Revista Psicología

Eres lo que crees que eres, ni más ni menos

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
Eres lo que crees que eres, ni más ni menos

La autoestima es una imagen mental que viene determinada por el conjunto de creencias que tenemos acerca de nosotros mismos. Si esas creencias son negativas, es decir, si creemos que somos torpes, poco inteligentes, poco atractivos... nuestra autoestima será baja. Por el contrario, si esas creencias son positivas, si creemos que somos capaces, inteligentes, atractivos... nuestra autoestima será alta.

Algunas de esas creencias han sido fruto de comentarios despectivos que nos han hecho de manera reiterada desde nuestro entorno más próximo (familia, amigos, educadores), otras han sido de cosecha propia; pero sea como sea, son meras interpretaciones subjetivas y con poco fundamento que tienen la función de desmotivarnos y hundirnos en la más profunda miseria.

¿Si yo te dijera que eres perfecto qué me contestarías? Seguramente y después de pensarlo durante unos segundos me dirías que no, que no lo eres, porque no te consideras ni el más guapo, ni el más inteligente, ni el más popular; tampoco has destacado en ningún deporte, ni has triunfado a nivel profesional... Posiblemente ese modelo ideal de perfección que la sociedad se ha encargado de transmitirte y que tú has interiorizado quede muy lejos de lo que sientes que eres en la actualidad. Sin embargo, la perfección no tiene nada que ver con todo eso.

Nos han educado con una visión muy individualista y muy materialista del mundo, que da más prioridad al tener que al ser. Nos han engañado deliberadamente, con premeditación y alevosía. Nos han enseñado que si queremos ser algo en la vida tenemos que competir, ser mejor que los demás, llegar más lejos, ya sea a nivel laboral como personal. En esa línea dedicamos parte de nuestra vida a perseguir metas y objetivos. Nos esforzamos por tener un trabajo que nos dé mucho dinero o prestigio social, que nos permita comprar una gran casa, un coche rápido, viajar a lugares que están de moda. Pasamos horas y horas en el gimnasio, hacemos dietas imposibles y nos empeñamos en resultar atractivos a toda costa. Todo para alimentar un ego hambriento de reconocimiento y aprobación, un ego que se siente imperfecto y carente de amor. Pero ese es tu ego, no tú. Tú eres perfecto. Somos perfectos, sí, has leído bien, perfectos y no necesitamos nada más que ser conscientes de ello para liberarnos de todos nuestros miedos, limitaciones e inseguridades, para dejar atrás nuestras necesidades, carencias, conflictos y todo el sufrimiento que hemos acumulado tras años y años de sentirnos insignificantes e incompletos.

La gran mayoría hemos estado equivocados durante mucho tiempo buscando la perfección fuera de nosotros en un lugar donde nunca la íbamos a encontrar. La perfección no debemos buscarla en nuestro aspecto físico, en lo que hacemos o en lo que tenemos.

Ha llegado el momento de que empieces a mirarte con otros ojos. No seas tan duro contigo mismo, trátate bien.

Eres lo que crees que eres, ni más ni menos

Revisa el modo en el que te hablas, lo que te dices verbal o mentalmente. Nuestras palabras tienen más poder del que creemos, no las subestimemos.Muchas veces nos hablamos a nosotros mismos de modo castigador nos decimos "qué torpe soy". Otras lo utilizamos para transmitir creencias que nos están limitando "no conseguiré encontrar el amor". Otras trasladamos la responsabilidad fuera y nos ponemos más barreras de las que hay "con esta crisis es imposible encontrar trabajo", y un largo etcétera de frases que nos decimos de manera consciente o inconsciente y que nos minan la moral.

Revisar el modo en que nos hablamos puede suponer un cambio impredecible en nuestra vida. Igual que un poema pueda tener múltiples interpretaciones, tu vida también tiene muchas lecturas posibles. Tú eliges. Yo te propongo que te mires y te trates con cariño.

Adopta el hábito de halagarte (diálogo interno en positivo) a menudo por todas esas cosas buenas que tienes, por todos esos pequeños logros que vas consiguiendo día tras día. Para ello haz el ejercicio de anotar en trozos de papel frases positivas sobre ti, del tipo: " Hoy me felicito por...", " Que bien cuando...", " Soy único en... ", " Merezco un premio por..." ¿Terminas tú las frases? Y prémiate con algo, date un capricho... Te sentirás muy bien.


Volver a la Portada de Logo Paperblog