Pues así de directo comienzo esta reflexión, y digo reflexión porque creo que sería demasiado aventurado pronunciarme acerca de mi opinión sin poner antes todas las cartas sobre la mesa.
Como sabréis los lectores habituales del blog (lo sé, últimamente no me prodigo mucho), siempre he dejado claro que, desde mi humilde punto de vista, la biomasa puede ser lo que nos saque del parón económico-laboral que actualmente atraviesa nuestro mundo forestal en general y muchos de los profesionales que forman este mundillo en particular.
Como es lógico, económicamente hablando, es mejor tener algo que valga bastante dinero a otra cosa que valga bastante poco. Y ahí viene todo el asunto de la revaloración de los productos forestales.
Y es que está claro que si nuestros productos valiesen más dinero, nos permitiría explotar nuestros recursos más y mejor (léase sosteniblemente desde el punto de vista económico y medioambiental).
Así que parece que todos estamos de acuerdo en que tener cosas que valgan mucho dinero, es mejor que tener algunas baratijas…hasta que las queremos vender y entra en juego si el consumidor elegirá el pellet si es más caro que el gas natural.
El desarrollo de la biomasa térmica en España ha estado basado en su competitividad económica con respecto a otros combustibles. Con un precio por kWh mucho más barato que el gasóleo y similar al gas natural (en el caso de la astilla térmica les barremos), el pellet se ha convertido en una alternativa real para alimentar las calderas de hogares, hoteles y oficinas.
Pues con estas reflexiones empezaron a surgir mis dudas sobre si es bueno o no que el precio del pellet vaya aumentando y poco a poco creo que estoy llegando a lo que creo que puede resolver no sólo un punto clave en la biomasa sino en todos los productos forestales.
Foto de www.avebiom.org
Todos entendemos que queremos tener productos por los que nos paguen más dinero tanto propietarios como posibles trabajadores (en el margen está su salario), pero tampoco queremos que se pierda nuestra ventaja competitiva que en este caso es el precio, por lo que habrá que producir más barato (ya que estamos sin bajar nuestros salarios que no están para más sustos).
Y con todo este enredo de posibilidades o imposibilidades parece que vuelven a surgir otras figuras que ya hemos defendido en anteriores publicaciones, como son el desarrollo de maquinaria y una gestión de los montes adecuada tanto desde el punto de vista tecnológico como desde el punto de vista de la sostenibilidad.
Un correcto plan de ordenación, apoyado en pistas forestales suficientes y bien conservadas, utilizando la maquinaria adecuada, nos permitirá obtener productos de calidad a precios competitivos mejorando nuestra posición en el mercado.