Revista Cultura y Ocio

Eres hermosa. Chuck Palahniuk

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Eres hermosa. Chuck Palahniuk
     "Incluso cuando atacaron a Penny, el juez se limitó a mirarla como si nada. El jurado reculaba. Los periodistas permanecían acobardados en la tribuna de prensa. ni una sola persona en la sala acudió a socorrerla. El taquígrafo judicial siguió tecleando con diligencia, transcribiendo las palabras de
Penny: ·¡Me está haciendo daño!¡Detenedlo, por favor!". Sus eficientes dedos teclearon la palabra: "¡No!". A continuación transcribió fonéticamente un largo gemido, un quejido y un grito."

     Hay autores cuya obra, o una obra determinada, nos deja una marca en nuestra zona lectora, y seguimos su trayectoria. Para mí , Palahniuk siempre será el autor de El club de la lucha, y eso hará que siempre regrese a leer más... independientemente del resultado. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Eres hermosa.
     Conocemos a Penny, una joven de Omaha que trabaja de pasante en la gran ciudad mientras se da cuenta de que nunca resaltará por su físico y de que sus ambiciones no están muy definidas en forma, pero sí en cantidad. Conoce enconces a Maxwell un hombre soltero, millonario y que cuenta entre su enorme lista de mujeres a actrices e incluso a la presidenta. Contra todo pronóstico, Maxwell se fija en Penny, y la vida de esta mujer da un giro completo... hacia la cama de él.
     Palahniuk es divertido, sangrante, excéntrico, satírico...cada vez y en cada novela. No puede el lector limitarse a leer sin ver en cada frase lo ridículo de lo representado, así que tal vez sería mejor hablar en este caso de lo que es y lo que no es Eres hermosa.
 
     En Eres hermosa nos encontramos a una protagonista digna de Bridget Jones en sus comienzos que busca ascender en la vida como sea, ya que no tiene muy claras las formas. Palahniuk deja con el culo al aire literalmente a su protagonista en un momento café, que la estampana contra el suelo y la llena de pegotes dulces que atraen más moscas que miradas divertidas. Ahí tenemos el primer punto ridículo de la lista que nos proporcionará esta novela. El siguiente lo reconocemos con suma facilidad, Penny es una pavisosa en la que se fija un millonario dispuesto a satisfacer todos sus deseos sexuales. Y así nos vemos sumergidos en una mezcla entre 50 sombras y anatomía de (los bajos) de Grey. Prácticas y más prácticas que evitan cualquier tipo de excitación lectora llenándose de tecnicismos sobre la anatomía más íntima. Artilugios de todo tipo que se irán mezclando con las marcas del más alto standing del estilismo, como sucede en un determinado tipo de novelas. Pero Palahniuk es insaciable, y abarcando un poco más nos lleva a una cueva, no tengo muy claro si de oso cavernario o de retiro de asesino en El perfume, para educar sexualmente a la despechada protagonista cuya misión es, ahora, salvar a todas las mujeres del mundo cual Erin Brockovich.
Para conseguir todo esto, y como siempre escondiendo una broma o dos finales como fin de traca, el autor hace una crítica al consumismo basado en la sexualidad aceptado por la sociedad cuando es dirigido al género masculino, pero que causa más extrañeza hacia el género contrario. Nos deja también el misterio de las motivaciones de Maxwell, personaje extraño y peculiar donde los haya, nos muestra a una bruja del sexo con un camino a su guarida alfombrado de esqueletos de hombres y mujeres que no fueron capaces de llegar vivos a conocerla y hace una extensa crítica sobre el consumismo en masas que provoca que la sociedad sea capaz de moverse en colmena para hacer cola ante una tienda esperando que abra. Porque Maxwell, lo que quiere de Penny es usar su perfecta vagina para probar y terminar de desarrollar toda una gama de productos de autosatisfacción femenina que provocarán el colapso de una sociedad en la que las mujeres dejan de necesitar a los hombres para necesitar pilas. No le tiembla el pulso al autor para reducir la sociedad a unas mujeres que abandonan todo en la búsqueda de su placer y a hombres perdidos sin ellas. Lo que no os relataré es cómo sucede, ni el resultado, por supuesto.
     Y todo esto es lo que nos ofrece Palahniuk condensado en 200 páginas y salpicado de placer femenino descrito profusamente. Así que no, no es una novela para todos los públicos. La novela no deja que quedarse en curiosidad, posiblemente porque el autor no carga tintas suficientes como para ver en ella una crítica dirigida que podía haber sido una gran apuesta. Como lectora, he ido avanzando páginas con más pena (por lo que no era) que gloria (por lo que leía) hasta llegar a un final en el que el ridículo se alza colocando su bandera en lo más alto y que, lo reconozco, si me hizo reír una vez cerrado el libro. Como novela, me ha parecido fallida, y como divertimento no ha llegado a las cotas que yo creo hubiera podido hacerlo el autor. Y sin embargo sé que volveré con él. Porque de algún modo tiene algo en sus formas que provoca que quiera seguir leyendo. Algo que hace que sea consciente de lo que tengo entre manos, pero que aún así no lo suelte hasta haberlo terminado. Y ese algo es lo que hizo que al terminar el libro me riera de mí misma, pero también provocará que vuelva a la librería a buscar su siguiente título. Así es leer a Palahniuk.
     Y vosotros, ¿recordáis vuestra última lectura fallida?
     Gracias.

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