Los cristianos usan los términos como: «ministro de sanación» o «ministro de sanidad» a quien mejora considerablemente la salud a los enfermos.
Se tiene la convicción de que son los dones del Espíritu Santo. Y esto está escrito en el capitulo doce (12) de la Carta a los Corintios de Pablo.
Un sanador o curador es quien ayuda a alguien a recuperar la salud de la gente enferma física o mentalmente.
Muchos sanadores poseen habilidades de médiums. Las técnicas de sanación pueden ser: imposición de manos, masoterapia, suministros de brebajes, oraciones y rezos.
Si contestas afirmativamente a la mitad de las características que se exponen a continuación debes desarrollar tus dones de sanación. Estas son las características que te permitirán ver si tú eres un sanador o sanadora:
En tu familia existen historias sobre padres, abuelos, bisabuelos o tatarabuelos sanadores y parteras.
Posees empatía. Además, sabes observar el lenguaje no verbal y sacar toda la información de cómo se sienten las personas.
Sin querer te dan frecuentes ataques de ansiedad, tos y falta de respiración.
Trabajas en alguna causa benéfica o área de salud como psicología, coach, medicina, terapias o nutrición.
Eres dueño de todas tus expresiones emocionales y las expresas en forma justa y contundente.
Tienes la habilidad de saber si hubo una pelea o un fuerte desacuerdo con solo entrar a una habitación u oficina.
Posees una personalidad firme y no te conmueven las opiniones ajenas. Además, sabes alejarte de los comentarios destructivos y despectivos.
Piensas con claridad cómo solucionar el problema de alguien cuando se te acerca. Y tus palabras fluyen con mucha sabiduría.
Las personas que están a tu alrededor siempre gozan de buena salud.
Posees un gran carisma. Eres un imán para tratar con niños pequeños, jóvenes y ancianos. Todos se siente muy bien a tu lado.
Conoces la vida entera de las personas desconocidas y que no te han dicho ninguna palabra.
Prefieres caminar al aire libre o hacer yoga para equilibrar tus energías y tus pensamientos.
Muchas veces durante el día sientes pinchazos y ardor en las manos.
Todas las personas que te visitan en tu hogar se sienten muy cómodos y en paz.
Reconoces tus errores en vez de sentirte una víctima del destino y los conviertes en fuente de aprendizajes.
Aconsejas a las personas que duerman lo suficiente, coman sanamente y que tomen una distancia prudencial de los problemas.
Cuando te enfrentas a personas y situaciones negativas, tu humor cambia drásticamente. Sientes “mariposas en el estomago” y palpitaciones fuertes.
Sientes una fuerte afinidad con los paisajes naturales y con los animales domésticos y silvestres. Te alejas de los “vampiros energéticos” y de las personas tóxicas. Valoras el refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. La gente positiva favorece la creatividad.
La gente se te acerca para pedirte que les rasques la espalda y que los toques en los hombros y la cabeza para que les des tu bendición.
Te interesa leer e investigar sobre los temas relacionados con el mundo espiritual, métodos de sanación, lo esotérico o chamanismo.
Prefieres ver el lado positivo de cada realidad negativa. Además, observas con atención cada situación o hecho para encontrar soluciones.
Vives el presente plenamente y has aprendido a cerrar etapas. No te asustan los cambios. Además, no te atormentas por el futuro. Sabes perfectamente cuando termina una etapa y cuando comienza otra etapa en la vida.
Recuerda que todo talento no desarrollado causa un fuerte detrimento en tu vida personal. Y cuando ayudas a la humanidad caminas firmemente hacia la autorrealización.
Hay que dejar muy en claro que los verdaderos sanadores no se anuncian en los medios de comunicación social como la radio, televisión, periódicos o en internet. Es necesario que sepas que los oportunistas y estafadores prometen curar enfermedades que las ciencias médicas no pueden sanar.
Es importante recordar que los sanadores no son psiquiatras. No pueden lidiar con los miedos de los pacientes. Los sanadores con poderes pueden ayudarnos mucho.
Generalmente, aceptan una suma pequeña de dinero de acuerdo a lo que puede pagar el paciente. Son un canal del Universo o de Dios. Pueden aconsejarnos qué tipo de vida llevar. Nos orientan con mucha sabiduría sobre todo lo que nos conviene y lo que no es necesario para vivir con armonía y bienestar.
Susan Castro Rodríguez
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