles a sus víctimas, lo cual era imposible cuando las bayonetas reventaban las vísceras
de los soldados...
El mundo se acostumbró al destierro obligatorio y a las matanzas perpetradas a escala astronómica, fenómenos tan frecuentes que fue necesario inventar nuevos términos para designarlos: “apartida” o “genocidio”. El periodo 1914-1922 g generó entre 4 y 5 millones de refugiados. En mayo de 1945 había
en Europa alrededor de 40,5 millones de desarraigados que huían del avance de los ejércitos soviéticos.
La catástrofe humana que desencadenó la segunda guerra
mundial es casi con toda seguridad la mayor de la historia. Uno
de los aspectos más trágicos de esta catástrofe es que la humanidad ha aprendido a vivir en un mundo en el que la matanza, la tortura y el exilio masivo han adquirido la condición
de experiencias cotidianas que ya no sorprenden a nadie.
Ambos conflictos concluyeron con el derrumbamiento y la revolución social en extensas zonas de Europa y Asia, y ambos dejaron a los beligerantes exhaustos y debilitados, con la excepción de EE.UU. que en las dos ocasiones terminaron enriquecidos como dominadores económicos del mundo.
La primera guerra mundial no resolvió nada. Las expectativas
de conseguir un mundo pacífico bajo el predominio de la Sociedad de Naciones se vieron pronto defraudadas. En cambio, la segunda guerra mundial aportó soluciones válidas al menos para algunos decenios.
Los viejos imperios colonias se habían desvanecido o estaban condenados a
hacerlo...


creartehistoria

Volver a la Portada de Logo Paperblog