Revista Sociedad

¿Eres un rumiante de problemas?

Publicado el 10 diciembre 2014 por Luzma
Los rumiantes son animales hervíboros que poseen  un sistema digestivo un tanto diferente en lo concerniente al estómago, por eso comen en dos partes: primero tragan el alimento que es reblandecido en el primer compartimiento estomacal (rumen), y posteriormente regurgita ese alimento semidigerido volviendo a través del esófago hasta la boca, donde comienza a masticarlo nuevamente hasta que lo traga para continuar el proceso digestivo. Este proceso les permite extraer nutrientes específicos en los pastos, el heno, la hierba y otros vegetales ricos en celulosa y poder subsistir en paisajes como las praderas.
¿Eres un rumiante de problemas? Muchas personas hacen lo mismo con lo que les pasa: algún tiempo después de la experiencia, vuelven a recordar lo vivido y comienzan a pensar sobre lo sucedido. Cuando se trata de eventos positivos, este proceso puede ayudar a generar ideas nuevas o incluso puede desarrllar a creatividad Pero cuando se trata de sucesos negativos, y l apersona vuelve a recordarlos y sigue dándole vueltas en la mente, sólo recupera las sensaciones negativas que tuvo al vivirlos y comienza a sentir ansiedad, enojo, verguenza o hasta depresión. Es más,  pensar y repensar en lo mal que nos sucedió, dando vueltas a nuestros pensamientos, comenzamos a generar preguntas, asociaciones negativas que crecen y nos llegan a agobiar, lo que puede llegar a ser agotador.
¿Eres un rumiante de problemas? En el sitio "Conectando Neuronas", encontramos un excelente artículo de Tais Pérez, "Los pensamientos negativos pueden arruinarte la vida" (http://taispd.com/pensamientosnegativos/), donde comparte resultados obtenidos en un estudio realizado con más de 30,000 personas, que revelaron que "lo qué pasa realmente no es lo importante. Lo que determina nuestro bienestar psicológico es lo qué pensamos acerca de lo que nos pasa".
Yo, personalmente, tiendo mucho a esta rumiación psicológica,  y puedo dar fe de sus tremendos efectos contaminantes y depresivos. Comenzamos bien el día hasta que recordamos "ese" hecho que nos molestó tanto ayer, hace una semana o hace un año o más, el tiempo no es importante, y comenzamos a revivirlo y a recordar todo lo que sentimos, escuchamos o dijimos al respecto. Nos renacen las ganas de haber hecho o dicho esto o lo otro, y sentimos nuevamente la impotencia de lo que no llegamos a hacer o decir.
¿Qué se gana rumiando los problemas?
Supuestamente, a nadie le gusta sentirse mal (preocupado, molesto, angustiado), sin embargo, dije "supuestamente" porque no siempre es así. Muchas veces obtenemos una "recompensa" al regenerar o recrear esos pensamientos negativos, que inconcientemente nos aportan algo que consideramos de valor. Repasemos y veamos que puede haber para nosotros en esta cajita de Pandora:
  1. Sensación de ser víctima. Eso no debería ser bueno para nadie, pero tal vez en la lejana infancia nos fue bien cuando algo nos pasó (nos hicieron algo) y la experiencia fue muy gratificante, lo que nos hace buscar ser víctimas nuevamente, sin poder reflexionar sobre e hecho de que ahora somos adultos y debemos buscar gratificación por otros medios, saludables y maduros.
  2. Autocompasión. Muy relacionado con el anterior, permite desarrollar todo un discurso en el que reforzamos nuestra vulnerabilidad ante un mundo hostil y agresivo. A veces las madres repetimos cantaletas como "ese es malo, hijito, pero yo ya lo voy a castigar para que no te vuelva a molestar, pobrecito mi bebé". Ideas como esa, repetidas por mucho tiempo, generan la necesidad de sentirnos indefensos para poder autocompadecernos y así recrear la sensación de nuestra niñez.
  3. Ayuda gratis. ¡Sí! Conozco muchas personas que después de estar dándole y dándole a problemas que debieran superar y dejar de lado, terminan logrando que alguien intervenga en su auxilio (aunque sea para que dejen de fastidiar) pero, al fin y al cabo, consiguen ayuda.
Como podemos ver, sí se obtiene algo a cambio de esta actitud rumiadora... el tema es que no son aspectos que favorezcan un desarrollo adecuado de nuestra personalidad ni que ayuden a nuestro
de hecho, una curiosidad sobre los animales que rumian, es la atracción intensa que tienen por objetos no comestibles (plástico, papel, latas, etc.) y cuyo consumo les causa serios riesgos de salud. Lo mismo nos pasa a los "rumiantes de problemas", que pudiendo ir hacia la salud y la felicidad, nos empeñamos en repasar una y otra vez lo negativo que hemos vivido, alterando nuestro equilibrio para contaminarlo. ¡No lo hagamos más!
bienestar, por lo que debiéramos reflexionar seriamente en la necesidad de hacer cambios... YA.
Por ser una víctima de la rumiación, y porque tal vez a usted le suceda lo mismo, comparto las sugerencias que el mismo artículo nos ofrece al respecto.
Cómo ganar la batalla en 4 pasos:
  1. Reconoce que te hace daño. Si lo piensas con sinceridad, verás que es un hábito que te proporciona poco beneficio para lo mucho que te estresa o angustia. ¿verdad que sí? nada mejor que librarnos de lastres y salir a disfrutar la vida. siempre tendremos problemas, pero al menos, que no sean gratuitos y absurdos.
  2. Identifica la voz crítica interior cuando te habla. ¿Cuándo empiezas a atacarte?, ¿es cuando vas a dar una charla en público?, ¿cuándo vas a hablar con la persona que te gusta? Esto te ayudará a reconocer los escenarios en los que más te criticas, podrás estar alerta porque sabrás cuando es más probable que aparezcan éstas voces. Incluso, estarás mejor equipado para ignorarlas.
  3. Cero tolerancia con lo que te diga esa voz. Cada vez que aparezca el pensamiento, páralo. Parece el paso más sencillo, pero será un gran desafío. Las técnicas de parada de pensamiento e incluso de distracción de pensamiento derrotan al enemigo. Yo prefiero focalizar mi atención de inmediato en cualquier cosa que me permita salir del círculo vicioso. también me es útil empezar a cantar, pues, finalmente logra lo mismo: distraerme de esa actitud.
  4. Ponte en acción. realizar una actividad física intensa afecta tu química interior y favorece la segregación de sustancias que te afectan  positivamente en el estado de ánimo. Sal a caminar, ponte a bailar, da unas vueltas en bicicleta, o lo que sea que puedas hacer que te ayude y te agrade. Generalmente luego de una actividad intensa podrás enfocarte en otras cosas positivas y continuar con tu día.

¿Eres un rumiante de problemas?Es muy difícil cambiar un estilo de comportamiento que en la mayoría de casos está muy establecido, pero como con cualquier otro hábito, si crees profundamente que te hace daño, puedes erradicarlo de tu vida.

Volver a la Portada de Logo Paperblog